miércoles, 10 de abril de 2019

Sin Levadura para la Pascua


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Mientras que el mundo está haciendo planes para las vacaciones de “semana santa”, la Biblia nos apunta en otra dirección. Es tiempo de preparación para la primera cita que Dios ha hecho con Su pueblo: la Pascua. Desde el primer día del primer mes bíblico (Nisán 1) debemos tener la conciencia que ya viene la primera fiesta a la que nos convoca el Señor en su calendario bíblico.  

Las dos semanas previas a la Pascua son días de preparación. Es un tiempo de hacer limpieza para sacar la levadura. En la convocación a la Pascua, Dios instruye que comamos panes sin levadura durante siete días.
(Éxodo 12:14-19) Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis. Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel. El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer.

En los siguientes versículos explica la razón por la que el Señor nos instruye sacar la levadura de nuestras casas.
(Éxodo 12:17-19) Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde. Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel.

Este no sólo era un mandamiento para aquellos israelitas que salieron físicamente de Egipto; es un estatuto perpetuo, tanto para Israel como para los extranjeros que se han unido a Su Pueblo. 

El hecho de sacar la levadura es un acto físico que tiene un profundo significado espiritual: es la oportunidad para analizar si tenemos “levadura espiritual” en nuestros corazones. Pablo lo explica de la siguiente manera:
(I Corintios 5:7-8) Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

LEVADURA
La levadura es un hongo microscópico que tiene la capacidad de descomponer y fermentar los alimentos. En el caso del pan, la levadura hace crecer el pan, hasta que queda suave e inflado. Sin levadura, el pan queda plano, como una galleta. En este sentido, algunos comentaristas comparan el pan sin levadura con la humildad, y el pan leudado con el orgullo.

Jesús advirtió acerca de una “levadura espiritual”:
(Lucas 12:1) En estas circunstancias, cuando una multitud de miles y miles se había reunido, tanto que se atropellaban unos a otros, Jesús comenzó a decir primeramente a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.

Los fariseos eran la gente más religiosa. Conocían la ley a la perfección y les gustaba cumplir con los ritos religiosos, pero no les interesaba conocer el “espíritu de la Ley”, es decir, la razón detrás de los mandamientos para conocer el corazón de Dios. Conocian la Ley, pero no la cumplían tal como Dios esperaba; conocían la religión, pero no a Dios (Mateo 23:1-7; Mateo 15:7-9; Lucas 11:39-42). En síntesis, la “levadura” de los fariseos es la hipocresía y la religiosidad. 

JESÚS LIMPIÓ EL TEMPLO 
Antes de la Pascua, Jesús limpió el Templo, sacando la levadura de la hipocresía y la religiosidad (Mateo 21:12-13; Marcos, 11:15-16; Lucas 19:45-46)
(Juan 2:13-16) Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.

Siguiendo el ejemplo de Jesús, antes de la Pascua aprovechemos a limpiar nuestras vidas de cualquier levadura espiritual que aún tengamos (1 Corintios 6:19-20).

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