(Día 17)
En el siguiente versículo, Jesús sigue hablando de la persecución
y el rechazo que sufrirán los que creen en Él.
(Mateo 5:11)
Benditos seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de
mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. (12)
Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es
grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.
Dios no pinta las cosas de “color rosa” para hacernos sentir
bien. El nos habla con la verdad, tal
cual es. El Señor habla de bendición y
prosperidad, pero también de aflicción y persecución. Una no excluye a la otra; ambas son parte de
la vida del creyente.
(Juan 16:33) Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis
tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.
El Señor habla con completa autoridad de la persecución,
porque Él también la sufrió. El nos dio
el ejemplo de cómo enfrentar el rechazo, y aun la muerte. También lo hicieron los discípulos de Cristo,
y los profetas.
(Juan 15:19-21) Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del
mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia. (20)
Acordaos de la palabra que yo os dije: "Un siervo no es mayor que
su señor." Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros; si
guardaron mi palabra, también guardarán la vuestra. (21)
Pero todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que
me envió.
Aunque suframos persecución, podemos hacerle frente porque sabemos
que hay un propósito detrás de todo ello.
(Lucas 21:12-19) Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán,
entregándoos a las sinagogas y cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores
por causa de mi nombre. (13) Esto os dará oportunidad de testificar. (14)
Por tanto, proponed en vuestros corazones no preparar de antemano
vuestra defensa; (15) porque yo os daré palabras y sabiduría que
ninguno de vuestros adversarios podrá resistir ni refutar. (16)
Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y amigos; y
matarán a algunos de vosotros, (17) y seréis odiados de todos por causa de mi
nombre. (18) Sin embargo, ni un cabello de vuestra cabeza
perecerá. (19) Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras
almas.
(2 Corintios 4:8-10) Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no
desesperados; (9) perseguidos, pero no abandonados; derribados,
pero no destruidos; (10) llevando siempre en el cuerpo por todas
partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en
nuestro cuerpo.
Ciertamente nos consuela saber que habrá una recompensa para
aquellos que superen con fidelidad y mansedumbre la persecución.
(2 Corintios 4:17-18)
Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno
peso de gloria que sobrepasa toda comparación,
(18) al no poner nuestra vista en
las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven
son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Lo más importante es que no dejemos que la persecución nos
separe ni nos aleje
de Dios; más bien, debería provocarnos buscarlo más.
(Romanos 8:35-39) ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (36)
Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte todo el
día; somos considerados como ovejas para el matadero. (37)
Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel
que nos amó. (38) Porque estoy convencido de que ni la muerte,
ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los
poderes, (39) ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra
cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor
nuestro.
ORACIÓN
Señor, Tú no
prometiste que la vida en este mundo sería perfecta. Más bien, nos dijiste que vamos a enfrentar oposición
y rechazo por creer en Ti.
Pero la aflicción en
este mundo se sentirá leve y pasajera en comparación con el eterno peso de
gloria de una vida eterna Contigo. No
pondré la vista en las cosas se ven, que son temporales, sino en las que no se
ven, que son eternas.
Señor, entiendo que
pasaremos por angustia y aflicción en este mundo, pero esa tristeza se
convertirá en alegría, así como una mujer se olvida del dolor del parto luego
que da a luz a su hijo. Aunque suframos
persecución, nuestro corazón se alegrará
cuando te volvamos a ver, y nadie nos quitará ese gozo eterno.
Señor, nada me
separará de Ti…ni persecución, ni angustia, ni tribulación. En todas estas cosas seré más que vencedor
porque Tú me ayudarás. Estoy convencido
de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni
lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar de Tu amor.
[2 Corintios 4:17-18; Rom. 8:35-39; Juan 16:20-22]
MUCHAS BENDICIONES.
ResponderEliminarmi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
Muchísimas gracias mis hermanos en Cristo,muchas bendiciones
ResponderEliminarEs una BENDICION este estudio
Es la sabia de la VID que ali-
Menta los pámpanos.
Puede sentirse la dirección y presencia del E. S. en las predicas. Muchas gracias edifican mi vida.
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