CARGA ACERCA DE
JERUSALÉN
En el capítulo 12, vemos que Dios puso de nuevo una “carga
profética” (heb. Masá) sobre Zacarías
(similar a la del capítulo nueve). La
carga es a favor de Jerusalén y en contra de las naciones que se levanten
contra ella.
(Zac. 12:1) Profecía (heb. Masá) de la palabra del SEÑOR acerca de
Israel. El SEÑOR que extiende los cielos, pone los cimientos de la tierra y
forma el espíritu del hombre dentro de él, declara…
Como introducción al mensaje, el Señor se presenta como el
Dios Creador y Sustentador de todas las cosas.
El pueblo debe recordar que todo está bajo el control de Dios, porque Él
lo creó todo y lo sostiene…y no sólo lo material sino también lo espiritual. Si
el Señor lo dice, Él lo hará, porque para Él no hay nada imposible.
El Señor se presentó de forma similar en otra profecía dada a
Isaías:
(Isaías 42:5-8) Así dice Dios el SEÑOR, que crea los cielos y los
extiende, que afirma la tierra y lo que de ella brota, que da aliento al pueblo
que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan: (6) Yo
soy el SEÑOR, en justicia te he llamado; te sostendré por la mano y por ti
velaré, y te pondré como pacto para el pueblo, como luz para las naciones, (7)
para que abras los ojos a los ciegos, para que saques de la cárcel a los
presos, y de la prisión a los que moran en tinieblas. (8) Yo
soy el SEÑOR, ése es mi nombre; mi gloria a otro no daré, ni mi alabanza a
imágenes talladas.
Esa profecía habla del Siervo de Dios, que hoy sabemos que es
Jesucristo.
(Isaías 42:1) He aquí mi Siervo,
a quien yo sostengo, mi escogido, en quien mi alma se complace. He puesto mi
Espíritu sobre El; El traerá justicia a las naciones.
El Señor Jesús va a traer justicia y defenderá a Su Pueblo y
a Jerusalén…pero antes, las naciones tratarán de tomar Jerusalén…
COPA DE VÉRTIGO
Zacarías profetizó que las naciones se van a levantar en
contra de Jerusalén…al principio, sólo los vecinos, pero luego se les unirán
muchas naciones del mundo.
(Zac. 12:2) He aquí, yo haré
de Jerusalén una copa de vértigo para todos los pueblos de alrededor, y cuando
haya asedio contra Jerusalén, también lo habrá contra Judá.
El ataque no sólo va a ser contra la ciudad de Jerusalén,
sino contra todos los judíos.
En la profecía, dice que Jerusalén será como “copa de
vértigo”. Ese es un término que describe
a alguien que está borracho. Los que
traten de “tomar” Jerusalén se emborracharán, pero no de vino. No podrán ver bien las cosas, porque su
ambición los cegará, y caerán con facilidad, como lo haría un borracho.
Los judíos de ese tiempo entendían muy bien lo que esas
palabras significaban, ya que lo habían sufrido. Isaías profetizó que si el pueblo de Dios no
se arrepentía, ellos serían como “copa de vértigo”…y así sucedió.
(Isaías 51:17) ¡Despierta,
despierta! Levántate, Jerusalén, tú, que has bebido de la mano del SEÑOR la
copa de su furor, que has bebido el cáliz del vértigo hasta vaciarlo.
Antes del exilio a Babilonia, Judá tomó de la copa del
vértigo…como “borrachos”, se creyeron invencibles. Los profetas los llamaron a la cordura, pero
no prestaron atención; creyeron que no les pasaría nada malo y siguieron
pecando. Por su falta de
arrepentimiento, el Señor les dio a beber de la copa de su furor.
