En el blog ESTUDIO BIBLIA hemos estado estudiando la historia de Noé (Gen. 6-10):
[Nota: Si quieren leer los estudios, hagan doble-click en
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(Génesis 6) La Tierra se corrompió
(Génesis 7-8) El Diluvio
(Génesis 9) Bendición y Pacto con Noé
(Génesis 10) Los Hijos de Noé
Aunque ésta es una narración histórica, también tiene un
aspecto profético. Jesús dijo que los
últimos tiempos serán “como los días de Noé”.
(Lucas 17:26-30) Tal como ocurrió en los días de Noé, así será
también en los días del Hijo del Hombre.
(27) Comían, bebían, se casaban y
se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el
diluvio y los destruyó a todos.
(28) Fue lo mismo que ocurrió en
los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban,
construían; (29) pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió
fuego y azufre del cielo y los destruyó a todos. (30)
Lo mismo acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea revelado.
Jesús explicó que los días previos a Su Segunda Venida
serán semejantes a los tiempos de Noé, y también de Lot. Él explicó que la gente seguió viviendo como si
nada fuera a suceder, a pesar que el juicio divino se acercaba como unas nubes
negras en el horizonte.
¿Qué hace uno si está en el campo, y ve venir nubes
negras? Seguramente uno correría a
buscar refugio. Lo mismo sucede en
tiempos de juicio, cuando Dios viene a pedir cuentas.
En tiempos de Noé y Lot nadie hizo caso, mas que esos dos
hombres justos, en medio de una generación perversa. En los últimos tiempos sucederá algo similar. La sociedad se corromperá a tal punto, que el
juicio no se esperará más. El juicio
vendrá en el momento más justo, determinado por Dios, cuando se le haya dado a
todos la oportunidad de arrepentirse, pero sin alargarse tanto que el justo
comience a dudar (Mat. 24:21-22).
(II
Pedro 3:3-14) Ante todo, sabed esto: que en los últimos días vendrán burladores, con
su sarcasmo, siguiendo sus propias pasiones,
(4) y diciendo: ¿Dónde está la
promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo continúa tal
como estaba desde el principio de la creación.
(5) Pues cuando dicen esto, no se
dan cuenta de que los cielos existían desde hace mucho tiempo, y también la
tierra, surgida del agua y establecida entre las aguas por la palabra de
Dios, (6) por lo cual el mundo de entonces fue
destruido, siendo inundado con agua;
(7) pero los cielos y la tierra
actuales están reservados por su palabra para el fuego, guardados para el día
del juicio y de la destrucción de los impíos.
(8) Pero, amados, no ignoréis
esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. (9) El
Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza,
sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino
que todos vengan al arrepentimiento.
(10) Pero el día del Señor vendrá
como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos
serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella
serán quemadas. (11) Puesto que todas estas cosas han de ser
destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en
santa conducta y en piedad, (12) esperando y apresurando la venida del día de
Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se
fundirán con intenso calor! (13) Pero, según su promesa, nosotros esperamos
nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia. (14)
Por tanto, amados, puesto que aguardáis estas cosas, procurad con
diligencia ser hallados por El en paz, sin mancha e irreprensibles.
Así como Noé y Lot no sabían cuando vendría el día exacto
del juicio, tampoco nosotros lo sabremos.
Pero ellos si reconocieron “los tiempos”, y sabían que debían prepararse;
por ello, Noé construyó el Arca, y Lot salió de Sodoma. De igual manera, nosotros debemos estar
atentos a las señales de los tiempos y estar preparados.
(Mateo 24:36-42) Pero
del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi
Padre. Pero como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del
hombre, pues como en los días antes del diluvio estaban comiendo y
bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el
arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así
será también la venida del Hijo del hombre. Entonces estarán dos en el campo:
uno será tomado y el otro
será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino: una será tomada y
la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir
vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiera a qué hora
el ladrón habría de venir, velaría y no lo dejaría entrar en su casa. Por
tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la
hora que no pensáis.
También Pablo
habló de estar preparados y velar para que ese día no nos sorprenda como “ladrón
en la noche”:
(I Tesalonicenses 5:2-10) Pues
vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como un
ladrón en la noche; (3) que cuando estén diciendo: Paz y seguridad,
entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de
parto a una mujer que está encinta, y no escaparán. (4)
Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día os
sorprenda como ladrón; (5) porque todos vosotros sois hijos de la luz e
hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. (6)
Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos
sobrios. (7) Porque los que duermen, de noche duermen, y
los que se emborrachan, de noche se emborrachan. (8)
Pero puesto que nosotros somos del día, seamos sobrios, habiéndonos
puesto la coraza de la fe y del amor, y por yelmo la esperanza de la salvación. (9)
Porque no nos ha destinado Dios para ira, sino para obtener salvación
por medio de nuestro Señor Jesucristo,
(10) que murió por nosotros, para
que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos juntamente con El.
¡Despertemos del sueño, y vivamos en la luz!
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