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sábado, 19 de marzo de 2016

FECHA DE LA PASCUA

Para aquellos que siguen el calendario bíblico, se habrán dado cuenta que en este año la pascua hebrea (Pesaj) no coincide con la celebración católica de la Semana Santa.  Generalmente cae en la misma semana, pero en este año está separada por un mes.  ¿A qué se debe esta diferencia?



La diferencia se remonta al año 325, cuando en el Concilio de Nicea los líderes de la iglesia cristiana decidieron desligarse de la “Pascua judía”.  Hasta ese momento, la fecha de la pascua era determinada por los judíos, quienes guardan las fechas señaladas en la Biblia:
(Levítico 23:4-5) Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos: En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová.

Desde que los israelitas salieron de Egipto, el pueblo de Dios ha celebrado la Pascua el 14 de Nisán.  Los cristianos así lo hicieron durante trescientos años (después de Cristo); pero todo cambió tras el Concilio de Nicea…

Luego que el emperador romano Constantino se convirtió al cristianismo, él comenzó a tener injerencia en la doctrina de la iglesia.  Él quería desligarse de toda dependencia y conexión con los judíos, por lo que cambió el “calendario cristiano” para ajustarse al calendario del imperio romano.  Desde entonces, decidieron que la fecha de la Pascua debía determinarse por el equinoccio primaveral, y debía celebrarse el día domingo, “día del sol” (es decir, el domingo siguiente a la primera luna llena después del equinoccio de marzo, no antes del 22 de marzo y después del 25 de abril). 


MES EXTRA: ADAR II
En ciertos años, la diferencia de fechas entre la Pascua judía y la Semana Santa católica romana se hace más evidente dado que se añade un mes extra en el calendario bíblico (Adar II).  Esto se hace para que la Pascua siempre coincida con la cosecha de cebada.

Para entender la razón del mes extra, primero debemos entender cómo funcionan los meses bíblicos:

Los meses en la Biblia se determinan por los ciclos de la luna.  El inicio del mes bíblico se conoce como “Luna Nueva”, y se marca en el momento en que la luna se hace visible, como una uñita, luego de estar escondida por un par de días.  La luna llena marca la mitad del mes.  Los meses lunares tienen entre 29 ó 30 días.  Dado que el año tiene doce meses, el total de días es aproximadamente 354 días, lo cual queda corto del ciclo solar (365 días).

El calendario bíblico también se ajusta al ciclo solar, ya que está vinculado con las cosechas.  Por lo tanto, cada cierto tiempo debe añadirse un mes extra (Adar II) al final del año para que las fechas de las fiestas bíblicas coincidan con las estaciones y las cosechas.

¿Cada cuánto se añade el mes extra?
En tiempos bíblicos, esto se determinaba al final del último mes del año: Adar.  Los israelitas salían a los campos a ver si ya estaba en su punto la cosecha de la cebada, que determinaba el inicio de la primavera.  El hallazgo definiría si iniciaba el mes de Nisán o se añadiría un mes extra de Adar. Otro nombre bíblico que se le da a Nisán, el primer mes bíblico, es Abib, que significa: primavera. 
(Deu. 16:1) Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto, de noche.

El cálculo se hace en la primavera, para que coincida con la Pascua (Exo. 23:15).  El 14 de Nisán se celebra la Pascua, y en esa semana debía presentarse también la ofrenda de los primeros frutos de la cebada, en la Fiesta de Primicias (heb. Bikurim).
(Levítico 23:10-11) Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega.  Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá.

Pero luego de la Diáspora judía (año 70), por necesidad los judíos optaron por un sistema de cálculo astronómico para determinar si un año es bisiesto (heb. Shaná Meuberet).  Según los cálculos, en un ciclo de 19 años, el mes extra ocurre unas siete veces. 

Ahora que los israelitas ya han regresado a la Tierra Prometida, ya pueden volver a observar la cosecha de la cebada para determinar si el año necesita un mes extra o no.  Esto ya está siendo puesto en práctica en Israel por un judío karaita: Nehemia Gordon (Proclaiming aLeap Year of Faith; Aviv Barley in the Biblical Calendar).

