miércoles, 27 de marzo de 2013

Primicias o Primeros Frutos


(Heb. Bikurim)



Hay otra fiesta que también se celebra en la semana de la Pascua.  Se conoce como la Fiesta de las Primicias (en hebreo, Bikurim).
(Levítico 23:9-11) Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: (10)  Habla a los hijos de Israel y diles: "Cuando entréis en la tierra que yo os daré, y seguéis su mies, entonces traeréis al sacerdote una gavilla de las primicias de vuestra cosecha.  (11)  "Y él mecerá la gavilla delante del SEÑOR, a fin de que seáis aceptados; el día siguiente al día de reposo el sacerdote la mecerá. 

Esta fiesta está relacionada con la cosecha de la cebada.  Al día siguiente al día de reposo en la semana de la Pascua (es decir, el domingo), en ese día debían todos presentarse delante del Señor con un manojo de los primeros frutos de la cosecha.  Se lo entregaban al sacerdote, y él lo mecía ante el Señor.

Más adelante, está escrito que no se podía comer de la cosecha sin hasta después de haber llevado la ofrenda a Dios.
(Levítico 23:14)  Hasta ese mismo día, hasta que hayáis traído la ofrenda de vuestro Dios, no comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga tierna. Estatuto perpetuo será para todas vuestras generaciones dondequiera que habitéis.

Hoy en día nos cuesta conectar con esta fiesta porque muchos estamos desconectados de la tierra y la producción agrícola.  Sin embargo, todos seguimos produciendo de una forma u otra, y podemos seguir dando la prioridad a Dios en todo lo que hacemos y darle lo primero a Él. 

LO PRIMERO A DIOS
La Fiesta de Primicias nos enseña que debemos darle lo primero, la primicia, a Dios…antes de comenzar a disfrutar del fruto de nuestras manos (Lev. 23:14). 

Por otro lado, la Biblia nos enseña que no debemos presentarnos ante Dios con “manos vacías”.
(Deu. 16:16)  Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante del SEÑOR tu Dios en el lugar que El escoja: en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos; y no se presentarán con las manos vacías delante del SEÑOR.

El nos ha dado la salvación de forma gratuita, y nosotros debemos corresponder a Dios dando frutos en nuestra vida, no sólo aparentando “piedad” sino dando frutos dignos de arrepentimiento (Mat. 3:8).
(Efesios 5:8-11)  porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz  (9)  (porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad),  (10)  examinando qué es lo que agrada al Señor.  (11)  Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas.

Las Fiestas son tiempos de meditar y analizar si nuestras vidas están alineadas al orden de Dios.  Si en algo nos hemos desviados, debemos arrepentirnos y corregirlo. 


OTRAS PRIMICIAS
Los primeros frutos de la cebada no es la única primicia que Dios pide en la semana de la Pascua.  También pide que se le entregue el primero de los animales y se consagre el primogénito del ser humano.
(Exódo 13:1-3)  Entonces el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: (2)  Conságrame todo primogénito; el primer nacido de toda matriz entre los hijos de Israel, tanto de hombre como de animal, me pertenece.  (3)  Y Moisés dijo al pueblo: Acordaos de este día en que salisteis de Egipto, de la casa de esclavitud, pues el SEÑOR os ha sacado de este lugar con mano poderosa. No comeréis en él nada leudado.

Esta consagración es diferente a la Redención del Primogénito.  Es dedicar al Señor al primer hijo/a que abrió matriz.  ¿Por qué?  En la Pascua recordamos que en la última plaga murieron todos los primogénitos, menos los que se salvaron por la sangre del Cordero. 
(Exódo 13:11-13)  Y sucederá que cuando el SEÑOR te lleve a la tierra del cananeo, como te juró a ti y a tus padres, y te la dé,  (12)  dedicarás al SEÑOR todo primer nacido de la matriz. También todo primer nacido del ganado que poseas; los machos pertenecen al SEÑOR.  (13)  Pero todo primer nacido de asno, lo redimirás con un cordero; mas si no lo redimes, quebrarás su cerviz; y todo primogénito de hombre de entre tus hijos, lo redimirás. 

“Redimir” viene del verbo hebreo “Padá”, que significa pagar rescate, preservar, liberar.

En este día reconocemos que el Señor pagó rescate por su primogénito Israel. 

