domingo, 15 de agosto de 2010

Respuesta ante una Plaga (Día 6)


RESPUESTA ANTE UNA PLAGA
Dios le reveló al rey Salomón lo que se debe hacer en caso de que en la nación caiga una plaga de langostas—o si se cierran los cielos o llega una pestilencia. Esta revelación se la dio luego de inaugurar el Templo.

(2 Crónicas 7:11-16)  Así acabó Salomón la casa del SEÑOR y el palacio del rey, y llevó a cabo todo lo que se había propuesto hacer en la casa del SEÑOR y en su palacio. (12) Y el SEÑOR se apareció a Salomón de noche y le dijo: He oído tu oración, y he escogido para mí este lugar como casa de sacrificio. (13) Si cierro los cielos para que no haya lluvia, o si mando la langosta a devorar la tierra, o si envío la pestilencia entre mi pueblo, (14) y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra. (15) Ahora mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a la oración que se haga en este lugar, (16) pues ahora he escogido y consagrado esta casa para que mi nombre esté allí para siempre, y mis ojos y mi corazón estarán allí todos los días.

El Señor reveló cuál es el secreto para sanar la tierra: humillarse delante de Dios, buscar Su Rostro y arrepentirse.


UN EJEMPLO EN LA HISTORIA
En la historia de Israel vemos un ejemplo de este principio. Ante una amenaza, el rey Josafat convocó un ayuno y buscó a Dios.
(2 Crónicas 20:1-4)  Y aconteció después de esto, que los hijos de Moab y los hijos de Amón, y con ellos algunos de los meunitas, vinieron a pelear contra Josafat. (2) Entonces vinieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Viene contra ti una gran multitud de más allá del mar, de Aram y, he aquí, están en Hazezon-tamar, es decir, En-gadi. (3) Y Josafat tuvo miedo y se dispuso a buscar al SEÑOR, y proclamó ayuno en todo Judá. (4) Y se reunió Judá para buscar ayuda del SEÑOR; aun de todas las ciudades de Judá vinieron para buscar al SEÑOR.

El rey convocó a todo el pueblo a una asamblea y proclamó un ayuno.
(2 Crónicas 20:5-9)  Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa del SEÑOR, delante del atrio nuevo, (6) y dijo: Oh SEÑOR, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos? ¿Y no gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? En tu mano hay poder y fortaleza y no hay quien pueda resistirte. (7) ¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste para siempre a la descendencia de tu amigo Abraham? (8) Y han habitado en ella, y allí te han edificado un santuario a tu nombre, diciendo: (9) Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás.

Aquí el rey citó las palabras de Salomón (2 Cro. 7:13-14). El resultado fue que el Señor los libró de sus enemigos. Ni siquiera tuvieron que pelear. El única arma que usaron fue la alabanza (2 Cro. 20:14-30).
(2 Crónicas 20:21-22)   Y habiendo consultado con el pueblo, designó a algunos que cantaran al SEÑOR y a algunos que le alabaran en vestiduras santas, conforme salían delante del ejército y que dijeran: Dad gracias al SEÑOR, porque para siempre es su misericordia. (22) Y cuando comenzaron a entonar cánticos y alabanzas, el SEÑOR puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y del monte Seir, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados.


EL MISMO PRINCIPIO
Joel usó el mismo principio. Ante el día malo, convocó a un ayuno e hizo un llamado al arrepentimiento.
(Joel 1:14)  Promulgad ayuno, convocad asamblea; congregad a los ancianos y a todos los habitantes de la tierra en la casa del SEÑOR vuestro Dios, y clamad al SEÑOR.

Esto es lo mismo que debemos hacer nosotros. Si sentimos la corrección divina, ya sea a nivel personal, nacional o mundial, lo que debemos hacer es humillarnos delante de Dios, buscar Su rostro y arrepentirnos. Si lo hacemos, vendrá sanidad, restauración y protección.

INTERCESIÓN
Otra respuesta que podemos tener ante un juicio divino es la que tuvo el profeta Amós, quien vivió en tiempos de Joel.
(Amós 7:1-3)  Esto me mostró el Señor DIOS: He aquí, El formaba enjambre de langostas cuando comenzaba a brotar la cosecha de primavera. Y he aquí, la cosecha de primavera era después de la siega del rey. (2) Y sucedió que cuando habían terminado de devorar la hierba de la tierra, yo dije: Señor DIOS, perdona, te ruego. ¿Cómo podrá resistir Jacob si es tan pequeño? (3) Se apiadó el SEÑOR de esto: No sucederá--dijo el SEÑOR.

La intercesión puede detener el juicio por un tiempo. En ese lapso, se le da a la persona o al pueblo la oportunidad de arrepentirse.  Pero si no lo hace, el juicio vendrá a quien lo necesite.


ORACIÓN
Señor, gracias porque nos has revelado el secreto de cómo hacer frente al día malo. Por eso, hoy me humillo ante Ti, busco Tu rostro y me arrepiento de mis malos caminos. Sé que Tú me oirás desde los cielos, me perdonarás y traerás restauración.
 Señor, Tus ojos están abiertos y Tus oídos están atentos a las oraciones de Tu Iglesia. Por eso hoy intercedo por mi nación, sabiendo que Tú eres tardo para la ira y grande en misericordia. Hay tanta maldición en esta tierra porque el pecado ha abundado. Pero te pido, Señor, que envíes un espíritu de arrepentimiento antes que de juicio. Que tu Espíritu Santo sople sobre todo el territorio para darnos la oportunidad de arrepentirnos, y así sanes nuestra Tierra.  
Amén.

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