Les quiero compartir un resumen de un artículo escrito por Gary Oates en la Lista de Elías (enero 2012), titulado en inglés: “Soaking: The Key to Intimacy with God”.
Espero que les sirva de inspiración para buscar a Dios de
una forma más profunda, y llevar su relación con el Señor a un nivel más significativo.
ACERCATE A DIOS
Dios nos invita a acercarnos a Él.(Santiago 4:8) Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
La intimidad con Dios inicia cuando lo buscamos de todo
corazón. El rey David escribió:
(Salmo 27:8) Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi
corazón te respondió: Tu rostro, SEÑOR, buscaré.
Dios nos está diciendo: “Busca
Mi Rostro. Acércate a Mí.”
En el corazón, respondemos que sí, pero la carne grita que
no. Lo triste es que, por lo general, la
carne termina ganando.
En el Salmo 46 se nos instruye cómo podemos conocer a Dios:
(Salmo 46:10) Estad quietos, y sabed que yo soy
Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.
La expresión “Estar quietos”, en hebreo es: רָפָה
rafá.
Literalmente significa: aflojar.
También: aplacar, ceder, debilitar, dejar, detener, desfallecer,
desmayar, etc.En otras palabras, significa relajarse y dejarse ir. Es bajar el volumen de todo lo que oímos en el mundo, para escuchar el suave susurro de Dios. Es estar quieto y llegar a un lugar de reposo. Significa “empaparse” de la Presencia de Dios.
El resultado es
llegar a conocer quién es Dios.
La palabra “conocer”
en hebreo es “Yadá” ( יָדַע
yadá) que significa conocer de una forma
íntima y personal. No es conocer “acerca”
de Dios, sino estar quieto y conocer a Dios, estando en Su Presencia. Es tener una experiencia con Dios.
Al enfocar el espíritu, alma, cuerpo, corazón y mente en la
Presencia manifiesta de Dios, uno se desconecta del mundo físico y natural que
nos rodea.
No basta con leer la Biblia y orar. Debemos tomarnos tiempo para estar a solas
con Dios, sin pedirle nada, sino sólo buscar más de Su Presencia.
Cuando pasamos tiempo con Dios, Él libera poder a través de
nosotros, y el resultado natural de ello son milagros y prodigios.
EMPAPADOS DE SU PRESENCIA
Si ponemos una esponja seca dentro de una cubeta de agua, el
agua permeará poco a poco la esponja hasta llenarla. Lo mismo sucede con la Presencia de Dios…mientras
más nos “empapamos”, estaremos más llenos del Espíritu Santo.
Muchos me preguntan: “¿Qué haces durante el tiempo en que
buscas la Presencia de Dios?” La verdad
es que no tengo una fórmula, ni hago lo mismo todos los días; sin embargo, lo
que es consistente es lo siguiente:
Primero, busco un lugar privado, cierro la puerta, y me postro
en el suelo delante del Señor. No
importa si uno se sienta o se acuesta. Lo que más importa es la actitud del
corazón.
Segundo, pido perdón por cualquier pecado en mi vida, y
recibo el perdón de Dios.
Tercero, adoro al Señor, tanto en mi idioma como en lenguas
espirituales.
Cuarto, hago la oración vital de Romanos 6:13, la cual ha
transformado mi vida:
…no
presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de
iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los
muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Quinto, traigo a memoria experiencias (tales como sanidades,
milagros, provisión divina) en los cuales el Señor se ha manifestado en mi vida
de una forma especial. Al revivir esos
tiempos, se crea una expectativa y conciencia de Su Presencia.
Le digo al Señor: “Dios,
quiero más de Ti, más de Tu Presencia, más de Tu Plenitud en mi vida. Lléname más de Ti.”
Luego, me quedo en silencio y comienzo a escuchar Su
voz. En algunas ocasiones tengo visiones
y experiencias sobrenaturales.
La clave es aprender a esperar en el silencio y la
soledad. Es tan importante esperar en el
Señor hasta experimentar su Presencia manifiesta. Es algo que deberíamos hacer a diario. En lo personal, no salgo de mi cuarto de
oración hasta haber experimentado Su Presencia.
Nuestra vida será radicalmente transformada al experimentar
la verdadera Presencia del Dios viviente.
La gente experimenta de diferentes formas la presencia de
Dios. Unos sienten calor, electricidad,
temblores, llanto; otros sienten paz o se sienten livianos. Pero estas experiencias no son el objetivo,
sino es tan sólo el portal hacia el ámbito sobrenatural. Es el inicio de una experiencia espiritual
que nos lleva a verlo a Él, oír Su Voz, caminar con Él y sentir Su Poder.
(Isaías 64:4) …Nunca oyeron, ni oídos percibieron,
ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que
hiciese por el que en él espera.
EFECTO ACUMULATIVO
A veces podemos llegar a sentir que el tiempo de “soaking”
(empapándose en la Presencia) es improductivo, ya que no siempre se aprecia un
cambio o beneficio inmediato. Pero hace mucho me di cuenta hay un “efecto acumulativo”
del tiempo que pasamos en la Presencia del Señor. En esos tiempos, Dios deposita algo de Él en
nosotros. Cuando salgamos y comencemos a
dar a los demás, la unción surgirá de ese depósito que el Señor hizo en el
tiempo en que buscamos Su Presencia.
Lo que nosotros debemos aprender es estar quietos en Su
Presencia, simplemente deseando más de Él en nuestras vidas. Necesitamos “empaparnos en Su Presencia”,
para llenarnos de Su plenitud en las áreas que están secas y vacías dentro de
nosotros. Y como “efecto acumulativo”, tendremos
una vida con mayor unción y la manifestación de más milagros.
Al pasar tiempo en la Presencia de Dios podremos alcanzar
todo aquello que Él tiene para nosotros.
¡Busquemos al Señor y “EMPAPEMONOS” de Su Presencia!
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