lunes, 4 de abril de 2011

Luna Nueva (Mes 1)

NISAN o ABIB

El primer mes del calendario hebreo se le conoce como Nisan. Este es un nombre babilonio que comenzaron a usar los judíos luego de su cautiverio en Babilonia.
También recibe otro nombre en hebreo: Abib, que literalmente significa: tierno o verde. Se le llama así porque este mes marca el inicio de la primavera.

Originalmente, este mes era el séptimo del calendario bíblico, según el conteo a partir del mes en que fue creado el hombre. Pero en Éxodo 12, Dios cambió el orden del calendario. Lo que sucedió en ese momento fue tan importante, que Dios marcó ese mes como un nuevo inicio.
(Exo. 12:1-2)  Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: (2) Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros.

Lo que sucedió en ese mes fue el Éxodo, la salida de Egipto. Este fue el inicio del proceso de Redención, y esto es lo que se celebra en la Fiesta establecida por Dios para este mes.
(Deu. 16:1-3)  Observarás el mes de Abib y celebrarás la Pascua al SEÑOR tu Dios, porque en el mes de Abib el SEÑOR tu Dios te sacó de Egipto de noche. (2) Y sacrificarás la Pascua al SEÑOR tu Dios con ofrendas de tus rebaños y de tus manadas, en el lugar que el SEÑOR escoja para poner allí su nombre. (3) No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción (porque aprisa saliste de la tierra de Egipto), para que recuerdes todos los días de tu vida el día que saliste de la tierra de Egipto.

Esta fiesta no es sólo para aquellos judíos que salieron de Egipto. Dios estableció que esta fiesta debía ser celebrada para siempre.
(Exo. 12:14)  Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.

Nosotros, hoy, también tenemos algo que celebrar, porque también hemos sido redimidos…de la garras del pecado al cual estábamos esclavizados. Pero el Cordero de Dios nos libró cuando murió por nosotros en la cruz, precisamente en el día de Pascua.

TRES FIESTAS EN UNA SEMANA
Hay otras dos fiestas relacionadas con la Pascua: Panes Sin Levadura y Primicias.

a. Panes Sin Levadura (heb. Jag HaMatzot)
(Exo. 12:15-20)  Siete días comeréis panes sin levadura; además, desde el primer día quitaréis toda levadura de vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado desde el primer día hasta el séptimo, esa persona será cortada de Israel. (16) Y en el primer día tendréis una santa convocación, y otra santa convocación en el séptimo día; ningún trabajo se hará en ellos, excepto lo que cada uno deba comer. Sólo esto podréis hacer. (17) Guardaréis también la fiesta de los panes sin levadura, porque en ese mismo día saqué yo vuestros ejércitos de la tierra de Egipto; por tanto guardaréis este día por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua. (18) En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde, hasta el día veintiuno del mes por la tarde. (19) Por siete días no habrá levadura en vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado, esa persona será cortada de la congregación de Israel, ya sea extranjero o nativo del país. (20) No comeréis nada leudado; en todo lugar donde habitéis comeréis panes sin levadura.

¿Por qué se come pan SIN levadura?
La levadura representa pecado.

Tradicionalmente, los judíos hacen limpieza completa de sus casas en los días previos a la Pascua. Sacan todo alimento que tenga levadura o rastros de ella. Esto es un acto físico de una verdad espiritual. En esta época previa a la Pascua, en los primero días del año bíblico, debemos analizar nuestras vidas para examinar si tenemos “levadura” o pecado.

Esta limpieza fue la que Jesús hizo en el Templo, justamente antes de la Pascua.
(Juan 2:13-17)  La Pascua de los judíos estaba cerca, y Jesús subió a Jerusalén, (14) y encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. (15) Y haciendo un azote de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas; (16) y dijo a los que vendían palomas: Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio. (17) Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: EL CELO POR TU CASA ME CONSUMIRA.

Esto lo volvió a hacer antes de celebrar su última Pascua, luego de haber hecho su entrada triunfal en Jerusalén en el día 10 de Nisán.
(Mat. 21:10-14)  Cuando El entró en Jerusalén, toda la se agitó, y decían: ¿Quién es éste? (11) Y las multitudes contestaban: Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea. (12) Y entró Jesús en el templo y echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas. (13) Y les dijo: Escrito está: "MI CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACION", pero vosotros la estáis haciendo CUEVA DE LADRONES. (14) Y en el templo se acercaron a El los ciegos y los cojos, y los sanó.

