La Fiesta de los Panes Sin Levadura (heb. Jag
HaMatza) es la segunda de las siete fiestas de Redención. Es una fiesta que dura siete días, del 15 al
21 de Nisán.
(Levítico 23:6) El día quince
del mismo mes es la fiesta de los panes sin levadura para el SEÑOR; por siete
días comeréis pan sin levadura.
La instrucción es muy simple: durante esos 7 días
después de la Pascua, se debe comer pan sin levadura (heb. Matza).
De hecho, el Señor instruyó que se debía comer pan
sin levadura desde la Pascua (el día anterior, 14 Nisán). Aunque son dos
fiestas, Pascua y Panes Sin Levadura se pueden considerar como una misma
celebración, pues está conectada temáticamente y en tiempo, pero cada una tiene
un mensaje especial.
(Exodo 12:14-20)
Y este día [Pascua] os será memorable y lo celebraréis como
fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza
perpetua. (15) Siete días comeréis panes sin levadura;
además, desde el primer día quitaréis toda levadura de vuestras casas;
porque cualquiera que coma algo leudado desde el primer día hasta el séptimo,
esa persona será cortada de Israel.
(16) Y en el primer día
tendréis una santa convocación, y otra santa convocación en el
séptimo día; ningún trabajo se hará en ellos, excepto lo que cada uno deba
comer. Sólo esto podréis hacer.
(17) Guardaréis también la
fiesta de los panes sin levadura, porque en ese mismo día saqué
yo vuestros ejércitos de la tierra de Egipto; por tanto guardaréis este
día por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua. (18)
En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el
día catorce del mes por la tarde, hasta el día veintiuno del mes por la tarde. (19)
Por siete días no habrá levadura en vuestras casas; porque cualquiera
que coma algo leudado, esa persona será cortada de la congregación de
Israel, ya sea extranjero o nativo del país. (20)
No comeréis nada leudado; en todo lugar donde habitéis comeréis panes
sin levadura."
La consecuencia de comer levadura en esos días es
seria: “ser cortado de Israel”. Por eso es importante tratar de entenderlo…
“Ser cortado” no es lo mismo que “irse al
infierno”. Más bien, se refiere a no
pertenecer a Israel, o a no entrar al Reino de Dios. Jesús explicó que cuando somos salvos, “vemos
el Reino” (Juan 3:3), pero para entrar debemos cambiar nuestro estilo de vida,
ajustándolo a las normas del Reino de Dios (“nacer del agua y del espíritu” que
implica dejar al viejo hombre atrás—Juan 3:5-6). Entrar al Reino implica hacer
lo que el Rey mande; si no lo hacemos, correremos el riesgo de ser “cortados”.
Cuando nos entregamos al Señor, no debemos
conformarnos con recibir el perdón de los pecados pasados, sino debemos dar el
paso de comprometernos, de ese momento en adelante, a sacar todo pecado
(levadura) de nuestras vidas.
Por eso la Pascua es seguida de siete días de Panes
Sin Levadura…
Sacar la levadura física de la casa es tan solo la
sombra de lo que debemos hacer con la levadura real, que es la espiritual. De balde es que la casa física esté pulcra,
sin una miga de pan, si nuestros corazones están llenos de levadura espiritual
(con resentimientos, odio, envidia, religiosidad, hipocresía, etc.).
LEVADURA
ESPIRITUAL
En un sentido espiritual, ¿qué representa la
Levadura? Jesús lo explicó…
(Mateo 16:6-12)
Y Jesús les dijo: Estad atentos y
guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. (7) Y
ellos discutían entre sí, diciendo: Lo dice porque no tomamos panes. (8)
Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: Hombres de poca fe, ¿por qué discutís
entre vosotros que no tenéis pan?
(9) ¿Todavía no entendéis ni
recordáis los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogisteis? (10)
¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas
recogisteis? (11) ¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de
los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. (12)
Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la
levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.
Jesús dijo que la levadura es la enseñanza de los
fariseos y saduceos.
Pero, ¿cuál era ésta? Básicamente son dos cosas:
a. Hipocresía: Hablan, pero no hacen.
(Lucas 12:1-5)
En estas circunstancias, cuando una
multitud de miles y miles se había reunido, tanto que se atropellaban unos a
otros, Jesús comenzó a decir primeramente a sus discípulos: Guardaos de la
levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
(2) Y nada hay encubierto que no
haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. (3)
Por lo cual, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz,
y lo que habéis susurrado en las habitaciones interiores, será proclamado desde
las azoteas. (4) Y yo os digo, amigos míos: no temáis a los
que matan el cuerpo, y después de esto no tienen nada más que puedan
hacer. (5) Pero yo os mostraré a quién debéis temer:
temed al que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno; sí, os
digo: a éste, ¡temed!