El reporte desde Israel para este año 2016 es que aún no ha salido la cosecha de cebada, por lo tanto se añade un mes extra de Adar: Adar II, en el cual se celebra la fiesta de Purim.   Por lo tanto, debemos esperar hasta el próximo mes hebreo (Nisán o Abib) para celebrar las fiestas del Señor que caen en primavera: Pascua, Panes Sin Levadura y Primicias. [Para más información, visiten la página: Fiestas Bíblicas, donde encontrarán el índice con enlaces para los estudios de estas fiestas]


sábado, 21 de marzo de 2015

Preparación para la Pascua

Mientras que el mundo está haciendo planes para las vacaciones de “semana santa”,  la Biblia nos apunta en otra dirección.  Es tiempo de preparación para la primera cita que Dios ha hecho con Su pueblo …

Desde el primer día del primer mes bíblico (Nisán 1) debemos tener la conciencia que ya viene la primera fiesta del Señor...



Las dos semanas previas a la Pascua son días de preparación.  Es un tiempo de limpiar la casa, no sólo en un sentido físico, sino sobre todo espiritual [de esto viene el concepto de "spring cleaning", limpieza de primavera].  En los días previos a la Pascua, uno debe sacar la levadura de la casa, pues ésta no debe comerse durante la semana de la Fiesta (Éxodo 12:14-19).  Éste no sólo era un mandamiento para aquellos israelitas que salieron físicamente de Egipto.  La Biblia indica que es un estatuto perpetuo.  Es un acto físico que tiene un profundo significado espiritual.  En estos días debemos analizar si aún hay “levadura” (símbolo del pecado) en nuestras vidas. 

Pablo nos exhortó a hacer esta limpieza en este tiempo…
(I Corintios 5:7-8)  Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.  (8)  Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

Esta limpieza física y espiritual es una excelente forma de comenzar bien el nuevo año bíblico.  

JESÚS LIMPIÓ EL TEMPLO 
Jesús puso en práctica este principio.  Antes de la Pascua, Él limpió el Templo.
(Juan 2:13-17)  Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.  Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas,  y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.  Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.


También volvió a hacer lo mismo unos días antes de la Pascua en la que Él entregó Su vida en la cruz como el Cordero de Dios.
(Marcos 11:15-17)  Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;  y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.  Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
[También Lucas 19:45-46 y Mateo 21:12-13] 

Aprovechemos entonces estos días para limpiar nuestro templo, en preparación para celebrar la Pascua…
(I Corintios 6:20)  Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Más estudios sobre la Fiesta de la Pascua

*  La Esencia de la Pascua
*  Diez de Nisán
*  La Primera Pascua
*  Cumplimiento de la Pascua
*  Celebró la Pascua 
*  Pascua: ¿14 de Nisán o Viernes Santo?
*  La Pascua en la Biblia
*  ¿Qué se Celebra en la Pascua? 
*  Segunda Pascua


miércoles, 9 de abril de 2014

La Esencia de la Pascua



La Pascua es la primera de las siete Fiestas bíblicas a las que el Señor convoca a Su Pueblo a celebrar (Levítico 23): Pascua, Panes sin Levadura, Primicias, Semanas, Trompetas, Expiación y Tabernáculos.  Estas fiestas celebran las diferentes etapas del proceso de Redención. 
(Levítico 23:4-5)  Estas son las fiestas señaladas por el SEÑOR, santas convocaciones que vosotros proclamaréis en las fechas señaladas para ellas:  (5)  En el mes primero, el día catorce del mes, al anochecer, es la Pascua del SEÑOR.

En la Biblia, el primer mes también se conoce como Nisán.  El día 14 de Nisán, por la tarde, se celebra la Pascua.  Es una cita divina; un día para celebrar con la familia lo que Dios ha hecho por nosotros.  La Pascua es la celebración del inicio de nuestra Redención. 

Por definición, “redención” es el pago o rescate que se da para conseguir la libertad de una persona que está esclava o cautiva. 

