En el capítulo 10 de Zacarías, el Señor manifiesta su deseo
de cubrir las necesidades de Su pueblo:
a. Lluvia a su tiempo
El Señor dice a Su pueblo que le pidan lluvia…
(Zac. 10:1) Pedid lluvia al
SEÑOR en el tiempo de la lluvia tardía, al SEÑOR que hace los nubarrones; Él
les dará aguaceros, y hierba en el campo a cada uno.
El agua es esencial para sobrevivir; y en Israel, la única
fuente de agua es la lluvia del cielo.
(Deu. 11:11-15) La tierra a la cual pasáis para poseerla, es tierra de
montes y de vegas; que bebe el agua de la lluvia del cielo; (12)
Tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los
ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin del año. (13) Y
será que, si obedeciereis cuidadosamente mis mandamientos que yo os prescribo
hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y
con toda vuestra alma, (14) yo daré la lluvia de vuestra tierra en su
tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, y tu vino, y tu
aceite. (15) Daré también hierba en tu campo para tus
bestias; y comerás, y te saciarás.
La bendición de la lluvia depende de la obediencia a Dios.
Sin duda, el deseo de Dios es bendecirnos.
Hay dos épocas importantes de lluvia en Israel:
i. Lluvia
temprana: (Octubre y Noviembre) lluvia que prepara la tierra para la
siembra
ii. Lluvia tardía: (Marzo y Abril)
lluvia que prepara el grano para la cosecha
Zacarías exhorta al pueblo a pedir “lluvia tardía”. Luego del arduo trabajo de sembrar y trabajar
la tierra, es necesario pedir que el Señor bendiga su trabajo, para que no
lleguen a creer lo lograron con su propia fuerza e inteligencia.
El texto en Deuteronomio lo confirma:
(Deu. 11:16-17) Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y
os apartéis, y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; (17) y
así se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no
haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra
que os da Jehová.
Dios quiere bendecir a Su pueblo…pero nosotros debemos
reconocer que las bendiciones vienen de Él.
b. Ovejas sin pastor
El Señor sabe que Su pueblo necesita de pastores que los
guíen y se preocupen por ellos; pero el Señor vio que en Israel había dos
problemas:
i. El pueblo de Dios
no tenía pastores que los guiaran;
ii. En lugar de buscar a Dios, el pueblo buscó consuelo en
sus ídolos y en adivinos.
(Zac. 10:2) Porque las
imágenes han hablado vanidad, y los adivinos han visto mentira, y han hablado
sueños vanos, en vano consuelan; por eso ellos vagan como ovejas, fueron
afligidos porque no tenían pastor.
OVEJAS SIN PASTOR
También Ezequiel recibió palabra sobre los pastores de
Israel.
(Eze. 34:1-6) Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: (2)
Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y
diles a los pastores: Así dice Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel,
que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar los
rebaños? (3) Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la
engordada degolláis, pero no apacentáis las ovejas. (4) No
fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la
perniquebrada, no hicisteis volver la descarriada, ni buscasteis la perdida;
sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia; (5) Y
ellas fueron dispersadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda
bestia del campo, y fueron dispersadas.
(6) Y anduvieron perdidas mis
ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y por toda la faz de la
tierra fueron dispersadas mis ovejas, y no hubo quien las buscase ni preguntase
por ellas.
Dios no es indiferente a la necesidad del pueblo ni al abuso
de autoridad de los pastores. El Señor
aseguró dos cosas:
i. No dejará impune
el abuso.
(Eze. 34:7-10) Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: (8)
Vivo yo, dice Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño ha venido a ser
por presa, y por falta de pastor mis ovejas han venido a ser por comida a todas
las fieras del campo; y mis pastores no buscaron mis ovejas, sino que los
pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; (9)
Por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová: (10)
Así dice Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y
requeriré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni
los pastores se apacentarán más a sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de sus
bocas, y no les serán más por comida.
ii. El Señor no dejará abandonado a Su pueblo.
(Eze. 34:11-16) Porque así dice Jehová el Señor: He aquí, yo mismo iré
a buscar mis ovejas, y las reconoceré.
(12) Como reconoce su rebaño el
pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis
ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del
nublado y de la oscuridad. (13) Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré
de las tierras; y las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes
de Israel por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. (14)
En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará
su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en delicados pastos serán
apacentadas sobre los montes de Israel.
(15) Yo apacentaré mis ovejas, y
yo les haré descansar, dice Jehová el Señor.
(16) Yo buscaré la perdida, y
haré volver la descarriada, y vendaré la perniquebrada, y fortaleceré a la
enferma. Mas destruiré a la engordada y a la fuerte. Yo las apacentaré con
justicia.
Este mensaje también lo vemos en Zacarías, pero en forma más
sucinta…
(Zac. 10:3) Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y
castigaré a los machos cabríos; mas Jehová de los ejércitos visitará su rebaño,
la casa de Judá, y los hará como su caballo de honor en la batalla.
El Señor dice que mandará un pastor de la tribu de Judá. Jesús dijo que Él era ese Buen Pastor…
(Juan 10:11-16) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por
las ovejas. (12) Mas el asalariado, y que no es el pastor, de
quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y
el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
(13) Así que el asalariado huye,
porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas. (14)
Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. (15)
Como el Padre me conoce, así también yo conozco al Padre; y pongo mi
vida por las ovejas. (16) También tengo otras ovejas que no son de este
redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un
pastor.
Jesús también dijo que va a separar a las ovejas y los
machos cabríos; hará distinción entre los suyos y los que no lo son…
(Mat. 25:31-34) Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos
los santos ángeles con Él, entonces se sentará sobre el trono de su
gloria; (32) y serán reunidas delante de Él todas las
naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de
los cabritos; (33) y pondrá las ovejas a su derecha, y los
cabritos a la izquierda. (34) Entonces el Rey dirá a los de su derecha:
Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la
fundación del mundo.
(Eze. 34:17) Mas vosotras,
ovejas mías, así dice Jehová el Señor: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja,
entre carneros y machos cabríos.
[Nota: Les recomiendo leer todo el capítulo 34 de Ezequiel].
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