sábado, 10 de septiembre de 2011

Nehemías 2:11-18

Inspección de Noche
Casi tan pronto como llegó a Jerusalén, Nehemías fue a inspeccionar los muros y las puertas de la ciudad.  Lo curioso es que lo hizo de “noche”. 
(Nehemías 2:11-12)  Y llegué a Jerusalén y estuve allí tres días.  (12)  Y me levanté de noche, yo y unos pocos hombres conmigo, pero no informé a nadie lo que mi Dios había puesto en mi corazón que hiciera por Jerusalén, y no había ningún animal conmigo excepto el animal sobre el cual iba yo montado. 

Es extraño que haya escogido la noche para explorar la condición de la ciudad, ya que en la oscuridad no se puede ver bien.  Una de las razones era para mantenerlo en secreto.
(Nehemías 2:16)  Los oficiales no sabían adónde yo había ido ni qué había hecho, ni tampoco se lo había hecho saber todavía a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los oficiales, ni a los demás que hacían la obra.

En lo espiritual, la noche representa los momentos difíciles en la vida.  Cuando estamos en medio de problemas, no podemos ver bien las cosas; todo se mira oscuro.  Sin embargo, en la adversidad es cuando la gente busca más a Dios.  En esos momentos nos preguntamos por qué nos pasan esas cosas.  Así como Nehemías examinó la situación de Jerusalén “en la noche”, también nosotros podemos buscar en medio de “los momentos oscuros” cuál ha sido la raíz y la causa de nuestros problemas.

La Trayectoria en la Noche
¿Qué fue lo que vio Nehemías en su inspección nocturna?
(Nehemías 2:13-14)  Salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y hacia la puerta del Muladar, inspeccionando las murallas de Jerusalén que estaban derribadas y sus puertas que estaban consumidas por el fuego.  (14)  Pasé luego hacia la puerta de la Fuente y hacia el estanque del Rey, pero no había lugar para que pasara mi cabalgadura. 


Nehemías comenzó su inspección en la "Puerta del Valle".  Lo que se traduce como “valle”, en hebreo es “Gay”, que en español se puede traducir como barranco.  No se trata de un “ancho” valle, sino de un profundo cañón.   Cuando inspeccionamos nuestra vida, debemos ir a lugares profundos. 

En el camino, nos topamos con la serpiente (en sentido figurado, “la fuente del Dragón”), que quiere acusarnos y condenarnos por lo malo que hemos hecho (Apoc. 12:10; Zac. 3:1-2).  Pero sabemos que esa no es la intención de Dios.  Si Él confronta, es para levantarnos, no para hundirnos.

Nehemías se dirigió luego a la “Puerta del Muladar”.  El muladar es el lugar donde se echa el estiércol o basura de las casas.  No es un lugar agradable, sino apestoso.  Éste es el lugar donde nos damos cuenta que las cosas no estaban tan bien como parecían.  Así sucede cuando comenzamos a destapar cosas del pasado.  Pero, aunque este proceso sea desagradable, es necesario.  El propósito de examinar nuestros corazones no es condenarnos, como lo hace Satanás, sino limpiarnos, pues el Señor quiere traernos restauración.  Esto es lo que queremos hacer en este ayuno.  Si queremos limpiar nuestras vidas, debemos examinar y destapar lo que está podrido para luego limpiarlo en “la Fuente”. 

Nehemías quería seguir adelante, pero el muro estaba en tal estado de ruina que ya no pudo avanzar más.  Ya no pudo llegar al “Estanque del Rey”.  ¿No nos pasa esto a nosotros también?  Estamos en tan mal estado, que no encontramos la salida ni la solución. 

Nehemías ya no pudo avanzar más en su recorrido, y tuvo que regresar por donde vino, pero no sin antes pasar por el “Torrente”.
(Nehemías 2:15)  Y subí de noche por el torrente e inspeccioné la muralla. Entonces entré de nuevo por la puerta del Valle y regresé.   