Históricamente, la Pascua celebra el día en que Dios pagó el precio de la libertad de Su pueblo, Israel, quienes eran esclavos en Egipto.  Esa libertad se pagó con precio de sangre: la muerte del Cordero de la Pascua.
(Éxodo 12:21-24)  Entonces Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad del rebaño corderos para vosotros según vuestras familias, y sacrificad la pascua.  (22)  Y tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta; y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana.  (23)  Pues el SEÑOR pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el SEÑOR pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros. 
(Éxodo 12:13)  Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros  cuando yo hiera la tierra de Egipto.

Todo primogénito debía morir en esa ocasión.  Sólo se salvaron los que se cubrieron con la sangre del Cordero de la Pascua, que murió como sustituto.

CELEBRACIÓN PARA SIEMPRE
Esta celebración no sólo fue ordenada para aquella generación que fue esclava en Egipto, sino que es una invitación para todas las generaciones…
(Éxodo 12:24)  Y guardaréis esta ceremonia como ordenanza para vosotros y para vuestros hijos para siempre.
(Éxodo 12:14)  Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.

La invitación a celebrar la Pascua es para todos los creyentes por una simple razón: Así como Dios redimió a los israelitas de la esclavitud en Egipto, también todos los creyentes hemos sido librados de un tipo de esclavitud...
(Juan 8:33-34)  Ellos le contestaron: Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?  (34)  Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado.

Tal vez hoy nos creemos ser “libres y soberanos”, pero la realidad espiritual es que todo ser humano nace siendo esclavo del pecado.  Lo único que nos libra del pecado es la sangre del Cordero.  El Señor no sólo nos perdona por los pecados pasados, sino que también nos redime de esa vida de pecado para que podamos vivir bien…
(1 Pedro 1:18-19)  sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata,  (19)  sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo.

La Redención de Dios es completa.  No sólo salvó a los israelitas de la esclavitud, sino que les enseñó a vivir de tal forma que les vaya bien a ellos y a sus hijos.
(Deuteronomio 5:32-33)  Y cuidad de hacer tal como el SEÑOR vuestro Dios os ha mandado; no os desviéis a la derecha ni a la izquierda.  (33)  Andad en todo el camino que el SEÑOR vuestro Dios os ha mandado, a fin de que viváis y os vaya bien, y prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a poseer.


PANES SIN LEVADURA
Conectado con la Pascua, se celebra otra fiesta: Panes Sin Levadura.  Esta celebración dura siete días en los cuales no se come levadura.  En la Biblia, la levadura representa el pecado.  Esta semana “sin levadura” representa el compromiso del creyente a vivir una vida pura, sin pecado. 

Luego de reconocer que Jesús murió por nosotros en la cruz, pagando nuestra deuda de pecado, es consecuente que nosotros mostremos agradecimiento por el alto precio que Él tuvo que pagar.  Jesús murió en la cruz para limpiarnos de nuestro pecado…entonces ahora nos toca responder a nosotros, comprometiéndonos a vivir una vida digna de ese sacrificio—“sin levadura”, sin pecado.
(1 Corintios 5:7-8)  Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado.  (8)  Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.

Antes éramos esclavos al pecado...Pero cuando creemos en Jesús, su sangre nos limpia de todo pecado.  No sólo eso, sino que nos ayuda a transformar nuestra vida.  En lugar de ser esclavos de pecado, ahora somos “siervos de justicia”…
(Romanos 6:16-18)  ¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?  (17)  Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la que fuisteis entregados;  (18)  y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la justicia.

Luego de ser salvos, no debemos conformarnos a seguir viviendo como siempre, sino debemos buscar ser transformados…
(1 Pedro 1:14-19)  Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia,  (15)  sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;  (16)  porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy Santo.  (17)  Y si invocáis como Padre a aquel que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación;  (18)  sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata,  (19)  sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo. 

Con su vida, Jesús nos dejó el ejemplo de cómo debemos vivir de ahora en adelante…
(1 Pedro 2:21-24)  Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas,  (22)  El cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en su boca;  (23)  y quien cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia;  (24)  y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados. 

