miércoles, 21 de diciembre de 2011

JANUKA III: Helenización


En la entrada pasada vimos algunas de las diferencias entre el pensamiento griego y el judío.  Por ello, hubo un choque cultural entre ambos pueblos cuando los griegos dominaron Israel política y militarmente en el período intertestamentario.

Al principio, los griegos respetaron al pueblo judío y sus costumbres, esperando convencerlos con el tiempo de la supuesta “superioridad” del pensamiento griego.  De hecho, convencieron a muchos, los cuales adoptaron la forma de vida griega.  Esto se conoce como “helenización” (de la palabra Hellas: Grecia). 

Pero no todo se helenizaron…


CONFLICTO INTERNO
El conflicto entre la mentalidad griega y hebrea no sólo provenía de los conquistadores.  También había un conflicto interno, una tensión entre los judíos helenizados y los que querían mantenerse fieles a su fe y a sus tradiciones.

Los judíos helenizados pidieron ayuda al rey helénico de Siria, Antíoco IV (descendiente de Seleuco). Le solicitaron que interviniera en la nación de Israel para forzar la helenización. 

Para tal efecto, el rey Antíoco emitió un decreto en el que prohibían varios aspectos de la religión judía:

  • prohibieron el estudio de la Torá;
  • prohibieron el reposo en el Shabat;
  • prohibieron celebrar la Luna Nueva y el seguimiento del calendario hebreo;
  • prohibieron hacer circuncisiones;
  • obligaron a las novias a pasar una noche con un general griego antes de la boda.
Los judíos que rehusaban a helenizarse eran perseguidos, y aún torturados.

La intervención de Antíoco IV los llevó a una guerra militar contra los fieles del pueblo judío, y finalmente la profanación del Templo en Jerusalén.  Esta fue parte del cumplimiento de la profecía de Daniel, que describió como la “abominación desoladora”. 
(Daniel 11:31-33)  Y se levantarán brazos de su parte; y contaminarán el santuario de fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora.  (32)  Y con lisonjas hará pecar a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios, se esforzará y hará proezas.  (33)  Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; pero caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo, por muchos días.


Jesús explicó que la profanación del Templo por Antíoco fue sólo la sombra, porque en los últimos tiempos volverá a suceder.
(Mateo 24:15)  Por tanto, cuando viereis la abominación desoladora, que fue dicha por el profeta Daniel, que estará en el lugar santo (el que lee, entienda).


Hoy en día vemos en la Iglesia un conflicto similar, entre los que se quieren adaptar al mundo y los que quieren seguir fieles a los principios de la Biblia.  Los que sean fieles a la verdad del Reino de Dios serán perseguidos, aun por los otros creyentes que han sido asimilados.  Y veremos otra vez la “abominación desoladora”.
(Mateo 24:21-22)  porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni jamás habrá.  (22)  Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.


ANTIOCO EPIFANES
El rey de Siria se llamaba Antíoco, pero él se autodenominó “Epífanes”, que significa “Dios manifiesto”.  Él se creía dios y quería que lo adoraran como tal.  Pero como los judíos sólo adoran a Dios, él estaba determinado a destruir su religión y su cultura.  Invadió el Templo en Jerusalén y lo convirtió en un templo para el dios Zeus.
(II Macabeos 6:1-2)  Poco tiempo después, el rey envió a un consejero ateniense para que obligara a los judíos a abandonar las costumbres de sus padres y a no vivir conforme a las leyes de Dios; a profanar el Templo de Jerusalén, dedicándolo a Júpiter Olímpico, y a dedicar el del monte Garizím a Júpiter Hospitalario, conforme a la idiosincrasia de los habitantes de aquel lugar. Este recrudecimiento del mal se hacía penoso e insoportable para todos.

En los siguientes días, publicaré trozos de la narrativa de los libros de los Macabeos, para que vayan familiarizándose con la historia.  Pero les invito a que no sólo lo vean como “historia” del pasado en un lugar lejano, sino que lo proyecten al futuro, cuando se cumpla por completo la profecía de Daniel.  Tal como Jesús explicó, la abominación desoladora volverá a ocurrir (Mat. 24:9-22).  Antíoco es una sombra del Anticristo, el cual demandará adoración y perseguirá a los creyentes del Dios verdadero.  Nosotros haremos bien en aprender de la historia…

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