Sin embargo, esa copa para Judá no fue de destrucción, sino
de corrección. Cuando se arrepintieron, fueron restaurados. Ahora el Señor les promete que los enemigos
que se levanten contra ellos beberán de la copa de vértigo y de la ira de Dios…
(Isa. 51:22-23) Así dice tu Señor,
el SEÑOR tu Dios, que contiende por su pueblo: He aquí, he quitado de tu mano
la copa del vértigo, el cáliz de mi furor, nunca más lo beberás. (23)
Lo pondré en las manos de los que te atormentan, que te han dicho:
"Póstrate para que pasemos." Y tú pusiste tu espalda como suelo, como
calle para los que pasaban.
Los enemigos de Israel “se pasearon en ellos”, pero Dios
promete que hará justicia.
Zacarías profetizó que los enemigos de Israel van a atacar
Jerusalén, pero ellos caerán y no quedarán en pie…Tomarán la “copa de vértigo”;
como borrachos, se creerán invencibles, pero tropezarán y se caerán…
PIEDRA DE TROPIEZO
El Señor dijo que Jerusalén se convertirá en “piedra de
tropiezo”; todo el que vaya en contra de ella saldrá mal…
(Zac. 12:3) Y sucederá aquel día
que haré de Jerusalén una piedra pesada para todos los pueblos; todos los que
la levanten serán severamente desgarrados. Y contra ella se congregarán todas
las naciones de la tierra.
En el fondo, contra quien se levantarán las naciones es
contra Dios, porque se rehusarán someterse a Su Voluntad.
La piedra pesada que leemos acá es la misma piedra angular,
que se volverá “piedra de tropiezo”. Pedro
explica que esta piedra es el Mesías. El
Señor es la piedra angular, para quien cree; pero para el incrédulo, esa misma piedra
se vuelve de tropiezo…
(1 Pedro 2:4-8) Y viniendo a El
como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa
delante de Dios, (5) también vosotros, como piedras vivas, sed
edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. (6)
Pues esto se encuentra en la Escritura: He aquí, pongo en Sion una
piedra escogida, una preciosa piedra angular, y el que crea en él no será
avergonzado. (7) Este precioso valor es, pues, para vosotros
los que creéis; pero para los que no creen, la piedra que desecharon los
constructores, esa, en piedra angular se ha convertido, (8) y,
piedra de tropiezo y roca de escándalo; pues ellos tropiezan porque son
desobedientes a la palabra, y para ello estaban también destinados.
CABALLOS
INCAPACITADOS
Zacarías profetizó que los caballos del enemigo van a ser
incapacitados. Como ya vimos, los
caballos son símbolo de guerra y fuerza militar.
(Zac. 12:4) Aquel día--declara
el SEÑOR-- heriré a todo caballo de espanto, y a su jinete, de locura. Pero
sobre la casa de Judá abriré mis ojos, mientras hiero de ceguera a todo caballo
de los pueblos.
El mundo pone su confianza en los ejércitos y armamentos,
pero Dios va a inutilizar la capacidad militar de los enemigos de Israel.
SALVARÁ A TODO JUDÁ
El Señor asegura, a través de Zacarías, que Él va a salvar a
todo “Judá”, no sólo a aquellos que viven en Jerusalén. [Para recordar: la Casa
de Judá está conformada por los descendientes de Judá, Benjamín y Levi, y hoy
se les conoce como “judíos”].
(Zac. 12:5-7) Entonces los jefes
de familias de Judá dirán en su corazón: "Gran apoyo para nosotros son los
habitantes de Jerusalén por el SEÑOR de los ejércitos, su Dios." (6)
Aquel día haré de los jefes de familias de Judá como brasero de fuego
entre leños, y como antorcha ardiendo entre gavillas, y consumirán a diestra y
a siniestra a todos los pueblos de alrededor, y Jerusalén será habitada de
nuevo en su lugar, en Jerusalén.
(7) El SEÑOR salvará primero las
tiendas de Judá, para que la gloria de la casa de David y la gloria de los
habitantes de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.
La profecía de Zacarías está principalmente enfocada a la
Ciudad de Jerusalén, pero el Señor les asegura que también está de parte de
todo Su Pueblo, no sólo los que viven en la ciudad…Pero, no hay duda que
Jerusalén tiene un lugar especial en el corazón de Dios.