EN MEMORIA DE MI
La última vez que Jesús celebró la Pascua con sus discípulos fue muy especial, porque allí él les explicó que Él iba a ser nuestro Redentor.  Lo que los israelitas habían celebrado por siglos era sólo una sombra de lo que Él iba a hacer en las siguientes horas de ese 14 de Nisán. 



Muchos dicen que Jesús “instituyó la Santa Cena”, pero esa cena no era algo nuevo, sino una celebración milenaria en la cual se parte pan y se toma vino, entre otras cosas.  Jesús estaba celebrando la fiesta de la Pascua con sus discípulos.  Lo que fue diferente en esa ocasión es que Él explicó lo que la Pascua revela del  Mesías y cómo Él lo cumpliría.  Esa última noche, Jesús celebró la Fiesta, y dijo: “hagan esto en memoria de mí”. 
(Lucas 22:14-19)  Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con El los apóstoles,  (15)  y les dijo: Intensamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer;  (16)  porque os digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios.  (17)  Y habiendo tomado una copa, después de haber dado gracias, dijo: Tomad esto y repartidlo entre vosotros;  (18)  porque os digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.  (19)  Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

Jesús celebró la Pascua tal como los israelitas la venían celebrando por siglos.  En cada paso, él fue explicando lo que la Fiesta revelaba de Él.  Pocas horas después, Él murió en la cruz como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29), a la misma hora que el sumo sacerdote estaba sacrificando el último cordero en el Altar del Templo.  

El Señor invita a todas las generaciones de creyentes a celebrar la Pascua, no para cumplir con un ritual, sino para agradecer su Redención y llevarnos a conciencia de la vida que debemos vivir en honor a ello.

Pero esta fiesta no es para “cualquiera” sino sólo para los creyentes.  No es un banquete para el estómago sino una cena espiritual para meditar sobre nuestra redención.  Por eso, Pablo advierte que no comamos la Pascua “indignamente”…
(1 Corintios 11:23-30)  Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,  (24)  y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí.  (25)  De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí.  (26)  Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que El venga.  (27)  De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.  (28)  Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa.  (29)  Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí.  (30)  Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen.



Para más información sobre la Pascua, pueden visitar los siguientes enlaces:



miércoles, 13 de marzo de 2013

Sobre la Pascua...




Ya se aproxima la Pascua, que es la primera de las 7 Fiestas de Redención.  Esta  se celebra el 14 de Nisan, que coincide con la noche del 24 de marzo [Nota: los judíos lo celebran el 15 de Nisan, según la tradición de los fariseos, pero Jesús la celebró el 14 de Nisán para poder Él ser el Cordero de la Pascua al día siguiente].

Para prepararnos, les envío los enlaces a los estudios de esta fiesta
(señalen cada título, y hagan doble-click para abrir el enlace):



 

sábado, 5 de mayo de 2012

SEGUNDA PASCUA


En el primer mes del año bíblico (Nisán), se celebra la Pascua.  Esta fiesta celebra la liberación de la esclavitud, tanto de Egipto como del pecado.

La primera vez que los israelitas celebraron la fiesta fue el día antes de salir de Egipto.  La sangre del Cordero sobre sus puertas les abrió la puerta a la libertad. La segunda vez que la celebraron fue un año más tarde, en memoria del día de su liberación. 
(Números 9:1-5)  El SEÑOR habló a Moisés en el desierto del Sinaí, en el primer mes del segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo:  (2)  Que los hijos de Israel celebren la Pascua a su tiempo señalado.  (3)  En el día catorce de este mes, al atardecer, la celebraréis a su tiempo señalado; la celebraréis conforme a todos sus estatutos y conforme a todas sus ordenanzas.  (4)  Mandó, pues, Moisés a los hijos de Israel que celebraran la Pascua.  (5)  Y celebraron la Pascua en el mes primero, en el día catorce del mes, al atardecer, en el desierto de Sinaí; tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel. 

Sin embargo, no todos pudieron celebrar esa Pascua.
(Números 9:6-7)  Pero había algunos hombres que estaban inmundos por causa de una persona muerta, y no pudieron celebrar la Pascua aquel día. (7)  Y vinieron ante Moisés y Aarón aquel día,  y aquellos hombres les dijeron: Aunque estemos inmundos por causa de una persona muerta, ¿por qué se nos impide presentar la ofrenda del SEÑOR en su tiempo señalado entre los hijos de Israel? 

