domingo, 7 de noviembre de 2010

Luna Nueva: Mes 9

CONVOCACIÓN EN EL MES NOVENO

En un mes como éste se convocó en Israel a toda la población para tratar un asunto muy importante.
(Esdras 10:7-9) E hicieron una proclama en Judá y Jerusalén a todos los desterrados para que se reunieran en Jerusalén, (8) y a cualquiera que no viniera dentro de tres días, conforme al consejo de los jefes y de los ancianos, le serían confiscadas todas sus posesiones y él mismo sería excluido de la asamblea de los desterrados. (9) Se reunieron, pues, todos los hombres de Judá y Benjamín en Jerusalén dentro de los tres días. Era el mes noveno, el día veinte del mes, y todo el pueblo se sentó en la plaza delante de la casa de Dios, temblando a causa de este asunto y de la intensa lluvia.

El mes noveno cae aproximadamente entre noviembre y diciembre. En Jerusalén es una época fría y lluviosa. A pesar del clima, se convocó a una asamblea. ¿Cuál era ese asunto tan apremiante que debían tratar?
Esdras estaba haciendo un llamado al arrepentimiento.
(Esdras 10:10-11)  Entonces se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: Vosotros habéis sido infieles y os habéis casado con mujeres extranjeras añadiendo así a la culpa de Israel. (11) Ahora pues, confesad al SEÑOR, Dios de vuestros padres, y haced su voluntad; separaos de los pueblos de esta tierra y de las mujeres extranjeras.

¿Cuál fue la respuesta del pueblo?
(Esdras 10:12-14)  Y toda la asamblea respondió, y dijo a gran voz: ¡Está bien! Tal como has dicho es nuestro deber hacer. (13) Sólo que el pueblo es numeroso, y es la temporada de lluvia, y no podemos permanecer fuera. Tampoco se puede hacer todo en un solo día ni en dos, porque hemos pecado en gran manera en este asunto. (14) Que nuestros jefes representen toda la asamblea y que todos aquellos en nuestras ciudades que se han casado con mujeres extranjeras vengan en tiempos señalados, junto con los ancianos y jueces de cada ciudad, hasta que la tremenda ira de nuestro Dios a causa de este asunto se aparte de nosotros.

Unos estuvieron de acuerdo, pero otros se opusieron.
(Esdras 10:15)  Solamente Jonatán, hijo de Asael, y Jahazías, hijo de Ticva, se opusieron a esto, con Mesulam y el levita Sabetai respaldándolos.

El proceso de limpieza del pueblo duró varios meses. Terminó el 1 de Nisán.
(Esdras 10:16-17)  Pero los desterrados sí lo hicieron. Y el sacerdote Esdras designó a hombres jefes de casas paternas por cada una de sus casas paternas, todos ellos por nombre. Y se reunieron el primer día del décimo mes para investigar el asunto. (17) Terminaron de investigar a todos los hombres que se habían casado con mujeres extranjeras el primer día del mes primero.

¿Qué tenía de malo casarse con mujeres extrañas?
La Biblia claramente nos instruye a no unirnos en yugo desigual.
(Deu. 7:1-5)  Cuando el SEÑOR tu Dios te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para poseerla y haya echado de delante de ti a muchas naciones: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, siete naciones más grandes y más poderosas que tú, (2) y cuando el SEÑOR tu Dios los haya entregado delante de ti, y los hayas derrotado, los destruirás por completo. No harás alianza con ellos ni te apiadarás de ellos. (3) Y no contraerás matrimonio con ellos; no darás tus hijas a sus hijos, ni tomarás sus hijas para tus hijos. (4) Porque ellos apartarán a tus hijos de seguirme para servir a otros dioses; entonces la ira del SEÑOR se encenderá contra ti, y El pronto te destruirá. (5) Mas así haréis con ellos: derribaréis sus altares, destruiréis sus pilares sagrados, y cortaréis sus imágenes de Asera, y quemaréis a fuego sus imágenes talladas.

Si lo hacemos, los hijos corren riesgo de apartarse de Dios (Exo. 34:11-16).

Josué también habla del peligro de unirse con los pueblos extranjeros.
(Josué 23:6-13)  Esforzaos, pues, en guardar y en hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, para que no os apartéis de ella ni a la derecha ni a la izquierda, (7) a fin de que no os juntéis con estas naciones, las que quedan entre vosotros. No mencionéis el nombre de sus dioses, ni hagáis a nadie jurar por ellos, ni los sirváis, ni os inclinéis ante ellos, (8) sino que al SEÑOR vuestro Dios os allegaréis, como lo habéis hecho hasta hoy. (9) Porque el SEÑOR ha expulsado a naciones grandes y poderosas de delante de vosotros; y en cuanto a vosotros, nadie os ha podido hacer frente hasta hoy. (10) Un solo hombre de vosotros hace huir a mil, porque el SEÑOR vuestro Dios es quien pelea por vosotros, tal como El os ha prometido. (11) Tened sumo cuidado, por vuestra vida, de amar al SEÑOR vuestro Dios. (12) Porque si os volvéis, y os unís al resto de estos pueblos que permanecen entre vosotros, y contraéis matrimonio con ellos, y os juntáis con ellos, y ellos con vosotros, (13) ciertamente sabed que el SEÑOR vuestro Dios no continuará expulsando a estas naciones de delante de vosotros, sino que serán como lazo y trampa para vosotros, como azote en vuestros costados y como espinas en vuestros ojos, hasta que perezcáis de sobre esta buena tierra que el SEÑOR vuestro Dios os ha dado.

También Pablo dice:
(2 Cor. 6:14-17)  No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? (15) ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? (16) ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: HABITARE EN ELLOS, Y ANDARE ENTRE ELLOS; Y SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO. (17) Por tanto, SALID DE EN MEDIO DE ELLOS Y APARTAOS, dice el Señor; Y NO TOQUEIS LO INMUNDO, y yo os recibiré.

La investigación la comenzó Esdras, pero Nehemías fue quien terminó de depurar al pueblo, sobre todo al sacerdocio.
(Neh. 13:23-30)  Vi también en aquellos días a judíos que se habían casado con mujeres asdoditas, amonitas y moabitas. (24) De sus hijos, la mitad hablaban la lengua de Asdod, y ninguno de ellos podía hablar la lengua de Judá, sino la lengua de su propio pueblo. (25) Y contendí con ellos y los maldije, herí a algunos de ellos y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros mismos. (26) ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Sin embargo, entre tantas naciones no hubo rey como él, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo Israel; pero aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. (27) ¿Y se debe oír de vosotros que habéis cometido todo este gran mal obrando infielmente contra nuestro Dios casándoos con mujeres extranjeras? (28) Aun uno de los hijos de Joiada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat horonita, y lo eché de mi lado. (29) Acuérdate de ellos, Dios mío, porque han profanado el sacerdocio y el pacto del sacerdocio y de los levitas. (30) Así los purifiqué de todo lo extranjero, y designé oficios para los sacerdotes y levitas, cada uno en su ministerio.

No es casualidad que éste es el mensaje central de la fiesta que se celebra al final del mes: Januka… 
[Hablaremos de esta fiesta en otra entrada...¡estén pendientes!]


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