viernes, 2 de octubre de 2020

Acuerdos de Abraham

(Revelación 09)


Hoy quiero comentar sobre la reciente firma de paz entre Israel y dos naciones árabes...


ACUERDO HISTÓRICO

El 15 de septiembre 2020 se firmó un acuerdo entre Israel y dos naciones árabes: Emiratos Arabes Unidos (EAU) y Bahrein. En realidad, el acuerdo se alcanzó en agosto, pero la firma oficial y pública se llevó a cabo en septiembre en la Casa Blanca, en Washington. 


El nombre que le dieron a este convenio es: “ACUERDOS DE ABRAHAM” (en inglés, Abraham Accords), en honor al patriarca bíblico Abraham, de cuyo linaje vienen tanto judíos como árabes. Esto fue una medida diplomática brillante , ya que en lugar de resaltar las diferencias entre los pueblos, se enfocaron en lo que tienen en común. Los judíos son descendientes de Abraham, Isaac y Jacob; y los árabes vienen del linaje de Ismael, hijo de Abraham por la sierva Agar, y también de Esaú, hermano de Jacob. En otras palabras, el Acuerdo de Abraham es un tratado entre parientes. 


NORMALIZACIÓN DIPLOMÁTICA

Aunque este convenio se ha definido como “acuerdo de paz”, en realidad lo que busca es “normalizar” las relaciones diplomáticas entre Israel y los países árabes. 


¿A qué se refieren con “normalizar”? Resulta que cuando nació el estado moderno de Israel en 1948, ningún estado árabe reconoció a Israel como nación. Los consideraban como “invasores”, a pesar de que fue reconocida la nación de Israel por derecho internacional. Los palestinos también tuvieron la oportunidad de formar su propio estado, pero no lo hicieron.


Desde entonces, sólo Egipto y Jordania han hecho acuerdos de paz con Israel, básicamente por necesidad, porque son vecinos directos. Pero las demás naciones árabes no han tenido relación diplomática con Israel, sino a través de intermediarios. 


Lo novedoso de este acuerdo es que los Emiratos (EAU) y Bahrein dieron el gran paso de reconocer a Israel como nación. Y como resultado de este reconocimiento, ya podrán tener una relación diplomática normal, al igual que intercambio comercial, turístico, tecnológico y científico. 


MOTIVACIÓN 

La motivación para llegar a este acuerdo fue en parte porque Estados Unidos está promoviendo la paz en la región. Pero otra razón de peso es que a los países de la península árabe les conviene tener a EEUU y a Israel como aliados, porque todos tienen un enemigo común: Irán. Como dice el refrán: “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Irán tiene la intención de dominar el mundo musulmán, al igual que Turquía, y eso está llevando a los países árabes a aliarse a Israel. 


Hasta ahora, Israel ha normalizado la diplomacia con cuatro países: Egipto, Jordania…y ahora se unieron Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos. Pero ya se oyen rumores de otros países árabes que quieren unirse a estos acuerdos. 


En un sentido diplomático, estos acuerdos de paz entre Israel y los países árabes representan un gran triunfo. Aun así, no podemos ignorar que una amistad basada en una enemistad común no es muy segura ni estable.



PERSPECTIVA BÍBLICA

Ahora voy dejar a un lado la diplomacia, y quiero que veamos las cosas desde una perspectiva bíblica, porque hay un par de puntos en estos acuerdos de paz que son inquietantes…


Al leer el texto del acuerdo me saltaron dos frases que hicieron sonar alarmas: 

  1. “paz y seguridad”
  2. “Coexistencia”


1. PAZ Y SEGURIDAD 

Tanto en el documento firmado en la Casa Blanca, como en el acuerdo completo de “los Acuerdos de Abraham”, aparece la frase “paz y seguridad”. 


* “Buscamos una visión de paz, seguridad y prosperidad en el Medio Oriente y alrededor del mundo.”

* “…reconocerán y respetarán la soberanía de cada uno y su derecho a vivir en paz y seguridad…”


Visto desde el punto de vista diplomático, estas frases son normales…pero los estudiosos de la profecía bíblica se ponen nerviosos al leer “paz y seguridad” por algo que Pablo escribió: 

(1 Tes. 5:3) Cuando estén diciendo: Paz y seguridad, entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán.


La pregunta que debemos hacernos es: ¿Aplica esta advertencia a este acuerdo? Lo que debemos tener presente es que, no sólo se trata de mencionar las palabras en sí, sino de llevar a un falso sentimiento de paz. En ese sentido, puede ser que estos acuerdos van a llevar a eso. 