Algunas personas no pudieron celebrar la Pascua en esa ocasión porque no se encontraban en estado de pureza; posiblemente algún pariente cercano había muerto.  Pero tenían un punto a su favor: deseaban celebrar la Fiesta, y no querían perdérselo.  Por eso, ellos apelaron.

La respuesta legalista hubiera sido que no podrían hacerlo.  Pero Moisés no rechazó a estas personas sino que buscó la voluntad de Dios.  
(Números 9:8-13) Entonces Moisés les dijo: Esperad, y oiré lo que el SEÑOR ordene acerca de vosotros.  (9)  Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: (10)  Habla a los hijos de Israel y diles: Si alguno de vosotros o de vuestros descendientes está inmundo por causa de un muerto, o anda de viaje lejos, puede, sin embargo, celebrar la Pascua al SEÑOR.  (11)  La celebrarán a los catorce días del segundo mes, al atardecer; la comerán con pan sin levadura y hierbas amargas.  (12)  Nada dejarán de ella hasta la mañana, ni quebrarán hueso de ella; conforme a todos los estatutos de la Pascua la celebrarán.  (13)  Pero si alguno que está limpio y no anda de viaje, deja de celebrar la Pascua, esa persona será cortada de entre su pueblo, porque no presentó la ofrenda del SEÑOR a su tiempo señalado. Ese hombre llevará su pecado. 

Dios mira el corazón.  Pero si las intenciones son malas, no lo dejará pasar por alto. Si hay buena intención, el Señor está dispuesto a darnos una segunda oportunidad.

Para quienes no hayan podido celebrar la Pascua el 14 de Nisán, tienen una nueva oportunidad de hacerlo el 14 de Iyar: La Segunda Pascua (heb. Pesaj Sheni). 




Curiosamente, en este año (2012), en el día 14 de Iyar se verá una señal en los cielos: la “Super Luna”.  La luna se ve más grande que de costumbre porque está más cerca de la Tierra.    ¿Será que el Señor nos está dando una segunda oportunidad?

SEGUNDA OPORTUNIDAD
Esta segunda oportunidad para celebrar la Pascua fue aprovechada en tiempos del rey Ezequías en Israel.
(II Crónicas 30:1-5)  Entonces Ezequías envió aviso por todo Israel y Judá, y también escribió cartas a Efraín y a Manasés, para que vinieran a la casa del SEÑOR en Jerusalén a fin de celebrar la Pascua al SEÑOR, Dios de Israel.  (2)  Pues el rey y sus príncipes y toda la asamblea en Jerusalén habían decidido celebrar la Pascua en el mes segundo,  (3)  porque no la habían podido celebrar a su debido tiempo, pues los sacerdotes no se habían santificado en número suficiente, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén.  (4)  Y esto pareció bien a los ojos del rey y de toda la asamblea.  (5)  Así que proclamaron un decreto para hacer correr la voz por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que vinieran a celebrar la Pascua al SEÑOR, Dios de Israel, en Jerusalén. Porque muchos no la habían celebrado como estaba escrito.

Dios nos da segundas oportunidades.  ¿Vamos a aprovecharlas?

jueves, 5 de abril de 2012

¿Qué se Celebra en la PASCUA?



¿Qué acontecimiento histórico se conmemora en la Pascua?
(Éxodo 12:42) Esta es noche de vigilia para el SEÑOR por haberlos sacado de la tierra de Egipto; esta noche es para el SEÑOR, para ser guardada por todos los hijos de Israel por todas sus generaciones.

Aquí la Biblia dice que es "una noche para el Señor", que Dios señaló para ser celebrada "por todas las generaciones".  Ciertamente podemos agradecerle a Dios por esto cualquier día, pero ningún día es tan especial como éste, porque Dios lo señaló, lo apartó.  Este es el día en que Dios convocó a Su pueblo para hacer una “Cita Divina” con Él. ¡Qué especial!  


