miércoles, 4 de septiembre de 2013

Zacarías 10:1-3


En el capítulo 10 de Zacarías, el Señor manifiesta su deseo de cubrir las necesidades de Su pueblo:

a.  Lluvia a su tiempo
El Señor dice a Su pueblo que le pidan lluvia…
(Zac. 10:1) Pedid lluvia al SEÑOR en el tiempo de la lluvia tardía, al SEÑOR que hace los nubarrones; Él les dará aguaceros, y hierba en el campo a cada uno. 



El agua es esencial para sobrevivir; y en Israel, la única fuente de agua es la lluvia del cielo.
(Deu. 11:11-15)  La tierra a la cual pasáis para poseerla, es tierra de montes y de vegas; que bebe el agua de la lluvia del cielo;  (12)  Tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin del año.  (13)  Y será que, si obedeciereis cuidadosamente mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma,  (14)  yo daré la lluvia de vuestra tierra en su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, y tu vino, y tu aceite.  (15)  Daré también hierba en tu campo para tus bestias; y comerás, y te saciarás.

La bendición de la lluvia depende de la obediencia a Dios. Sin duda, el deseo de Dios es bendecirnos.

Hay dos épocas importantes de lluvia en Israel:

i.  Lluvia temprana: (Octubre y Noviembre) lluvia que prepara la tierra para la siembra
ii. Lluvia tardía: (Marzo y Abril) lluvia que prepara el grano para la cosecha

Zacarías exhorta al pueblo a pedir “lluvia tardía”.  Luego del arduo trabajo de sembrar y trabajar la tierra, es necesario pedir que el Señor bendiga su trabajo, para que no lleguen a creer lo lograron con su propia fuerza e inteligencia.

El texto en Deuteronomio lo confirma:
(Deu. 11:16-17)  Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis, y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos;  (17)  y así se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová.

Dios quiere bendecir a Su pueblo…pero nosotros debemos reconocer que las bendiciones vienen de Él.

b.  Ovejas sin pastor
El Señor sabe que Su pueblo necesita de pastores que los guíen y se preocupen por ellos; pero el Señor vio que en Israel había dos problemas:

i.  El pueblo de Dios no tenía pastores que los guiaran;
ii. En lugar de buscar a Dios, el pueblo buscó consuelo en sus ídolos y en adivinos.

(Zac. 10:2) Porque las imágenes han hablado vanidad, y los adivinos han visto mentira, y han hablado sueños vanos, en vano consuelan; por eso ellos vagan como ovejas, fueron afligidos porque no tenían pastor.



OVEJAS SIN PASTOR
También Ezequiel recibió palabra sobre los pastores de Israel. 
(Eze. 34:1-6)  Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:  (2)  Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles a los pastores: Así dice Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar los rebaños?  (3)  Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, pero no apacentáis las ovejas.  (4)  No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no hicisteis volver la descarriada, ni buscasteis la perdida; sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia;  (5)  Y ellas fueron dispersadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda bestia del campo, y fueron dispersadas.  (6)  Y anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y por toda la faz de la tierra fueron dispersadas mis ovejas, y no hubo quien las buscase ni preguntase por ellas.

Dios no es indiferente a la necesidad del pueblo ni al abuso de autoridad de los pastores.  El Señor aseguró dos cosas:

i.  No dejará impune el abuso.
(Eze. 34:7-10)  Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová:  (8)  Vivo yo, dice Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño ha venido a ser por presa, y por falta de pastor mis ovejas han venido a ser por comida a todas las fieras del campo; y mis pastores no buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas;  (9)  Por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová:  (10)  Así dice Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.

ii. El Señor no dejará abandonado a Su pueblo.
(Eze. 34:11-16)  Porque así dice Jehová el Señor: He aquí, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré.  (12)  Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.  (13)  Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; y las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel por las riberas, y en todos los lugares habitados del país.  (14)  En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en delicados pastos serán apacentadas sobre los montes de Israel.  (15)  Yo apacentaré mis ovejas, y yo les haré descansar, dice Jehová el Señor.  (16)  Yo buscaré la perdida, y haré volver la descarriada, y vendaré la perniquebrada, y fortaleceré a la enferma. Mas destruiré a la engordada y a la fuerte. Yo las apacentaré con justicia.



Este mensaje también lo vemos en Zacarías, pero en forma más sucinta…
(Zac. 10:3)  Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los machos cabríos; mas Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los hará como su caballo de honor en la batalla. 

El Señor dice que mandará un pastor de la tribu de Judá.  Jesús dijo que Él era ese Buen Pastor…
(Juan 10:11-16)  Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.  (12)  Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.  (13)  Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas.  (14)  Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.  (15)  Como el Padre me conoce, así también yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.  (16)  También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Jesús también dijo que va a separar a las ovejas y los machos cabríos; hará distinción entre los suyos y los que no lo son…
(Mat. 25:31-34)  Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria;  (32)  y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos;  (33)  y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda.  (34)  Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.

(Eze. 34:17) Mas vosotras, ovejas mías, así dice Jehová el Señor: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos.

[Nota: Les recomiendo leer todo el capítulo 34 de Ezequiel].


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