En la Luna Nueva de este mes (21 jun. 12), inicia el MES 4 del calendario bíblico.
En este mes, hay dos eventos que resaltan en la historia de Israel:
2. El pecado de los ESPÍAS
En ambos
casos, la mayoría del pueblo perdió la fe; sólo unos pocos, un
remanente, permanecieron fieles a Dios.
La
situación en el pueblo de Dios parece similar hoy. Ante tanta inestabilidad y corrupción, muchos se preguntan si Dios realmente está en control, o si deben ceder ante la corriente del mundo. Pero aun un remanente que no se deja llevar por las circunstancias, sino que camino por fe y no por vista.
Éste es un tiempo para estar atentos al Espíritu. Si nos dejamos llevar por lo que “la gente” dice, podemos desviarnos.
Éste es un tiempo para estar atentos al Espíritu. Si nos dejamos llevar por lo que “la gente” dice, podemos desviarnos.
17 Tamuz: Pecado del Becerro de Oro
Según la tradición, el pueblo comenzó a adorar la imagen falsa de Dios el 17 de Tamuz (Exo. 32:1-4). Dado que el pueblo tenía miedo de tener una relación directa con Dios, le pidieron a Aarón que hiciera una imagen del Dios que los sacó de Egipto. Ellos preferían tratar con la “imagen” que con Dios mismo.
Según la tradición, el pueblo comenzó a adorar la imagen falsa de Dios el 17 de Tamuz (Exo. 32:1-4). Dado que el pueblo tenía miedo de tener una relación directa con Dios, le pidieron a Aarón que hiciera una imagen del Dios que los sacó de Egipto. Ellos preferían tratar con la “imagen” que con Dios mismo.
El “Pecado del Becerro de Oro” no consiste en la adoración de ídolos paganos, sino pretender adorar a Dios a través de una imagen falsa de Él o a través de un intermediario. La “religiosidad” es una forma en la que se expresa este pecado. La religión diseñada por el hombre presenta una imagen incompleta de Dios. Dicen conocer a Dios, pero prefieren “bajar” a Dios a su nivel en lugar de hacer el esfuerzo de “elevarse” a Él. Como Dios es demasiado grande, prefieren definirlo a su manera, y lo encasillan en un pequeño cuadro que pueden comprender con el limitado conocimiento humano.
La consecuencia de este pecado fue el quebrantamiento del Pacto con Dios y el alejamiento de Su Presencia. No es casualidad que quienes siguen a una religión en lugar de Dios terminen alejados de Él y rechazando la Ley (heb. Torá).
VISIÓN DE EZEQUIEL
El Libro de Ezequiel abre con una palabra que
recibió a inicios de este mes.
También en su época la mayoría del pueblo
estaba en pecado, y sólo un remanente permanecía fiel al Señor.
Cuando Ezequiel recibió su revelación inicial,
muchos líderes del pueblo ya habían sido llevados cautivos a Babilonia. Entre los desterrados estaba Ezequiel.
(Eze. 1:1-3)
Sucedió que en el año treinta, al quinto día del cuarto mes, estando yo entre
los desterrados junto al río Quebar, los cielos se abrieron y vi visiones de
Dios. (2) (En aquel día cinco del mes, en el quinto año del destierro del rey
Joaquín, (3) la palabra del SEÑOR fue dirigida al
sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos junto al río
Quebar; y allí vino sobre él la mano del SEÑOR.)
Era el 5 de Tamuz cuando Ezequiel recibió esta
revelación. Él tuvo la visión del trono de Dios y los cuatro seres vivientes. Vio los CIELOS ABIERTOS.
(Ezequiel 1:22-28) Sobre las cabezas de los seres vivientes había algo semejante a un firmamento con el brillo deslumbrante de un cristal, extendido por encima de sus cabezas. (23) Y debajo del firmamento sus alas se extendían derechas, la una hacia la otra; cada uno tenía dos que cubrían sus cuerpos por un lado y por el otro. (24) Y oí el ruido de sus alas cuando andaban, como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Todopoderoso, un ruido de tumulto como el ruido de un campamento militar; cuando se detenían, bajaban sus alas. (25) También hubo un ruido por encima del firmamento que había sobre sus cabezas; cuando se detenían, bajaban sus alas. (26) Y sobre el firmamento que estaba por encima de sus cabezas había algo semejante a un trono, de aspecto como de piedra de zafiro; y en lo que se asemejaba a un trono, sobre él, en lo más alto, había una figura con apariencia de hombre. (27) Entonces vi en lo que parecían sus lomos y hacia arriba, algo como metal refulgente que lucía como fuego dentro de ella en derredor, y en lo que parecían sus lomos y hacia abajo vi algo como fuego, y había un resplandor a su alrededor. (28) Como el aspecto del arco iris que aparece en las nubes en un día lluvioso, así era el aspecto del resplandor en derredor. Tal era el aspecto de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Cuando lo vi, caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba.
