jueves, 5 de septiembre de 2013

Zacarías 10:4-12


CASA DE JUDÁ Y CASA DE JOSÉ


La profecía de Zacarías está dirigida principalmente a la Casa de Judá (conformada por las tribus de Judá, Levi y Benjamín), que hoy se conocen como los judíos.  Estas tribus son las que fueron llevadas cautivas a Babilonia, y cuyo remanente retornó a la Tierra Prometida.  Pero el profeta también hace referencia a las otras tribus, que se conocen como Casa de Efraín o de José.  Estas son las 10 Tribus Perdidas, que fueron previamente conquistadas y dispersadas por los asirios, y luego asimiladas.  Estas tribus parecen perdidas a nuestro parecer, pero no para Dios.  Casi todos los profetas hablan de su restauración, incluyendo Zacarías…
(Zac. 10:6)  Fortaleceré la casa de Judá y la casa de José salvaré, y los haré volver porque me he compadecido de ellos; y serán como si no los hubiera rechazado, porque yo soy el SEÑOR su Dios, y les responderé. 

El Señor tiene planes de restauración, tanto para Judá (hoy, los judíos) como para la Casa de Efraín o José (hoy, los gentiles creyentes; Rom. 9:24-26)… [Para más información sobre este tema, les recomiendo leer el estudio Israel:Dos Casas]


I.  CASA DE JUDÁ
Zacarías profetizó que, de la Casa de Judá, el Señor levantará un Pastor que cuidará a Su Rebaño.  Como ya vimos, este Buen Pastor es Jesús (heb. Yeshua).  El profeta señala que también de Judá saldrá la piedra angular, la clavija, el arco de guerra y todo gobernante de Israel. 
(Zac. 10:4)  De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él todo gobernante… 

a.  Piedra Angular
La piedra angular es una roca o cimiento firme que se coloca en el ángulo de unión de dos paredes. También Isaías profetizó sobre esta piedra angular…
(Isa. 28:16)  Por tanto, el Señor Jehová dice así: He aquí que yo pongo en Sión por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, fundamento firme; el que creyere, no se apresurará.

Pablo citó a Isaías, y explicó que la piedra angular es Jesucristo.
(Rom. 9:33)    como está escrito: He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo, y roca de caída: Y todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado.

Jesús es esa piedra angular que une a las dos paredes de Israel—las Dos Casas (Judá y Efraín). Pablo lo explica en Efesios:
(Efesios 2:14-22) Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,  (15)  aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz,  (16)  y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.  (17)  Y vino y anunció paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca;  (18)  porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu.  (19)  Así pues, ya no sois extraños ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios,  (20)  edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular,  (21)  en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor,  (22)  en quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.


b. Clavija
La clavija era una especie de clavo grande colgado en la pared, en alto, y servía para colgar las llaves y las posesiones más valiosas. Quien lleva la llave en un hogar es quien tiene la autoridad. 

Isaías hace referencia a la clavija.
(Isa. 22:22-24)  Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie abrirá.  (23)  Lo clavaré como clavija en lugar seguro, y será un trono de gloria para la casa de su padre.  (24)  Y colgarán de él toda la gloria de la casa de su padre, descendencia y prole, todas las vasijas menores, desde los tazones hasta los cántaros.

En Apocalipsis 3:7 dice que Jesús tiene la llave de David.  El tiene la llave y la autoridad en el Reino de Dios.


c. Arco de Guerra y Todo Gobernante
En su Segunda Venida, Jesús vendrá como Rey guerrero.  Vencerá a sus enemigos, y establecerá Su Reino eterno.  Junto con él, los santos van a pelear y luego a gobernar sobre todo el mundo.
(Zac. 10:5)  juntos serán como valientes, que en la batalla huellan al enemigo en el barro de las calles; pelearán, porque el SEÑOR estará con ellos, y serán avergonzados los que montan a caballo. 

El Salmo 45 habla del Rey de Gloria que viene…
(Salmo 45:4-6)  En tu majestad cabalga en triunfo, por la causa de la verdad, de la humildad y de la justicia; que tu diestra te enseñe cosas tremendas.  (5)  Tus saetas son agudas; los pueblos caen debajo de ti; en el corazón de los enemigos del rey están tus flechas.  (6)  Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de equidad es el cetro de tu reino.

II. CASA DE JOSÉ
Luego de hablar de la Casa de Judá, Zacarías profetiza acerca de la Casa de Efraín (o José), diciendo que Dios no se ha olvidado de ellos.  Él los llamará y los volverá a reunir de todas las naciones a donde hayan ido…
(Zac. 10:6-10) Fortaleceré la casa de Judá y la casa de José salvaré, y los haré volver porque me he compadecido de ellos; y serán como si no los hubiera rechazado, porque yo soy el SEÑOR su Dios, y les responderé. (7) Efraín será como un valiente, y se alegrará su corazón como por el vino; sus hijos lo verán y se alegrarán, y se regocijará su corazón en el SEÑOR.  (8)  Y les silbaré para reunirlos, porque los he redimido; y serán tan numerosos como eran.  (9)  Cuando yo los esparza entre los pueblos, aun en lejanas tierras se acordarán de mí, y vivirán con sus hijos, y volverán.  (10)  Los haré volver de la tierra de Egipto, y de Asiria los recogeré; los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, hasta que no haya sitio para ellos. 

