La profecía de Zacarías está dirigida principalmente a la Casa de Judá (conformada por las tribus
de Judá, Levi y Benjamín), que hoy se conocen como los judíos. Estas tribus son las que fueron llevadas cautivas
a Babilonia, y cuyo remanente retornó a la Tierra Prometida. Pero el profeta también hace referencia a las
otras tribus, que se conocen como Casa
de Efraín o de José. Estas son las 10
Tribus Perdidas, que fueron previamente conquistadas y dispersadas por los
asirios, y luego asimiladas. Estas
tribus parecen perdidas a nuestro parecer, pero no para Dios. Casi todos los profetas hablan de su
restauración, incluyendo Zacarías…
(Zac. 10:6) Fortaleceré la casa de Judá y la casa de
José salvaré, y los haré volver porque me he compadecido de ellos; y serán
como si no los hubiera rechazado, porque yo soy el SEÑOR su Dios, y les
responderé.
El Señor tiene planes de restauración, tanto para Judá (hoy,
los judíos) como para la Casa de Efraín o José (hoy, los gentiles creyentes;
Rom. 9:24-26)… [Para más información sobre
este tema, les recomiendo leer el estudio Israel:Dos Casas]
I. CASA DE JUDÁ
Zacarías profetizó que, de la Casa de Judá, el Señor
levantará un Pastor que cuidará a Su Rebaño.
Como ya vimos, este Buen Pastor es Jesús (heb. Yeshua). El profeta señala que también de Judá saldrá la
piedra angular, la clavija, el arco de guerra y todo gobernante de Israel.
(Zac. 10:4) De él saldrá la piedra angular, de él la
clavija, de él el arco de guerra, de él todo gobernante…
a. Piedra Angular
La piedra angular es una roca o cimiento firme que se coloca
en el ángulo de unión de dos paredes. También Isaías profetizó sobre esta
piedra angular…
(Isa. 28:16) Por tanto, el Señor Jehová dice así: He aquí que yo
pongo en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa,
fundamento firme; el que creyere, no se apresurará.
Pablo citó a Isaías, y explicó que la piedra angular es
Jesucristo.
(Rom. 9:33) como está escrito:
He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo, y roca de caída: Y todo aquel que en
Él creyere, no será avergonzado.
Jesús es esa piedra angular que une a las dos paredes de
Israel—las Dos Casas (Judá y Efraín). Pablo lo explica en Efesios:
(Efesios 2:14-22) Porque El mismo es
nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de
separación, (15) aboliendo en su carne la enemistad, la ley de
los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un
nuevo hombre, estableciendo así la paz,
(16) y para reconciliar con Dios
a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la
enemistad. (17) Y vino y anunció paz a vosotros que estabais
lejos, y paz a los que estaban cerca;
(18) porque por medio de El los
unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu. (19)
Así pues, ya no sois extraños ni extranjeros, sino que sois
conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios, (20)
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo
Cristo Jesús mismo la piedra angular,
(21) en quien todo el edificio,
bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, (22)
en quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios
en el Espíritu.
b. Clavija
La clavija era una especie de clavo grande colgado en la
pared, en alto, y servía para colgar las llaves y las posesiones más valiosas. Quien
lleva la llave en un hogar es quien tiene la autoridad.
Isaías hace referencia a la clavija.
(Isa. 22:22-24) Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su
hombro; cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie abrirá. (23)
Lo clavaré como clavija en lugar seguro, y será un trono de gloria para
la casa de su padre. (24) Y colgarán de él toda la gloria de la casa de
su padre, descendencia y prole, todas las vasijas menores, desde los tazones
hasta los cántaros.
En Apocalipsis 3:7 dice que Jesús tiene la llave de David. El tiene la llave y la autoridad en el Reino
de Dios.
c. Arco de Guerra y
Todo Gobernante
En su Segunda Venida, Jesús vendrá como Rey guerrero. Vencerá a sus enemigos, y establecerá Su
Reino eterno. Junto con él, los santos
van a pelear y luego a gobernar sobre todo el mundo.
(Zac. 10:5) juntos serán como valientes, que en la
batalla huellan al enemigo en el barro de las calles; pelearán, porque el SEÑOR
estará con ellos, y serán avergonzados los que montan a caballo.
El Salmo 45 habla del Rey de Gloria que viene…
(Salmo 45:4-6) En tu majestad cabalga en triunfo, por la causa de la
verdad, de la humildad y de la justicia; que tu diestra te enseñe cosas
tremendas. (5) Tus saetas son agudas; los pueblos caen
debajo de ti; en el corazón de los enemigos del rey están tus flechas. (6) Tu
trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de equidad es el cetro de tu
reino.
II. CASA DE JOSÉ
Luego de hablar de la Casa de Judá, Zacarías profetiza acerca
de la Casa de Efraín (o José), diciendo que Dios no se ha olvidado de ellos. Él los llamará y los volverá a reunir de
todas las naciones a donde hayan ido…
(Zac. 10:6-10) Fortaleceré la casa de Judá y la casa de José salvaré, y los haré volver porque me he compadecido de
ellos; y serán como si no los hubiera rechazado, porque yo soy el SEÑOR su
Dios, y les responderé. (7) Efraín
será como un valiente, y se alegrará su corazón como por el vino; sus hijos lo
verán y se alegrarán, y se regocijará su corazón en el SEÑOR. (8) Y
les silbaré para reunirlos, porque los he redimido; y serán tan numerosos como
eran. (9) Cuando yo los esparza entre los pueblos, aun
en lejanas tierras se acordarán de mí, y vivirán con sus hijos, y
volverán. (10) Los haré volver de la tierra de Egipto, y de
Asiria los recogeré; los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, hasta que
no haya sitio para ellos.
