La lluvia temprana o primera lluvia es la que cae en octubre. Luego de haber recogido la cosecha de otoño, la tierra queda preparada para recibir esa primera lluvia y prepararla para la siembra de la siguiente cosecha.
Proféticamente, la lluvia temprana está relacionada con las fiestas de otoño: Trompetas (heb. Rosh Hashaná), Expiación (heb. Yom Kipur) y Tabernáculos (heb. Sucot).
La lluvia tardía es la que cae al final de las cosechas de cebada y trigo, la cual es muy valiosa para la madurez de estos granos.
Proféticamente, la lluvia tardía está relacionada con las fiestas de primavera: Pascua (heb. Pesaj), Panes Sin Levadura (heb. Jag HaMatzot) y Primicias (heb. Bikurim).
Los profetas Oseas y Joel comparan la venida de nuestra salvación con la lluvia.
(Joel 2:23) Hijos de Sion, regocijaos y alegraos en el SEÑOR vuestro Dios; porque El os ha dado la lluvia temprana para vuestra vindicación, y ha hecho descender para vosotros la lluvia, la lluvia temprana y la tardía como en el principio.
(Oseas 6:1-3) Venid, volvamos al SEÑOR. Pues El nos ha desgarrado, y nos sanará; nos ha herido, y nos vendará. (2) Nos dará vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante de El. (3) Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al SEÑOR. Su salida es tan cierta como la aurora, y El vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra.
La lluvia tardía y temprana se refiere a la primera y segunda venidas del Mesías acerca de las cuales nos hablan las fiestas bíblicas. Nos mostró lo natural para que pudiéramos comprender lo espiritual (1 Corintios 15:46-47).
Así como Dios nos envía fielmente la lluvia (Isaías 55:10-11) y produce fruto en la tierra, El Padre también enviará al Mesías para traer fruto de salvación y restauración.
FRUTO DE LAS COSECHAS
Como ya mencionamos, las fiestas están relacionadas con las estaciones y las cosechas.
Fiestas relacionadas con la cosecha de:
Pascua
Panes Sin Levadura
Primicias CEBADA
Semanas o Pentecostés TRIGO
Al llegar a celebrar las fiestas en Jerusalén, los israelitas aprovechaban para entregarle al Señor las primicias de los frutos de sus cosechas.
La Biblia dice que no lleguemos delante del Señor con las manos vacías.
(Deuteronomio 16:16) Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante del SEÑOR tu Dios en el lugar que El escoja: en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos; y no se presentarán con las manos vacías delante del SEÑOR.
De lo que Él nos ha dado, debemos darle a Él lo primero, la primicia. De esta forma no olvidaremos que Dios es lo primero en nuestras vidas y que todo lo que tenemos viene de Él.
¡No nos presentamos ante Dios con las manos vacías!
Dios nos salvó; ahora demos nosotros frutos de arrepentimiento.
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