CELEBRACIÓN DE LA LIBERTAD
La Pascua es la celebración por haber sido liberados de la esclavitud.  No sólo es una fiesta para aquellos israelitas que salieron de Egipto, sino para todos nosotros que hemos salido de la esclavitud del pecado. 
(Juan 8:31-36)  Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en El: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos;  (32)  y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.  (33)  Ellos le contestaron: Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?  (34)  Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado;  (35)  y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre.  (36)  Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.

¿Qué nos hace libres? 
Jesús señaló dos puntos:

1.  El HIJO nos hace libres (v. 36)
2.  La VERDAD nos hará libres (v. 32)

Estas afirmaciones no son contradictorias, sino complementarias:
(1) Nuestra libertad comienza cuando creemos en Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).  Este mismo paso lo dieron los israelitas en Egipto cuando creyeron que la sangre del cordero de la Pascua los salvaría de la muerte.

(2) Luego de creer en el Cordero de Dios, debemos buscar la verdad y permanecer en ella.  Antes vivíamos en pecado, pero a partir de ese momento debemos procurar vivir en obediencia.  Esto mismo fue lo que explicó Pablo:
(Romanos 6:17-18)  Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la que fuisteis entregados;  (18)  y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la justicia.


Por eso, no es casualidad que, luego de celebrar la Pascua, el Señor nos llama a guardar siete días de “panes sin levadura” (Lev. 23:4-6).  La levadura es símbolo del pecado, y el comer pan sin levadura nos recuerda de nuestro compromiso de vivir una vida santa luego de haber sido redimidos. 
(Éxodo 13:3-5) Y Moisés dijo al pueblo: Acordaos de este día en que salisteis de Egipto, de la casa de esclavitud, pues el SEÑOR os ha sacado de este lugar con mano poderosa. No comeréis en él nada leudado. (4) Vais a salir hoy, en el mes de Abib. (5) Y será que cuando el SEÑOR te lleve a la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que mana leche y miel, celebrarás esta ceremonia en este mes.

[Nota: “Abib” es otro nombre que recibe el mes de Nisán, el primero del año en el calendario bíblico.]


Es un nuevo inicio…es una nueva oportunidad para hacer las cosas como Dios manda.
¡Aprovechemos esta oportunidad!

Dios no nos sacó del pecado (Egipto), para que sigamos en una vida mediocre (en el desierto), sino para vida en abundancia (la Tierra Prometida).  Seamos diligentes este año en buscar la verdad, y así seguir disfrutando de nuestra libertad que hemos recibido del Hijo. 





martes, 3 de abril de 2012

La Pascua en la Biblia


La Pascua es una fiesta que Dios estableció (Lev. 23:5).  Apartó esa fecha como un día especial, no sólo para el año en que Israel salió de Egipto…o hasta que el Mesías vino, sino lo hizo “para siempre”.
(Éxodo 12:14)  Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.




Lamentablemente, a través del tiempo, la celebración de la Pascua se ha convertido en algo diferente a su propósito original.  El ser humano tiende a descansar en tradiciones y costumbres.  Esto no tiene nada de malo en sí.  Pero debemos estar conscientes que las tradiciones no son más importantes que el propósito.   Si queremos celebrar las fiestas como Dios manda, debemos buscar su origen y el propósito por el cual el Señor marcó esas fechas en Su Agenda.  No sólo nos concentremos en el “cómo”, sino sobre todo en el “por qué”. 

Mucho podemos hablar sobre la Pascua, pero en esta ocasión dejaremos que la Biblia hable por sí misma:...


(Exodo 12:1-14)  Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo:  (2)  Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros.  (3)  Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: "El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa.  (4)  "Mas si la casa es muy pequeña para un cordero, entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número de personas; conforme a lo que cada persona coma, dividiréis el cordero.  (5)  "El cordero será un macho sin defecto, de un año; lo apartaréis de entre las ovejas o de entre las cabras.  (6)  "Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer.  (7)  "Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman.  (8)  "Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas.  (9)  "No comeréis nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego, tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas.  (10)  "Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana lo quemaréis en el fuego.  (11)  "Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del SEÑOR.  (12)  "Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR.  (13)  "Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros  cuando yo hiera la tierra de Egipto.  (14)  "Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.