Dios no sólo va a reunir a la tribu de Judá (los judíos),
sino también a la Casa de Israel (José o Efraín, es decir, los gentiles
creyentes). Serán tantos, que el
territorio quedará corto y tendrán que extender sus límites y ensancharse (Isa.
54:2-3).
(Isaías 49:18-20) Levanta en derredor tus ojos y mira: todos ellos se
reúnen, vienen a ti. Vivo yo—declara el SEÑOR—que a todos ellos como joyas te
los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia. (19)
En cuanto a tus lugares desiertos y desolados y tu tierra arruinada,
ahora serás ciertamente demasiado estrecha para los moradores, y tus
devoradores estarán muy lejos. (20) Todavía te dirán al oído los hijos de los que
fuiste privada: El lugar es muy estrecho para mí; hazme sitio para que yo more
aquí.
El Señor va a reunir a todo su pueblo, conformado por las Dos Casas—la Casa
de Judá y la Casa de Israel (Efraín).
(Isa. 11:11-13) Entonces acontecerá en aquel día que el Señor ha de
recobrar de nuevo con su mano, por segunda vez, al remanente de su pueblo que
haya quedado de Asiria, de Egipto, de Patros, de Cus, de Elam, de Sinar, de
Hamat y de las islas del mar. (12) Alzará un estandarte ante las naciones,
reunirá a los desterrados de Israel,
y juntará a los dispersos de Judá de
los cuatro confines de la tierra.
(13) Entonces se disipará la
envidia de Efraín, y los que hostigan a Judá serán exterminados; Efraín no
envidiará a Judá, y Judá no hostigará a Efraín.
El Señor va a reunir a los hermanos, Judá y Efraín (José), y
los reconciliará y los hará un solo pueblo.
(Ezequiel 37:15-28) Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: (16) Y
tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: Para Judá y para los hijos
de Israel, sus compañeros. Toma luego otra vara y escribe en ella: Para José,
vara de Efraín, y para toda la casa de Israel, sus compañeros. (17)
Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en
tu mano. (18) Y cuando los hijos de tu pueblo te hablen,
diciendo: ¿No nos explicarás qué quieres decir con esto?, (19)
diles: Así dice el Señor DIOS: 'He aquí, tomaré la vara de José, que
está en la mano de Efraín, y las tribus de Israel, sus compañeros; las pondré
con aquélla, con la vara de Judá, y las haré una sola vara, y serán una en mi
mano.' (20) Y las varas en que escribas estarán en tu
mano a la vista de ellos, (21) y diles: Así dice el Señor DIOS: 'He aquí,
tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los recogeré
de todas partes y los traeré a su propia tierra. (22)
'Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israel; un
solo rey será rey de todos ellos; nunca más serán dos naciones, y nunca más
serán divididos en dos reinos. (23) 'No se contaminarán más con sus ídolos, ni
con sus abominaciones, ni con ninguna de sus transgresiones; sino que los
libraré de todos los lugares en que pecaron y los limpiaré. Y ellos serán mi
pueblo y yo seré su Dios. (24) 'Mi siervo David será rey sobre ellos, y
todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis ordenanzas y guardarán mis
estatutos y los cumplirán. (25) 'Y habitarán en la tierra que di a mi siervo
Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos y sus
hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será su
príncipe para siempre. (26) 'Y haré con ellos un pacto de paz; será un
pacto eterno con ellos. Y los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario
en medio de ellos para siempre.
(27) 'Mi morada estará también
junto a ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (28)
'Y las naciones sabrán que yo, el SEÑOR, santifico a Israel, cuando mi
santuario esté en medio de ellos para siempre.'
No importa dónde estén, el Señor los recogerá. Quitará todo obstáculo; aun hará que el mar y
los ríos se sequen para que Su Pueblo pueda regresar a la Tierra.
(Zac. 10:11-12) Pasarán por el mar de la angustia, y El herirá
las olas en el mar y se secarán todas las profundidades del Nilo; y será
abatido el orgullo de Asiria y apartado el cetro de Egipto. (12)
Yo los fortaleceré en el SEÑOR, y en su nombre andarán—declara el SEÑOR.
Isaías confirma esta profecía:
(Isaías 11:15-16) Y el SEÑOR destruirá la lengua del mar de Egipto;
agitará su mano sobre el río con su viento abrasador, lo partirá en siete
arroyos y hará que se pueda pasar en sandalias.
(16) Y habrá una calzada desde
Asiria para el remanente que quede de su pueblo, así como la hubo para Israel
el día que subieron de la tierra de Egipto.
Todo Israel (Judá + Efraín) será reunido—al sonar la
trompeta… y todos serán llevados a Jerusalén…
(Isa. 27:12-13) Y sucederá en aquel día que el SEÑOR trillará desde la
corriente del Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros seréis recogidos
uno a uno, oh hijos de Israel. (13) Sucederá también en aquel día que se tocará
una gran trompeta, y los que perecían en la tierra de Asiria y los desterrados
en la tierra de Egipto, vendrán y adorarán al SEÑOR en el monte santo en
Jerusalén.
Esto mismo fue lo que Jesús le explicó a sus discípulos
cuando les habló sobre los últimos tiempos…
(Mat. 24:29-31) Pero
inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la
luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los
cielos serán sacudidas. (30) Entonces aparecerá en el cielo la señal del
Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán
al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran
gloria. (31) Y El enviará a sus ángeles con una gran trompeta
y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los
cielos hasta el otro.
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