En lo personal, creo que lo problemático no es la frase “paz y seguridad”, sino la confianza que se pone en los acuerdos con los hombres, en lugar de poner la confianza en Dios. Israel se ha afanado en hacer la paz con sus enemigos, pero se ha olvidado que su peor enemigo es el haberse apartado de los caminos de Dios. 


PACTO CON MUCHOS

Otra profecía bíblica que se está mencionando en torno a este acuerdo está en Daniel, y habla de un pacto que hará el anticristo:

(Daniel 9:27) Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.


Para que se cumpla esta profecía, tiene que haber aparecido el anticristo, y aparentemente el Templo estar reconstruido, así que aun no hemos llegado a eso. Además, el pacto es con muchos, no sólo con dos. Sin embargo, lo que es probable es que este pacto pueda ser el preámbulo del “pacto con muchos”. De hecho, ya hay otras naciones árabes que quieren unirse a los “Acuerdos de Abraham”…así que debemos estar pendientes de esto. 


2. COEXISTENCIA

Otra cosa que me llamó la atención en el texto de los acuerdos es la repetida mención de la palabra: “coexistencia”. 


En el acuerdo hay un inciso titulado: “Mutuo entendimiento y Coexistencia”, y en la introducción se habla de “un espíritu de coexistencia”, como uno de los propósitos del acuerdo:

“…fomentar una realidad en la que musulmanes, judíos, cristianos y gentes de todas las fes, denominaciones, creencias y nacionalidades puedan vivir en un espíritu de coexistencia, entendimiento y respeto mutuo…”


Esto es algo a lo que debemos prestar atención, ya que en los últimos años se ha levantado un movimiento que se conoce como “COEXIST”, que promueve la tolerancia entre las distintas religiones. Pero debo aclarar que esto no sólo se trata de un respeto mutuo entre distintas religiones y creencias, sino que ellos promueven una aceptación  y tolerancia de todo, con vistas a formar un nuevo credo universal.


De este tema quiero hablar en otro episodio, así que no profundizaré mucho en esta ocasión; pero sólo quiero mencionar algo que está conectado con los Emiratos Árabes Unidos, que son uno de los protagonistas principales de este acuerdo de paz…


Justamente el rey de los Emiratos (EAU) ha estado forjando acuerdos de coexistencia religiosa con el papa Francisco, junto con el imam principal de los Emiratos. Como resultado de estos acuerdos, el rey ofreció construir en Abu Dhabi un complejo dedicado a la coexistencia entre las tres religiones que supuestamente salieron de Abraham: el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. En ese complejo, ya se están construyendo tres modernos edificios representativos de cada religión: una sinagoga, una iglesia y una mezquita. Y en medio de los tres edificios, se encuentra el jardín de la coexistencia. Y resulta que este complejo se le va a dar el nombre de: “Casa de la Familia de Abraham”. (No puede ser casualidad que es el mismo nombre que llevan los acuerdos de paz.)


Lo delicado es que este movimiento de coexistencia está vinculado con la idea de formar una nueva religión mundial, como parte del nuevo orden mundial.


3. CONCESIÓN DE TERRITORIO.

Cuando se habla de la paz de Israel con sus vecinos árabes, un tema problemático en relación con la Biblia es: la concesión de tierra. Los árabes y palestinos siempre están presionando a Israel a ceder tierra—aunque eso es ilógico porque Israel ya es un país minúsculo, y ya no puede ceder más territorio sin comprometer su seguridad. 


Pero, regresando al punto de vista bíblico, queda claro que Israel no debería entregar ni conceder territorio. La Biblia dice que la Tierra Prometida le pertenece a los descendientes de Abraham, y especifica las dimensiones del territorio: 

(Génesis 15:18) En aquel día el SEÑOR hizo un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia he dado esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates.


Esta no fue una promesa cualquiera, sino que fue un Pacto entre Dios y Abraham, que fue confirmado como pacto perpetuo con la descendencia de Abraham (Salmo 105:6-11). 

(Génesis 17:7-8) Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.


Algo importante que debemos resaltar es que el Pacto con Abraham fue confirmado con Isaac (Gen. 26:3-4), pero no con Ismael ni los hijos de Cetura (Gen. 25.5-6). Después fue confirmado con Jacob (Gen. 35:10-12), pero no con Esaú. Esto no quiere decir que los otros hijos no recibieron nada, pues tuvieron herencia y recibieron bendición de prosperidad—que la han tenido. Pero, en cuanto a la tierra de Israel, esa le pertenece a los Hijos de Israel, no a Ismael, ni a Esaú, de quienes vienen los árabes (Génesis 27:37-40; Romanos 9:6-15; Gal. 4:22-23).