(Levítico 23:4-8)  "Estas son las fiestas señaladas por el SEÑOR, santas convocaciones que vosotros proclamaréis en las fechas señaladas para ellas:  (5)  "En el mes primero, el día catorce del mes, al anochecer, es la Pascua del SEÑOR.  (6)  "El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes sin levadura para el SEÑOR; por siete días comeréis pan sin levadura.  (7)  "En el primer día tendréis una santa convocación; no haréis ningún trabajo servil.  (8)  "Y durante siete días presentaréis al SEÑOR una ofrenda encendida. El séptimo día es santa convocación; no haréis ningún trabajo servil."

(Números 9:1-5)  El SEÑOR habló a Moisés en el desierto del Sinaí, en el primer mes del segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo:  (2)  Que los hijos de Israel celebren la Pascua a su tiempo señalado.  (3)  En el día catorce de este mes, al atardecer, la celebraréis a su tiempo señalado; la celebraréis conforme a todos sus estatutos y conforme a todas sus ordenanzas.  (4)  Mandó, pues, Moisés a los hijos de Israel que celebraran la Pascua.  (5)  Y celebraron la Pascua en el mes primero, en el día catorce del mes, al atardecer, en el desierto de Sinaí; tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.

(Deuteronomio 16:1-8)  Observarás el mes de Abib y celebrarás la Pascua al SEÑOR tu Dios, porque en el mes de Abib el SEÑOR tu Dios te sacó de Egipto de noche.  (2)  Y sacrificarás la Pascua al SEÑOR tu Dios con ofrendas de tus rebaños y de tus manadas, en el lugar que el SEÑOR escoja para poner allí su nombre.  (3)  No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción (porque aprisa saliste de la tierra de Egipto), para que recuerdes todos los días de tu vida el día que saliste de la tierra de Egipto.  (4)  Durante siete días no se verá contigo levadura en todo tu territorio; y de la carne que sacrifiques en la tarde del primer día, no quedará nada para la mañana siguiente .  (5)  No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da,  (6)  sino que en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja para poner allí su nombre, sacrificarás la Pascua al atardecer, al ponerse el sol, a la hora en que saliste de Egipto.  (7)  Y la asarás y la comerás en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja. Luego, por la mañana, regresarás a tu habitación.  (8)  Seis días comerás pan sin levadura, y en el séptimo día habrá una asamblea solemne para el SEÑOR tu Dios. Ningún trabajo harás en él.

(Deuteronomio 16:16-17)  Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante del SEÑOR tu Dios en el lugar que El escoja: en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos; y no se presentarán con las manos vacías delante del SEÑOR.  (17)  Cada hombre dará lo que pueda, de acuerdo con la bendición que el SEÑOR tu Dios te haya dado.

(I Corintios 5:7-8)  Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado.  (8)  Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.




Jesús no celebró solamente la Pascua en su última cena (Luc. 22), sino que lo hacía todos los años (Juan 2:13-23). 
(Lucas 2:40-42)  Y el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El.  (41)  Sus padres acostumbraban ir a Jerusalén todos los años a la fiesta de la Pascua.  (42)  Y cuando cumplió doce años, subieron allá conforme a la costumbre de la fiesta.

El mensaje de la Pascua es eterno.  Es el mensaje central de nuestra salvación.  Debemos recordarlo año tras año.  La Pascua es una cita divina que Dios ha hecho con Su Pueblo. 


lunes, 2 de abril de 2012

PASCUA: ¿14 de Nisán o Viernes Santo?



Lo que los cristianos celebran como el “Viernes Santo” debería ser lo mismo que Pascua.  Jesús murió en la cruz el 14 de Nisan, el día en que el Señor había escogido para que el pueblo celebrara la Pascua (heb. Pesaj).  No fue una “casualidad”, sino exactamente lo que estaba en los planes de Dios. 

La sangre del Cordero de la Pascua en las puertas de las casas de los israelitas en Egipto, era la sombra de la sangre que derramaría Jesucristo en la Cruz, en ese 14 de Nisán. 