Dios no sólo va a reunir a la tribu de Judá (los judíos), sino también a la Casa de Israel (José o Efraín, es decir, los gentiles creyentes).  Serán tantos, que el territorio quedará corto y tendrán que extender sus límites y ensancharse (Isa. 54:2-3).
(Isaías 49:18-20)  Levanta en derredor tus ojos y mira: todos ellos se reúnen, vienen a ti. Vivo yo—declara el SEÑOR—que a todos ellos como joyas te los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia.  (19)  En cuanto a tus lugares desiertos y desolados y tu tierra arruinada, ahora serás ciertamente demasiado estrecha para los moradores, y tus devoradores estarán muy lejos.  (20)  Todavía te dirán al oído los hijos de los que fuiste privada: El lugar es muy estrecho para mí; hazme sitio para que yo more aquí.

El Señor va a reunir a todo su pueblo, conformado por las Dos Casas—la Casa de Judá y la Casa de Israel (Efraín).
(Isa. 11:11-13)  Entonces acontecerá en aquel día que el Señor ha de recobrar de nuevo con su mano, por segunda vez, al remanente de su pueblo que haya quedado de Asiria, de Egipto, de Patros, de Cus, de Elam, de Sinar, de Hamat y de las islas del mar.  (12)  Alzará un estandarte ante las naciones, reunirá a los desterrados de Israel, y juntará a los dispersos de Judá de los cuatro confines de la tierra.  (13)  Entonces se disipará la envidia de Efraín, y los que hostigan a Judá serán exterminados; Efraín no envidiará a Judá, y Judá no hostigará a Efraín.

El Señor va a reunir a los hermanos, Judá y Efraín (José), y los reconciliará y los hará un solo pueblo.
(Ezequiel 37:15-28)  Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:  (16)  Y tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: Para Judá y para los hijos de Israel, sus compañeros. Toma luego otra vara y escribe en ella: Para José, vara de Efraín, y para toda la casa de Israel, sus compañeros.  (17)  Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en tu mano.  (18)  Y cuando los hijos de tu pueblo te hablen, diciendo: ¿No nos explicarás qué quieres decir con esto?,  (19)  diles: Así dice el Señor DIOS: 'He aquí, tomaré la vara de José, que está en la mano de Efraín, y las tribus de Israel, sus compañeros; las pondré con aquélla, con la vara de Judá, y las haré una sola vara, y serán una en mi mano.'  (20)  Y las varas en que escribas estarán en tu mano a la vista de ellos,  (21)  y diles: Así dice el Señor DIOS: 'He aquí, tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierra.  (22)  'Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israel; un solo rey será rey de todos ellos; nunca más serán dos naciones, y nunca más serán divididos en dos reinos.  (23)  'No se contaminarán más con sus ídolos, ni con sus abominaciones, ni con ninguna de sus transgresiones; sino que los libraré de todos los lugares en que pecaron y los limpiaré. Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.  (24)  'Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis ordenanzas y guardarán mis estatutos y los cumplirán.  (25)  'Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será su príncipe para siempre.  (26)  'Y haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Y los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para siempre.  (27)  'Mi morada estará también junto a ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.  (28)  'Y las naciones sabrán que yo, el SEÑOR, santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre.'

No importa dónde estén, el Señor los recogerá.  Quitará todo obstáculo; aun hará que el mar y los ríos se sequen para que Su Pueblo pueda regresar a la Tierra.
(Zac. 10:11-12)  Pasarán por el mar de la angustia, y El herirá las olas en el mar y se secarán todas las profundidades del Nilo; y será abatido el orgullo de Asiria y apartado el cetro de Egipto.  (12)  Yo los fortaleceré en el SEÑOR, y en su nombre andarán—declara el SEÑOR.

Isaías confirma esta profecía:
(Isaías 11:15-16)  Y el SEÑOR destruirá la lengua del mar de Egipto; agitará su mano sobre el río con su viento abrasador, lo partirá en siete arroyos y hará que se pueda pasar en sandalias.  (16)  Y habrá una calzada desde Asiria para el remanente que quede de su pueblo, así como la hubo para Israel el día que subieron de la tierra de Egipto.

Todo Israel (Judá + Efraín) será reunido—al sonar la trompeta… y todos serán llevados a Jerusalén…
(Isa. 27:12-13)  Y sucederá en aquel día que el SEÑOR trillará desde la corriente del Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros seréis recogidos uno a uno, oh hijos de Israel.  (13)  Sucederá también en aquel día que se tocará una gran trompeta, y los que perecían en la tierra de Asiria y los desterrados en la tierra de Egipto, vendrán y adorarán al SEÑOR en el monte santo en Jerusalén.



Esto mismo fue lo que Jesús le explicó a sus discípulos cuando les habló sobre los últimos tiempos…
(Mat. 24:29-31) Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas.  (30)  Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.  (31)  Y El enviará a sus ángeles con una gran trompeta y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.


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