Esto es lo que debemos hacer para prepararnos para la Pascua.
(1 Cor. 5:6-8)  Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? (7) Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado. (8) Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.

Los días previos a la Pascua debemos buscar la “levadura” en nuestras vidas. Debemos ser sinceros con nosotros mismos y buscar la verdad. Debemos ser transparentes con Dios, y sacar lo malo. Cada año debemos examinarnos para ver en qué podemos mejorar. ¿Hay áreas dentro de nosotros que todavía están cautivas? ¿En qué todavía no tenemos libertad? Tal vez hay un área en la que no estamos dando buen fruto, y debemos preguntarle al Señor a qué se debe. Es tiempo de quitar las piedras que no dejan que nuestro jardín floree y dé fruto.

En el contexto de la limpieza del Templo, Jesús encontró una higuera que no daba fruto.
(Mat. 21:18-20)  Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad, tuvo hambre. (19) Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló nada en ella sino sólo hojas, y le dijo: Nunca jamás brote fruto de ti. Y al instante se secó la higuera. (20) Al ver esto, los discípulos se maravillaron y decían: ¿Cómo es que la higuera se secó al instante?

La higuera produce la primera cosecha del año en la primavera, que viene como resultado del crecimiento de la cosecha pasada. La segunda cosecha es la principal, la cual se da en el otoño, con nuevos retoños. En climas muy fríos, la cosecha de primavera puede ser destruida por las heladas.

Si nos enfriamos o no damos frutos de las lecciones que el Señor nos dio en la temporada pasada, el resultado será que nos secaremos espiritualmente, como lo hizo la higuera sin frutos.

La otra fiesta de esta semana tiene que ver con los primeros frutos…

b. Primicias (heb. Bikurim)
La tercera fiesta de la semana de Pascua se conoce como “Primicias o Primeros Frutos”. En ese día, los israelitas debían presentar los primeros frutos de la cosecha de la cebada.

En el cumplimiento mesiánico, ese día fue la resurrección de Jesús. Como lo describe Pablo, Él es el “primogénito de los muertos”. El primero que murió y resucitó para vida eterna.

Un entendimiento espiritual de las primeras fiestas es lo siguiente:
Nosotros nacemos siendo esclavos al pecado. Pero podemos ser liberados si creemos en Jesucristo, el Cordero de Dios, quien murió para pagar por nuestros pecados. Habiendo sido rescatados y comprados con precio de sangre (1 Ped. 1:18-19; 1 Cor. 7:23), debemos comenzar a sacar la levadura (el pecado) de nuestras vidas, muriendo a nosotros mismos para vivir para el Señor (Gal. 2:20; Rom. 14:7-8). El resultado de esto será una vida con buenos frutos.
(Tito 2:11-14)  Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, (12) enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente, (13) aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús, (14) quien se dio a sí mismo por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD y PURIFICAR PARA SI UN PUEBLO PARA POSESION SUYA, celoso de buenas obras.

La semana de la Pascua no sólo debemos “dar gracias” por el sacrificio del Señor, sino que debemos estar conscientes de presentarnos a nosotros mismos como sacrificio vivo.
(Rom. 12:1-2)  Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. (2) Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.

Es un tiempo de buscar a Dios y comprobar si estamos viviendo según Su voluntad, o si seguimos haciendo nuestra propia voluntad. Una forma de medirlo es examinar cuál es el fruto de nuestra vida.

COSECHAS Y LAS FIESTAS
Las Fiestas bíblicas de Redención (Lev. 23) están relacionadas con las cosechas en Israel.

Pascua, Panes Sin levadura y Primicias     --> cosecha de la cebada
Semanas                                                  --> cosecha del trigo
Tabernáculos                                           --> cosecha de las frutas

En cada temporada se esperan distintos frutos.

¿Qué frutos estamos dando en nuestra vida?
Meditemos esto, porque ésta es la época de presentar los primeros frutos del año al Señor. 
Comencemos el año llevando una vida digna de la Redención de la cual hemos sido beneficiarios.

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