Esto no es mi opinión personal, sino lo que dice la Biblia. 


Y esta explicación de la genealogía de Abraham nos trae de vuelta al reciente “Acuerdo de Abraham”


Lo positivo del acuerdo es que, en la familia de Abraham, los hermanos han manifestado la voluntad de la reconciliación. El problema, en un sentido bíblico, vendría si comienzan a hablar de que Israel ceda territorio, porque contrariaría el Pacto de Dios, el cual está sobre cualquier pacto humano. 


En teoría, los “Acuerdos de Abraham” no contemplan la entrega de territorio. Sin embargo, salió a luz que Israel se comprometió a detener la anexión de ciertos territorios que ya habían sido reconocidos como soberanos de Israel.


Supuestamente en junio, Netanyahu había dado instrucciones de anexar el Valle del Jordán y los asentamientos judíos en Judea y Samaria. Israel ya contaba con el respaldo de EEUU para hacer esta anexión, pero los Emiratos y Bahrein pidieron que se detuviera esa acción, supuestamente en forma temporal (por dos años). Aunque queda abierta la posibilidad de la anexión en un futuro, la realidad es que puede ser que no se vuelva a abrir esa ventana de oportunidad para Israel (especialmente cuando las elecciones de EEUU están tan cerca).


En resumen, aunque Israel no “entregó territorio” en sí, la realidad es que, en cierta forma hubo una concesión porque se frenó la legalización de tierras donde judíos ya están viviendo en Judea y Samaria. 


SALIÓ A LUZ LA VERDAD

El 29 de septiembre, dos semanas después de la firma del acuerdo, el príncipe Abdullah bin Zayed, ministro del exterior de los Emiratos Árabes Unidos, dio una teleconferencia en el pleno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y habló sobre las intenciones de los Emiratos con respecto al reciente acuerdo de paz con Israel. A continuación les comparto lo que el príncipe declaró:


* El ministro dijo “tener el crédito de haber detenido el plan de Israel para anexar ciertas partes de la Franja Occidental a cambio de normalizar relaciones diplomáticas con el estado judío”. Y más adelante dijo: “Mi país ha hecho esfuerzos persistentes, usando todos los canales diplomáticos disponibles, para afirmar nuestro total rechazo a la anexión de territorio palestino, y hemos advertido del impacto que esto tendría en todas las partes y en la seguridad de la región”.


>>El dejó claro que no están de acuerdo con la anexión de las colonias judías en Judea y Samaria (ahora, y probablemente nunca).


* Declaró que los Emiratos (EAU) “permanecen firmes en la demanda de llamar al establecimiento de un Estado Palestino, según las fronteras de 1967, con el Este de Jerusalén como su capital, en línea a las resoluciones internacionales y al consenso árabe”. 


>> La implicación de esto es que la Ciudad Vieja de Jerusalén pasaría a ser parte del Estado de Palestina.


* “Esperamos que este acuerdo de paz proveerá la oportunidad para que los palestinos y los israelitas vuelvan a la mesa de negociaciones para alcanzar la paz. Y seguimos firmes en nuestra posición de apoyar al pueblo palestino y alcanzar la solución de dos estados.” 


>> La “Solución de 2 Estados” implica la división de la tierra de Israel en dos. 



Esta misma posición la confirmó el rey de Bahrein, Hamad bin Isa Al-Khalifa, en el discurso que dio en la Asamblea de las Naciones Unidas: 


* “Hago un llamado para intensificar los esfuerzos para acabar con el conflicto entre palestinos e israelitas, de acuerdo a la solución de dos estados.” 



En un sentido diplomático, los “Acuerdos de Abraham” pueden parecer como algo positivo; pero a la luz de la Biblia, estas declaraciones sólo confirman estos acuerdos no están alineados al “Pacto de Abraham” original, que Dios hizo con el patriarca y su descendencia. 



Cierro con un versículo sobre cuál es la fuente de una verdadera paz:


“Cuando los caminos del hombre son agradables al Señor, 

aun a sus enemigos hace que estén en paz con él.” 

(Proverbios 16:7) 



También en VIDEO:

YouTube (Canal: Cita Divina)

Link directo: https://www.youtube.com/watch?v=44Ah3F1e9Xg&t=10s




No hay comentarios:

Publicar un comentario