miércoles, 23 de febrero de 2011

VENCE EL MIEDO

Quiero compartirles las notas de otra enseñanza de Robert Heidler (Glory of Zion, feb. 2011), pues es un tema importante para los tiempos que estamos viviendo y los que se vienen pronto... 


Hoy en día, muchos están atormentados por el miedo. Cuando piensan en lo que depara el futuro, muchos se llenan de inseguridades y temores (Lucas 21:26).

¿Qué es el miedo?

El diccionario lo define así:
a. Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.

b. Sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea.

Por lo general, el miedo es provocado por una amenaza, la cual puede ser real o imaginaria.

Por otro lado, no todo temor es malo. Dios nos ha dado un temor natural que nos ayuda a evitar cometer errores o dañarnos a nosotros mismos. Este miedo nos lleva a ser prudentes.

TEMOR POSITIVO
Otro temor positivo es el “temor a Dios”, el cual es una actitud de respeto y admiración que nos lleva a obedecerle y a honrarle.

(Prov. 14:27) El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte.

(Prov. 22:4)  Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.

(Salmo 31:19)  ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!

(Prov. 19:23)  El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre; no será visitado de mal.


MIEDO NEGATIVOPero también hay un temor o miedo que es negativo. El miedo negativo es la inseguridad y el pavor que viene cuando uno piensa que algo malo le “podría” pasar. Es la expectativa de que algo malo va a suceder. En otras palabras, el miedo es la fe en lo malo por venir. El miedo negativo es la creencia de que el Padre Celestial NO tendrá cuidado de ti.

El miedo negativo es uno de los instrumentos más utilizados por el enemigo. Éste nos lleva a ser pasivos, en lugar de proactivos. Nos paraliza. Trae preocupación, ansiedad y tormento. Apaga la fe. Nos mantiene cautivos y fracasados.

El espíritu de miedo nos atormenta con dudas: ¿Qué pasa si pierdo el trabajo y no puedo pagar mis cuentas? ¿Qué pasa si me enfermo? ¿Qué me pasaría si muere un ser querido?

El espíritu de miedo busca atormentarnos sobre el futuro. Si el miedo toma raíz, nos puede llevar a desesperanza, incredulidad y estancamiento.

Pero Dios tiene una alternativa para el miedo…y es la FE.

La fe en Dios es la confianza en que el Señor es Todopoderoso, que Él te ama y que Él está a tu cuidado.

Dios quiere que venzamos el miedo con fe.
En lugar de temer el futuro, la fe nos lleva a la expectativa de lo bueno que Dios traerá para mañana.

MIEDO O FE EN DIOS
Cuando nos enfrentamos a las circunstancias de la vida tenemos dos opciones:
a. Tener MIEDO
b. Tener FE

No se puede tener ambas al mismo tiempo.
Cada una de estas opciones nos lleva en diferente dirección:

a. Miedo
El miedo en la anticipación de “lo malo que está por venir”. Es la expectativa de que vendrá daño o cosas negativas. Si vivimos por miedo, esto nos llevará a querer estar “en control”, para evitar que lo malo nos suceda. Las personas que sienten miedo tienden a buscar estar en control, dominar y manipular.

El miedo también lleva a la idolatría y a la superstición. Creen que pueden controlar las cosas con amuletos o por medio de ídolos como el dinero, la fuerza o el poder.

Ultimadamente, el miedo lleva a frustración porque ningún humano puede controlar todas las circunstancias. Uno no podrá sentirse completamente seguro en este mundo. El miedo nunca nos podrá permitir apreciar el poder de Dios.

El miedo es una treta del enemigo para mantenernos cautivos y prevenirnos de entrar a nuestro destino o cumplir nuestro propósito.

b. Fe
La fe es la expectativa de lo bueno que Dios tiene para uno. Es el resultado de creer que: Dios es bueno, Él está en control; Él es fiel; Él es Todopoderoso; Él tiene un buen propósito para mi vida.

Contrario al miedo, cuando uno tiene fe, uno está dispuesto a ceder el control a Dios. Cuando hacemos esto, nos posicionamos para hacer la voluntad de Dios y experimentar sus bendiciones. Cuando uno confía en Dios, y cede ante Él y se somete, entonces uno encuentra la satisfacción y realización, en lugar de frustración.

Cuando uno se somete al Señor, estaremos abiertos para recibir la revelación de Dios. En la medida en que respondamos a esta revelación, recibiremos poder de lo alto.

Cuando uno siente miedo, uno tiene puede elegir entre el miedo o la fe.
(Salmo 56:3-4)  El día en que temo, yo en ti confío. (4) En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?

(Salmo 34:4)  Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.

Cuando sentimos miedo, de inmediato debemos acudir a Dios. Si le conocemos y ponemos en El la confianza, los temores desparecerán. Los miedos se verán insignificantes a la par de Dios.

Todos tenemos la opción de escoger. Pero la opción de Dios nunca es el miedo.
(2 Timoteo 1:7)  Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

NO TEMAS
Muchas veces en la Biblia leemos la frase: “No temas”.
Esto lo dice porque el ser humano está lleno de temores.

¿Por qué sentimos miedo? Por nos vemos a nosotros mismos y sabemos que no podemos enfrentar las circunstancias negativas. Por eso, el Señor dice: “No temas”, y luego habla de quién es Él. Si sabemos quién está con nosotros, no deberíamos tener miedo.

Algunos ejemplos son:
(Isa 41:10)  No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.

Unos versículos después dice:
(Isa 41:13-14)  Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, que sostiene tu diestra, que te dice: "No temas, yo te ayudaré." (14) No temas, gusano de Jacob, vosotros hombres de Israel; yo te ayudaré--declara el SEÑOR-- y tu Redentor es el Santo de Israel.

(Salmo 27:1)  El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?

¿Cómo podemos vencer el miedo y escoger la fe?
(Rom. 10:17) Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.

Escuchemos lo que Dios dice, en lugar de escuchar al enemigo.

La fe viene de conocer a Dios, y creerle a Él.
¿Miedo o fe? La elección es de uno…

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