CIELOS
ABIERTOS
Esta es una época de “Cielos Abiertos”. Sin embargo, los únicos que lo ven son los
que vuelven su vista hacia el Cielo. Los
que tienen puesta su vista en la tierra, se lo pierden y corren el riesgo de
desviarse. Una puerta abierta sólo beneficia al que entra
en ella.
Cielos abiertos |
(Eze. 1:12)
Y cada uno iba de frente hacia adelante; adondequiera
que iba el espíritu, iban ellos, sin volverse cuando andaban.
(Eze. 1:20) Y adondequiera que iba el espíritu, iban ellos en esa dirección. Y las ruedas se levantaban juntamente con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
También se movían muy rápido.
(Eze. 1:14)
Y los seres vivientes corrían de un lado a otro como
el fulgor del relámpago.
Es importante ser guiados por el
Espíritu. De esta forma, nos movemos más
rápido y en forma más efectiva, sin perder el tiempo.
En esta visión, Ezequiel vio la
GLORIA DE DIOS.
(Eze. 1:28)
Como el aspecto del arco iris que aparece en las nubes
en un día lluvioso, así era el aspecto del resplandor en derredor. Tal era el
aspecto de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Cuando lo vi, caí rostro en
tierra y oí una voz que hablaba.
Esto es lo que muchos creyentes fieles están
orando ver en estos tiempos—avivamiento y la gloria de Dios.
Aun en los momentos difíciles, Dios puede
abrir los cielos. En estos momentos es cuando los milagros divinos se hacen más
evidentes. Pero cuando Dios viene, no sólo viene con nubes
de colores, sino también con fuego. El fuego purifica los metales preciosos, pero
quema todo lo demás.
JEREMÍAS
El Profeta Jeremías era contemporáneo de
Ezequiel. Ambos profetizaron en la misma
época, pero en diferentes lugares: Ezequiel estaba en Babilonia entre los
desterrados y Jeremías estaba en Israel.
Ambos fueron perseguidos y rechazados por
muchos entre el pueblo.
(Jer. 39:1-2)
Y aconteció que Jerusalén fue tomada en el año noveno
de Sedequías, rey de Judá, en el décimo mes, cuando vino Nabucodonosor, rey de
Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. (2) En
el año undécimo de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes, se abrió brecha en el muro de la ciudad.
En el mes 10: Sitiaron Jerusalén (por año y
medio)
En el mes mes 4: Abrieron una brecha en el muro. El 9 Tamuz fue la fecha en que el ejército babilonio abrió brecha en el muro de Jerusalén, lo cual llevó a
la posterior destrucción de la ciudad y del Templo.
(Jer. 39:1-2) Y aconteció que Jerusalén fue tomada en el año noveno de Sedequías, rey de Judá, en el décimo mes, cuando vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. (2) En el año undécimo de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes, se abrió brecha en el muro de la ciudad.
Esto
sucedió tanto en tiempo de los babilonios (586 a.C.) como de los romanos (70
d.C.). En ambos casos se suspendió el sacrificio diario (heb. Korban Tamid). En el tiempo de los
babilonios, se suspendió porque se habían quedado sin animales para sacrificio
debido a que estaban sitiados. En tiempo de los romanos, se detuvo a causa de
la profanación del Templo, cuando los romanos colocaron un ídolo en el Lugar
Santo.
Tengamos cuidado que no se “abran brechas” en nuestra vida. Detengámonos
y meditemos si no hemos permitido que se abran espacios de pecado que puedan
traernos consecuencias negativas en el futuro.
MES DE EXTREMOS
Este es un mes de extremos. Así como pueden haber cielos abiertos,
también hay muros caídos en la tierra.
Si ponemos la vista al cielo, podremos ver la
gloria de Dios.
Si ponemos la vista en la tierra, veremos
sitio, hambre, muros caídos.
(Jer. 52; 2 Reyes 25)
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