(Zac. 12:8) Aquel día el SEÑOR
defenderá a los habitantes de Jerusalén, y el débil entre ellos aquel día será
como David, y la casa de David será como Dios, como el ángel del SEÑOR delante
de ellos.
Jesús es descendiente del rey David, y como tal tiene
derecho legal para ser rey de Israel. El
Señor va a gobernar sobre su pueblo y sobre todas las naciones, pero quien no
se someta será destruido.
(Zac. 12:9) Y sucederá aquel día
que me dispondré a destruir a todas las naciones que vengan contra
Jerusalén.
El Señor va a defender a capa y espada la Ciudad Santa, el
lugar donde Él escogió para poner allí Su Nombre.
RECONOCERÁN AL MESÍAS
El día en que Jesús venga a defender Jerusalén será un día
grande, pues Él se les revelará a la Casa de Judá. En realidad, la mayoría de los judíos aun no
han reconocido a Jesús como el Mesías.
¿Por qué no le reconocieron? Pablo lo explica en la carta a
los Romanos: Esto se debió en gran parte a la ceguera que Dios propició, como
explica Pablo, para que el Evangelio pudiera llegar a los gentiles.
(Romanos 11:1-2) Digo entonces:
¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy
israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. (2)
Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad…
(Rom. 11:7-8) Entonces ¿qué?
Aquello que Israel busca no lo ha alcanzado, pero los que fueron escogidos lo
alcanzaron y los demás fueron endurecidos;
(8) tal como está escrito: Dios
les dio un espíritu de estupor, ojos con que no ven y oídos con que no oyen,
hasta el día de hoy.
(Rom. 11:11) Digo entonces:
¿Acaso tropezaron para caer? ¡De ningún modo! Pero por su transgresión ha
venido la salvación a los gentiles, para causarles celos. (12) Y
si su transgresión es riqueza para el mundo, y su fracaso es riqueza para los
gentiles, ¡cuánto más será su plenitud!
(Rom. 11:25-27) Porque no quiero,
hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra
propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta
que haya entrado la plenitud de los gentiles;
(26) y así, todo Israel será
salvo; tal como está escrito: El libertador vendrá de Sion; apartará la
impiedad de Jacob. (27) Y éste es mi pacto con ellos, cuando yo quite
sus pecados.
El Señor endureció parcialmente a Judá para que el Evangelio
alcanzara a los gentiles hasta los confines de la Tierra. Y cuando todos los que tengan que se salvos,
lo sean, entonces el Señor vendrá y se revelará a la Casa de Judá…
En ese día que menciona Zacarías, Él les revelará Su
identidad, y toda la Casa de Judá se conmoverá.
(Zac. 12:10) Y derramaré sobre la
casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de
súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por El,
como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por El, como se llora por
un primogénito.
En ese día glorioso, el Señor quitará esas vendas, y la Casa
de Judá podrá ver y reconocer a Su Mesías.
Zacarías compara ese día con un momento en la historia de
Israel, cuando el pueblo lloró mucho por la muerte de Josías, quien fue un buen
rey y se dedicó a limpiar el Templo y Jerusalén de toda idolatría (2 Reyes 23).
(Zac. 12:11) Aquel día habrá gran
lamentación en Jerusalén, como la lamentación de Hadad-rimón en la llanura de
Meguido.
En toda la Casa de Judá llorarán cuando reconozcan que Jesús
es el Mesías.
(Zac. 12:12-14) Y se lamentará
la tierra, cada familia por su lado: la familia de la casa de David por su
lado, y sus mujeres por su lado; la familia de la casa de Natán por su lado, y
sus mujeres por su lado; (13) la familia de la casa de Leví por su lado, y
sus mujeres por su lado; la familia de los simeítas por su lado, y sus mujeres
por su lado; (14) todas las demás familias, cada familia por su
lado, y sus mujeres por su lado.
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