lunes, 16 de agosto de 2010

Joel (Día 7): Estado del pueblo de Dios (I)



DORMIDOS Y BORRACHOS
¿Por qué el pueblo no se arrepintió a pesar de las plagas y los juicios?
Joel nos da un panorama del estado del pueblo de Dios:
(Joel 1:5)  Despertad, borrachos, y llorad, y gemid todos los que bebéis vino, a causa del vino dulce que os es quitado de la boca.

Joel los describe como “dormidos y borrachos”.

Para usar una expresión coloquial, el pueblo de Dios estaba “dormido en sus laureles”. Estaban acomodados y confiados, creyendo que nada malo les podía pasar porque eran parte del “pueblo de Dios” y vivían en Jerusalén, el lugar donde Dios había puesto Su Nombre.

¿Por qué los describe como “borrachos”?
Para entenderlo, veamos cuáles son los efectos del licor. Proverbios lo define de una forma muy clara:
(Proverbios 23:29-35)  ¿De quién son los ayes? ¿De quién las tristezas? ¿De quién las contiendas? ¿De quién las quejas? ¿De quién las heridas sin causa? ¿De quién los ojos enrojecidos? (30) De los que se demoran mucho con el vino, de los que van en busca de vinos mezclados. (31) No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece en la copa; entra suavemente, (32) pero al final como serpiente muerde, y como víbora pica. (33) Tus ojos verán cosas extrañas, y tu corazón proferirá perversidades. (34) Y serás como el que se acuesta en medio del mar, o como el que se acuesta en lo alto de un mástil. (35) Y dirás: me hirieron, pero no me dolió; me golpearon, pero no lo sentí. Cuando despierte, volveré a buscar más.

La borrachera causa los siguientes efectos en una persona:
  • Pierde la vergüenza e inhibición, por lo tanto, pierde el control sobre sus pasiones.
  • No distingue entre la realidad y la fantasía, ni entre lo bueno y lo malo.
Por esta razón, Dios requirió que los sacerdotes no beban vino cuando van a servir en el Santuario (Eze. 44:21,23).
(Levítico 10:8-11)  El SEÑOR habló a Aarón, diciendo: (9) No beberéis vino ni licor, tú ni tus hijos contigo, cuando entréis en la tienda de reunión, para que no muráis (es estatuto perpetuo por todas vuestras generaciones), (10) y para que hagáis distinción entre lo santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio, (11) y para que enseñéis a los hijos de Israel todos los estatutos que el SEÑOR les ha dicho por medio de Moisés.

La Biblia dice lo mismo de los reyes.
(Proverbios 31:4-5) No es para los reyes, oh Lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para los gobernantes desear bebida fuerte; (5) no sea que beban y olviden lo que se ha decretado, y perviertan los derechos de todos los afligidos.

La persona que está dormida y borracha no se da cuenta de la realidad. Vive en una fantasía. Además, vive guiado por sus pasiones ya que no las puede controlar.

Ese era el estado del pueblo de Dios en tiempos de Joel, lo cual es sombra de la condición espiritual de la iglesia en los últimos tiempos. Por eso Jesús hizo la siguiente advertencia:
(Lucas 21:34-36)  Estad alerta, no sea que vuestro corazón se cargue con disipación y embriaguez y con las preocupaciones de la vida, y aquel día venga súbitamente sobre vosotros como un lazo; (35) porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. (36) Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre.

Pablo también escribió al respecto:
(Efesios 5:14-18)  Por esta razón dice: Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo. (15) Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, (16) aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. (17) Así pues, no seáis necios, sino entended cuál es la voluntad del Señor. (18) Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, sino sed llenos del Espíritu.

Podemos estar “dormidos”, aunque estemos despiertos, soñando con una vida de fantasía, entretenidos con los sueños propios, en lugar de estar pendientes de los planes de Dios para nuestros tiempos.

Podemos estar “borrachos”, dando rienda suelta a las pasiones, en lugar de vivir sobriamente como Dios manda.

La alarma para despertar del sueño es el arrepentimiento. El remedio contra la borrachera es conocer la Palabra de Dios.

(Romanos 13:11-14)  Y haced todo esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertaros del sueño; porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando creímos. (12) La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. (13) Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias; (14) antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne.

ORACIÓN

Señor, si estoy dormido, despiértame. Ya no quiero seguir “dormido en mis laureles” pretendiendo que todo está bien. Todavía hay mucho que debo aprender y que debo cambiar, hasta ser transformado a Tu imagen.
Señor, si me he embriagado con el vino de este mundo, te pido perdón. Te ruego que me muestres cómo puedo vivir como es digno de un hijo del Rey.
Ya no quiero vivir más para “mis planes”, sino quiero unirme a Tu propósito para mi vida y para este mundo. Abre mis ojos para ver y mis oídos para oír lo que estás hablando a la iglesia.

[Silencio para escuchar]

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