martes, 17 de agosto de 2010

Joel (Día 8): Estado del pueblo de Dios (II)


Ya vimos que el pueblo de Dios estaba como “borracho” sin poder distinguir entre el bien y el mal. No era simple ignorancia, la cual puede ser curada, sino era estupor. Estaban “embebidos” en sus propias fantasías, y no podían apreciar la verdad. En otras palabras, estaban sordos.
(Jeremías 6:10)  ¿A quiénes hablaré y advertiré, para que oigan? He aquí, sus oídos están cerrados, y no pueden escuchar. He aquí, la palabra del SEÑOR les es oprobio; no se deleitan en ella.

Algunos se creían buenos, cuando no lo eran. Otros sabían que actuaban mal, pero creían que sus acciones no tendrían consecuencias. En otras palabras, se creían “intocables”…

SE CREÍAN INTOCABLES
Ellos creían que no les podría pasar nada por el simple hecho de ser el pueblo escogido de Dios.
(Miqueas 3:9-11)  Oíd ahora esto, jefes de la casa de Jacob y gobernantes de la casa de Israel, que aborrecéis la justicia y torcéis todo lo recto, (10) que edificáis a Sion con sangre y a Jerusalén con iniquidad. (11) Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan por precio, sus profetas adivinan por dinero, y se apoyan en el SEÑOR, diciendo: ¿No está el SEÑOR en medio de nosotros? No vendrá sobre nosotros mal alguno.

Ellos creían que Dios no permitiría que los enemigos invadieran Jerusalén porque allí se encontraba el Templo. Creían que podían seguir pecando y quedar inmunes.

Aun así, en Su misericordia Dios levantó profetas como Joel, Jeremías y Miqueas para despertar a Su Pueblo y llamarlos al arrepentimiento, antes que fuera demasiado tarde.

Pero prefirieron la mentira a la verdad…

FALSO CONSUELO
Parte del problema en tiempos de Joel es que se levantaron falsos profetas que comenzaron a “consolar” al pueblo, en lugar de confrontarlo por su pecado. Éstos les hablaban de “paz” cuando en realidad necesitaban un llamado al arrepentimiento.
(Jeremías 6:13-15)  Porque desde el menor hasta el mayor, todos ellos codician ganancias, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño. (14) Y curan a la ligera el quebranto de mi pueblo, diciendo: "Paz, paz", pero no hay paz. (15) ¿Se han avergonzado de la abominación que han cometido? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun han sabido ruborizarse; por tanto caerán entre los que caigan; en la hora que yo los castigue serán derribados--dice el SEÑOR.

Curar a la ligera” era como poner una curita. En lugar de confrontar el pecado, que era la causa de sus males, les decían que todo saldría bien al final porque eran “hijos de Dios”. Pero se les olvidó que Dios corrige a quien ama (Prov. 3:12).
(Jeremías 8:11-13)   Y curan a la ligera el quebranto de la hija de mi pueblo, diciendo: "Paz, paz", pero no hay paz. (12) ¿Se han avergonzado de la abominación que han cometido? Ciertamente no se han avergonzado, tampoco han sabido ruborizarse; por tanto caerán entre los que caigan, en la hora de su castigo serán derribados'-dice el SEÑOR. (13) Ciertamente los destruiré--declara el SEÑOR--; no habrá uvas en la vid, ni higos en la higuera, y la hoja se marchitará; lo que les he dado, pasará de ellos.

¿Quién no reaccionaría ante tal advertencia? Cualquiera que estuviera en sus cabales hubiera reaccionado…pero el pueblo de Dios estaba dormido, borracho y sordo. No oyeron la alerta, ni atendieron al llamado a arrepentirse. Por eso Dios envió la plaga de langostas, el cual acabó con sus cultivos. Tal vez así reaccionarían, antes de tener que enviar un juicio mayor: el ejército babilónico.

Aun en medio de esto, Dios advirtió al pueblo acerca de estos falsos profetas.
(Jeremías 23:16-22)  Así dice el SEÑOR de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan. Ellos os conducen hacia lo vano; os cuentan la visión de su propia fantasía, no de la boca del SEÑOR. (17) Dicen de continuo a los que me desprecian: "El SEÑOR ha dicho: 'Tendréis paz'"; y a todo el que anda en la terquedad de su corazón dicen: "No vendrá calamidad sobre vosotros." (18) Pero ¿quién ha estado en el consejo del SEÑOR, y vio y oyó su palabra? ¿Quién ha prestado atención a su palabra y la ha escuchado? (19) He aquí, la tempestad del SEÑOR ha salido con furor, un torbellino impetuoso descargará sobre la cabeza de los impíos. (20) No se apartará la ira del SEÑOR hasta que haya realizado y llevado a cabo los propósitos de su corazón. En los postreros días lo entenderéis claramente. (21) Yo no envié a esos profetas, pero ellos corrieron; no les hablé, mas ellos profetizaron. (22) Pero si ellos hubieran estado en mi consejo, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.

Lamentablemente, el pueblo de Dios prefirió oír a los profetas falsos que les traían un mensaje lindo y esperanzador, que no los confrontaba ni amenazaba su estilo de vida.

Todo esto volverá a repetirse en los últimos días. Muchos creyentes estarán como “borrachos”, dejándose llevar por sus pasiones, sin poder distinguir entre el bien y el mal. Muchos estarán “dormidos”, sin darse cuenta de lo que está pasando en la realidad espiritual. La gente entrará en negación, sin querer aceptar lo que viene. En lugar de despertar a la realidad, van a preferir escuchar a aquellos que les dicen lo que ellos quieren oír.

Por eso, Pablo escribió lo siguiente:
(2 Timoteo 4:1-4)  Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: (2) Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. (3) Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; (4) y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a mitos.

Tengamos cuidado que no nos pase esto. Atendamos al llamado de arrepentimiento desde el principio.

ORACIÓN
Señor, te pido que no permitas que me engañe a mi mismo. Sálvame de los profetas que vendrán a decir lo que yo quiero escuchar. Estoy dispuesto a oír la verdad. Quiero estar despierto y sobrio en estos tiempos. Abre mis ojos para ver la realidad, aunque no me guste. Abre mis oídos para oír la verdad, porque sólo así puedo alinearme a Tu voluntad y prepararme para Tu venida.

Señor, también úsame para hablar la verdad a aquellos que la quieran escuchar, y así tengan la oportunidad de enmendar sus caminos antes del gran Día del Señor. Gracias porque Tú siempre envías un aviso antes del juicio. Gracias por Tu misericordia.


[Silencio para escuchar]

1 comentario:

  1. Cuando leí la siguiente escritura,

    (Jeremías 8:11-13) Y curan a la ligera el quebranto de la hija de mi pueblo, diciendo: "Paz, paz", pero no hay paz. (12) ¿Se han avergonzado de la abominación que han cometido? Ciertamente no se han avergonzado, tampoco han sabido ruborizarse; por tanto caerán entre los que caigan, en la hora de su castigo serán derribados'-dice el SEÑOR. (13) Ciertamente los destruiré--declara el SEÑOR--; no habrá uvas en la vid, ni higos en la higuera, y la hoja se marchitará; lo que les he dado, pasará de ellos

    Me di cuenta que la higuera es símbolo de arrepentimiento, es decir su fruto... En la escritura menciona que sus higueras no darán fruto, aludiendo a que no se arrepentirán, y por eso los destruirá.

    "Que Dios nos de fruto de la higuera al ciento por uno...."


    Feliz mes de Elul....

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