Antes de regresar a la puerta del Valle, Nehemías pasó por un río conocido como el “Torrente de Cedrón”.  Este era conocido en la Biblia como el lugar donde los israelitas iban a botar sus ídolos cuando hacían limpieza nacional (II Reyes 23:4-6).  En momentos de limpieza espiritual, debemos escudriñar nuestros corazones para ver si tenemos ídolos escondidos.  Si los descubrimos, debemos deshacernos de ellos.


Llamado a Reedificar
Tal vez también nosotros nos encontremos con paredes que no podemos superar en el momento en que nos disponemos a limpiar nuestras vidas.  Pero eso no quiere decir que la inspección haya sido de balde.  Ahora ya sabemos lo que tenemos que hacer y lo que debemos limpiar, y todo lo que resta es iniciar la obra, como lo hizo Nehemías. 
(Nehemías 2:17-18)  Entonces les dije: Vosotros veis la mala situación en que estamos, que Jerusalén está desolada y sus puertas quemadas a fuego. Venid, reedifiquemos la muralla de Jerusalén para que ya no seamos un oprobio.  (18)  Y les conté cómo la mano de mi Dios había sido bondadosa conmigo, y también las palabras que el rey me había dicho. Entonces dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Y esforzaron sus manos en la buena obra. 

Viendo el mapa de la antigua ciudad de Jerusalén, vemos que Nehemías no avanzó ni siquiera la mitad del recorrido alrededor de la muralla.  Tampoco nosotros vamos ni siquiera a la mitad del ayuno, pero vamos avanzando, poco a poco, con paso seguro.  ¡Ánimo!

Oremos…
Señor, nos hemos dispuesto a examinar nuestras vidas.  Hemos encontrado cosas que no son agradables, pero en lugar de ignorarlas queremos limpiarlas.  Santifícanos y purifícanos por el lavamiento del agua de Tu Palabra, hasta que quedemos sin mancha ni arruga ni cosa semejante, como una Novia santa e inmaculada, digna de Ti.

Cierro mis oídos a las mentiras de la serpiente, que me quiere condenar.  Más bien, abro mi corazón al Espíritu Santo de Dios para que venga a hacer su obra sanadora y restauradora en lo más profundo de mi ser.

Lávame por completo de mi maldad, y límpiame de mi pecado.  He aquí, tú deseas la verdad en lo más íntimo, y en lo secreto me harás conocer sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.  Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades. 

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.  No me eches de tu presencia, y no quites de mí tu santo Espíritu.  Restitúyeme el gozo de tu salvación, y sostenme con un espíritu de poder.  Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti.  Haz bien con tu benevolencia a Sion; edifica los muros de Jerusalén. 

[Efesios 5:26-27; Salmo 51]

6 comentarios:

  1. Gracias por compartir. La limpieza es necesaria para la completa restauracion

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  2. Que bonito me sirvió para ampliar mi devocional, quiero conocer mas sobre las siguientes puertas gracias Dios le continúe bendiciendo y dándole mas sabiduría y entendimiento en su Palabra.

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  3. Gracias es de gran bendición porque DIOS me habla exortandome a limpiar mi corazón porque yo estoy viviendo una situacion así muy complicada pera ya me mostró la rair del problema y eso fue tres días atrás y ahora me lo confirmo con esta enseñanza y si en la noche es cuando el ESPÍRITU SANTO te da el disernimiento y su palabra es viva y eficaz DIOS los siga colmando de
    Su sabiduría

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    1. Gracias por escribir. Que el Señor le siga trayendo luz a través de Su Palabra viva y revelación del Espíritu Santo. A Dios sea toda gloria. Les deseamos muchas bendiciones,
      Ana BC (Cita Divina)

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  4. Amen gloria al señor esto. Me ah servido de mucho gracias Dios por hsblarle a mi vida te amo jesus

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  5. Amen esta palabra es de gran bendicion

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