domingo, 11 de septiembre de 2011

Nehemías 2:19-20: Los Enemigos

Desde el principio hemos visto que tan pronto como el pueblo de Dios se levanta a construir, de inmediato se levanta oposición. 

¿Por qué es esto? Porque el enemigo no quiere que nos vaya bien ni que prosperemos.  El se deleita en vernos mal.  Esta no fue la excepción en tiempos de Nehemías.
(Nehemías 2:10)  Cuando se enteraron Sanbalat horonita y Tobías el oficial amonita, les disgustó mucho que alguien hubiera venido a procurar el bienestar de los hijos de Israel.



Los Enemigos
Los principales enemigos del pueblo judío en tiempos de Nehemías eran los siguientes:

a.  Sanbalat
Su nombre significa “fuerza”.
Él era un moabita, los enemigos de Israel que habitaban al otro lado del Río Jordán. 
Él era un hombre muy rico, con mucha influencia y poder en la región.
Sanbalat era la fuerza detrás de casi todos los ataques en contra del pueblo de Dios.
Su fortaleza estaba en la intimidación, y así lograba sus propósitos.

b.  Tobías
Él era amonita, también de otro lado del Jordán.
Curiosamente, su nombre significa “Yah es bueno”.
El representa lo que parece bueno, pero no lo es.   Entre ello, está la religiosidad. 

c.  Gesem
Su nombre significa literalmente “lluvia”, y también “cuerpo”.
Representa lo carnal y mundano. Él era árabe.  
Sus ataques son más sutiles; él actúa cuando los otros enemigos han fallado.

Estos enemigos no querían ver que los judíos prosperaran (2:10).  Por lo tanto, hicieron todo lo posible por arruinar sus planes de reconstrucción.


Acusación del Enemigo
Tan pronto como se comienza a hacer algo bueno, el enemigo va a querer frenar nuestro esfuerzo.  Las tácticas del enemigo son: las acusaciones, la condenación, la burla, el desprecio, la intimidación, crítica, desánimo, etc. 

El enemigo usa la mentira para engañarnos. Pero no debemos creerle, porque lo que quiere es nuestra destrucción.  
(Juan 8:44)  … el diablo…fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.

Su objetivo es hacernos sentir mal (no para arrepentimiento, sino para condenación).  El fin de sus ataques es limitarnos, condenarnos, frenarnos de avanzar, dejarnos limitados y hacernos cautivos. 

Esto es lo opuesto a lo que Dios quiere, porque cuando nos confronta es para arrepentimiento, para que mejoremos, y para que seamos libres y restaurados.


Respuesta al Ataque
Nehemías conocía las tretas del enemigo, y no se dejó intimidar.   
(Nehemías 2:19-20)  Pero cuando se enteraron Sanbalat horonita, Tobías el oficial amonita y Gesem el árabe, se burlaron de nosotros, nos despreciaron y dijeron: ¿Qué es esto que estáis haciendo? ¿Os rebeláis contra el rey?  (20)  Y yo les respondí, y les dije: El Dios del cielo nos dará éxito; por tanto, nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, pero vosotros no tenéis parte ni derecho ni memorial en Jerusalén.

Cuando uno sabe que está haciendo la voluntad de Dios, uno puede estar seguro que el Señor lo apoyará.  Nehemías tenía esta seguridad, y su fe estaba puesta en Dios, no en las circunstancias. 

De igual forma debemos pararnos nosotros ante los ataques del enemigo. 
(1 Pedro 5:8-10)  Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.  (9)  Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.  (10)  Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, El mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá.

En la lucha contra el enemigo, uno no debe enfocarse en éste, pues podemos perder la perspectiva.  En quien uno debe enfocarse es en Dios.  Si el diablo nos dice que no podemos, no nos quedemos hablando con él; más bien, volteémonos a Dios y preguntémoste que piensa Él.  Lo único que nos debe importar es lo que el Señor dice, y lo demás podemos ignorarlo.  Por lo tanto, la mejor forma de vencer al enemigo es someterse a Dios.
(Santiago 4:7)  Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros.

Oremos…
Señor, creo que Tú eres Todopoderoso y estás en control de todo.  Por lo tanto, no temeré cuando el enemigo me ataque.  No me dejaré desanimar, porque no le creeré a él, sino a Ti.  Pongo mi fe en Ti, y no en las circunstancias.

Señor, no te ruego que nos saques del mundo, pero sí que nos guardes del maligno. No permitas que caigamos en engaño.   Santifícanos con Tu Palabra y Tu Verdad. 

Protégenos de todo mal y guarda nuestra alma.  Señor, guarda nuestra salida y nuestra entrada desde ahora y para siempre. Amén.

[Juan 17:15-17; Salmo 121:7-8]

7 comentarios:

  1. DIOS es con Nosotros quien contra nosotros
    No hay que creer en uno mismo
    Tenemos un DIOS Todopoderosos
    Bendecidos

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  2. Gracias excelente mensaje, que Dios los siga usando en la predicación de su evangelio.

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  3. Toda la gloria es para Dios

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  4. Gracias por esta reflexion que nos hace ver las artimañas del enemigo, pero yo sé en quien en quien está mi confíanza, en aquel que me levanto cuando estaba caída mi Señor Jesús 👍❤️

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  5. Anónimo7/9/22 08:51

    ¡De muchísima bendición. Gloria a nuestro Señor! Muchas gracias, querida hermana por compartir lo que el Señor te da.

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  6. ¡De gran bendición. Gloria al Señor!
    Muchas gracias, amada hermana por compartir lo que nuestro Señor te da. ¡Aleluya!🙏🏼🙌🏼

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