Preguntémonos: ¿Quiénes de nuestra familia hubieran muerto esa noche en Egipto?  Todos los primogénitos hubieran muerto, pero los primogénitos de entre los hijos de Israel se salvaron por la sangre del Cordero.  Hoy, nosotros podemos decir lo mismo, pues el Cordero de Dios dio su vida para que pudiéramos vivir.  Ahora le debemos la vida a Él…y por eso consagramos al primogénito.  Y si el primero es santo, también lo será el resto… 
(Rom. 11:16)  Y si el primer pedazo de masa es santo, también lo es toda la masa; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.

Los israelitas que salieron de Egipto entendían perfectamente por qué Dios les pedía esto, ya que todo primogénito, tanto de hombre como de animal, murió en la última plaga.  Todo primogénito debía morir, pero los que se salvaron lo hicieron gracias a la sangre del cordero de la Pascua.  Todos ellos le debían la vida a Dios.

Pero cuando pasaran los años, el Señor sabía que los descendientes se iban a preguntar por qué razón tenían que consagrar lo primero a Dios…y Él lo explica:
(Exódo 13:14-16)    Y será que cuando tu hijo te pregunte el día de mañana, diciendo: "¿Qué es esto?", le dirás: "Con mano fuerte nos sacó el SEÑOR de Egipto, de la casa de servidumbre.  (15)  "Y aconteció que cuando Faraón se obstinó en no dejarnos ir, el SEÑOR mató a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito del hombre hasta el primogénito de los animales. Por esta causa yo sacrifico al SEÑOR los machos, todo primer nacido de la matriz, pero redimo a todo primogénito de mis hijos."  (16)  Será, pues, como una señal en tu mano y como insignias entre tus ojos; porque con mano fuerte nos sacó el SEÑOR de Egipto.

 Al celebrar la Pascua y Primicias, recordamos que todo primogénito hubiera muerto en Egipto, pero Dios nos salvó al proveer Cordero. Por ello, debemos reconocer que lo primero es de Dios, aun nuestros hijos.

Los primeros frutos deben ser entregados como ofrenda, al igual que los primogénitos de los animales.  En cuanto a los hijos, Dios pide que se consagren, se santifiquen, se dediquen a Dios.

¿Por qué Dios pide lo primero? No lo hace porque Él lo necesite, sino porque nosotros necesitamos poner a Dios primero en todo, y también necesitamos reconocer que todo lo que tenemos es gracias a Él.
(Proverbios 3:9-10)  Honra al SEÑOR con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos;  (10)  entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto.

El ejercicio de entregar lo primero a Dios nos ayuda a “desprendernos” de todo lo que tenemos.  Si entregamos lo primero, nos será más fácil reconocer que lo demás lo tenemos gracias a Dios, y no nos costará entregarlo a Dios si nos lo pide.  


FECHA DE LA FIESTA
Hay controversia en cuanto a la fecha en que se debe guardar la Fiesta de Primicias. 

Los judíos tradicionalmente la celebran el 17 de Nisán, porque han interpretado que el “día de reposo” se refiere al primer día de Panes Sin Levadura (15 Nisan), el cual se considera como un “Shabaton” o día de reposo especial.

Otros consideran que el día de reposo se refiere al Shabat semanal, es decir, el séptimo día de la semana.  Por lo tanto, el día siguiente sería el domingo, que en la Biblia recibe el nombre de “primer día” de la semana. 

¿Quién tiene la razón?  Hay diferentes opiniones, pero creo que la solución a la controversia se encuentra en el Conteo del Omer, que son las 7 semanas que se cuentan desde la Fiesta de Primicias hasta la Fiesta de Semanas (Pentecostés, heb. Shavuot).  En el conteo del Omer es claro que es el domingo de la semana de Pascua.
(Levítico 23:15-16)  Contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que trajisteis la gavilla de la ofrenda mecida; contaréis siete semanas completas.  (16)  Contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo día de reposo; entonces presentaréis una ofrenda de espiga tierna al SEÑOR.

Aquí menciona que se cuenta 50 días hasta el 7° día de reposo…y sólo podría caer como un Shabat si el conteo comienza en domingo. 



Otra instancia que confirma que Primicias es día domingo es la resurrección de Jesús, quien resucitó el primer día de la semana (domingo).
(Marcos 16:9-10)  Y después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios.  (10)  Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con El, que estaban lamentándose y llorando.

¿Por qué se le llama a Jesús “primogénito de los muertos” (Col. 1:18; Apoc. 1:5)?  Pablo lo explica:
(1 Corintios 15:20-23)  Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron.  (21)  Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos.  (22)  Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.  (23)  Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida.

Celebremos la resurrección del Señor en esta Fiesta de Primicias.  Y no nos presentemos con manos vacías…démosle al Señor lo primero.

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