(Mateo 23:1-3)
Entonces Jesús habló a la
muchedumbre y a sus discípulos, (2) diciendo: Los escribas y los fariseos se han
sentado en la cátedra de Moisés.
(3) De modo que haced y observad
todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y
no hacen.
[Nota: Todo el capítulo 23 de Mateo habla de la
hipocresía de los fariseos].
b. Religiosidad: Ponen la tradición de los hombres antes que la
Ley de Dios
(Mateo 15:1-9)
Entonces se acercaron a Jesús
algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: (2)
¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no
se lavan las manos cuando comen pan.
(3) Y respondiendo El, les dijo:
¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra
tradición? (4) Porque Dios dijo: "HONRA A tu PADRE Y A
tu MADRE," y: "QUIEN HABLE MAL DE su PADRE O DE su MADRE, QUE
MUERA." (5) Pero vosotros decís: "Cualquiera que
diga a su padre o a su madre: 'Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras
ser ayudado', (6) no necesitará más honrar a su padre o a su
madre." Y así invalidasteis la palabra de Dios por causa de vuestra tradición. (7)
¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo: (8)
"ESTE PUEBLO CON LOS LABIOS ME HONRA, PERO SU CORAZON ESTA MUY
LEJOS DE MI. (9) "MAS EN VANO ME RINDEN CULTO, ENSEÑANDO
COMO DOCTRINAS PRECEPTOS DE HOMBRES."
Jesús (heb. Yeshua) nos dio el regalo de la
salvación al morir por nosotros en la cruz, como Cordero de Dios (1 Ped.
1:18-18). Pascua es la celebración de la
salvación, y Panes Sin Levadura es nuestra respuesta a esa salvación, limpiando
nuestras vidas y viviendo una vida digna del sacrificio del Señor.
Pero si seguimos viviendo como si nada (con
levadura, en pecado), la Biblia dice que equivale a menospreciar tan santo
sacrificio, y el Señor no tomará eso a la ligera.
(Hebreos 10:26-29)
Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido
el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los
pecados, (27) sino cierta horrenda expectación de juicio, y
la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios. (28) Cualquiera que viola la ley de Moisés muere
sin misericordia por el testimonio de dos o tres testigos. (29)
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que ha hollado bajo sus
pies al Hijo de Dios, y ha tenido por inmunda la sangre del pacto por la cual
fue santificado, y ha ultrajado al Espíritu de gracia?
Dios nos ha limpiado para que vivamos en santidad, y
no para que regresemos al fango del pecado. Esto es lo que celebramos y
recordamos en la Fiesta de Panes Sin Levadura.
Celebremos…
Pablo dice que celebremos la Pascua, sin la levadura
espiritual (malicia y maldad, e implícito también: la hipocresía).
(1 Corintios 5:6-8)
Vuestra jactancia no es buena. ¿No
sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? (7)
Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois,
sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado. (8)
Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la
levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.
Si vamos a celebrar la Pascua y Panes Sin Levadura,
que sea con un genuino corazón, examinando si hay algo en nuestros corazones
que pueda considerarse como levadura espiritual.
Oremos…
Inspirados en el Salmo 51, oremos…
Señor, gracias por haber sido nuestro Cordero de Pascua, y moriste por
nuestros pecados. Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
conforme a lo inmenso de tu compasión, borra mis transgresiones. Lávame por completo de mi maldad, y límpiame
de mi pecado. Porque yo reconozco mis
transgresiones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he
hecho lo malo delante de tus ojos, de manera que eres justo cuando hablas, y
sin reproche cuando juzgas.
Pero ya he recibido tu perdón al reconocerte como mi Salvador. Y aun hoy te reconozco como mi Señor. Por lo tanto, viviré para hacer Tu
Voluntad. He aquí, tú deseas la verdad
en lo más íntimo, y en lo secreto me harás conocer sabiduría. En estos días de Panes Sin Levadura, quiero
limpiar mi vida y sacar la levadura espiritual que aun haya en mí. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame,
y seré más blanco que la nieve. Esconde
tu rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva
un espíritu recto dentro de mí.
(Salmo 51:1-10)
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