Hoy en día, celebramos en la Pascua ambos eventos, pues están relacionados. 
Esto fue lo que Jesús dijo a sus discípulos que recordaran en esta fecha:
(Lucas 22:7,13-20)  Llegó el día de la fiesta de los panes sin levadura en que debía sacrificarse el cordero de la Pascua. … Entonces ellos fueron y encontraron todo tal como El les había dicho; y prepararon la Pascua.  (14)  Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con El los apóstoles,  (15)  y les dijo: Intensamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer;  (16)  porque os digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios.  (17)  Y habiendo tomado una copa, después de haber dado gracias, dijo: Tomad esto y repartidlo entre vosotros;  (18)  porque os digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.  (19)  Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.  (20)  De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.

¿Notan que se mencionan dos copas?  Esto no es un error.  Ellos estaban celebrando la Pascua, tal como lo habían hecho desde que los israelitas salieron de Egipto.  Ellos bebían cuatro copas como parte de la celebración, y comían pan sin levadura, tal como está escrito en Éxodo 12.  Pero en esa ocasión, Jesús explicó que de ese momento en adelante no sólo recordarían el cordero de Pascua en Egipto, sino al Cordero de Dios que nos salvaría de la muerte eterna por medio de su sacrifico en la Cruz. 


CAMBIO DE FECHA
Durante los primeros 300 años del cristianismo, los creyentes (judíos y gentiles) celebraron la Pascua el día 14 de Nisán.  Pero para finales del siglo III, los cristianos gentiles ya no querían ser identificados con el pueblo judío que estaba siendo perseguido por Roma.  Esta separación llevó a un divorcio que se firmó en el Primer Concilio de Nicea, en el año 325.  En esa asamblea de obispos, cuyo invitado de honor fue el emperador Constantino, se tomaron muchas decisiones que cambiaron el destino de la iglesia cristiana.  Uno de los frutos de este concilio fue el “Credo de Constantino”, el cual debían confesar todos los cristianos del imperio romano. 


Credo de Constantino

“Renuncio a todas las costumbres, ritos, legalismos, panes sin levadura, fiestas de corderos de los hebreos, sacrificios, oraciones, purificaciones, santificaciones y propiciaciones, himnos y cánticos, observaciones, sinagogas y las comidas y bebidas de los hebreos. En una sola palabra, renuncio absolutamente a todo lo judío, toda ley, rito y costumbre”.

“Acepto todas las costumbres, ritos, legalismos, fiestas romanas, sacrificios, oraciones, purificaciones con agua, santificaciones por el Pontífice Máximo (lit. el sumo sacerdote de Roma), propiciaciones, fiestas del sábado nuevo (lat. Sol dei, ingl. Sunday, lit. día del sol), todos los nuevos cánticos, observaciones, y todas las comidas y bebidas de los romanos. En otras palabras, acepto absolutamente todo lo que es romano, toda ley nueva, rito y costumbre de Roma, y la nueva Religión Romana”.

[Ref.: Stefano Assemani, Acta Sanctorum Martyrum, Orientalium at Occidentalium Vol. I, 1748]



Desde entonces, muchos cristianos dejaron de celebrar la Pascua el día 14 de Nisan, tal como lo había determinado el Señor (Lev. 23:5; Exo. 12:1-14).

A partir del Concilio de Nicea, los líderes de la iglesia determinaron que la “nueva Pascua” debía celebrarse el viernes que coincide con la primera luna llena posterior al equinoccio de verano, aproximadamente entre el 22 de marzo y el 25 de abril.

Los líderes religiosos de entonces siguieron su propio camino, en lugar de seguir las instrucciones de Dios con respecto al calendario bíblico.  Establecieron también sus propias tradiciones y costumbres que ya no se asemejan mucho a las establecidas en la Biblia. 

Pero si queremos seguir el orden establecido por Dios y ajustarnos a su Agenda Divina, debemos preguntarnos qué es lo que Él ha mandado.

En el próximo artículo veremos lo que la Biblia dice con respecto a la Pascua…