Salmo 119:29-32. DALET (b)
(Día 12)
La estrofa Dalet termina de la siguiente
manera…
(Salmo 119:29-32)
(29) Quita de mí el camino de la
mentira, y en tu bondad concédeme tu ley [Torá].
(30) He escogido el camino [Derej] de la
verdad; he puesto tus ordenanzas [Mispatim]
delante de mí.
(31) Me apego a tus testimonios [Edot]; SEÑOR, no
me avergüences.
(32) Por el camino [Derej] de tus
mandamientos [Mitzvot]
correré, porque tú ensancharás mi corazón.
En la vida podemos escoger muchos caminos, pero
¿cuál es el mejor?
(Salmo 25:12-13) ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de
escoger. (13) Gozará él de bienestar, y
su descendencia heredará la tierra.
(Salmo 25:8-10)
Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores el
camino. (9) Encaminará a los humildes
por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera. (10) Todas las sendas de Jehová son
misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.
El salmista contrasta el camino de la mentira y
el camino de la verdad:
* El camino
de la mentira es hacer las cosas como uno quiere. La mentira es creer que nos va ir bien, sin
importar si estamos haciendo la voluntad de Dios o no.
* En
contraste, el camino de la verdad es hacer la voluntad de Dios. El “camino de la verdad” en hebreo es: Derej
Emuná, que literalmente significa: “camino de Fe”. La palabra Emuná significa: fe,
fidelidad, lealtad, y también firmeza y veracidad. Está palabra se deriva de la raíz: Aman,
que significa: rendirse, confiar, permanecer firme. De esta palabra viene la expresión: Amen.
La dirección que marca el camino de la verdad
(o de la fe) emana de la Torá, las ordenanzas, los testimonios y los mandamientos
de Dios. Requiere de fe seguir su
dirección, porque no siempre la entendemos.
Pero el fruto de seguir este camino es vida. Por eso el salmista dice: “Escojo
el camino de la verdad, y por eso, pongo tus ordenanzas delante de
mí…me apego a tus testimonios…y corro por el camino de tus mandamientos…” (Salmo 119:30-32).
Sin duda alguna, la voluntad de Dios es el
mejor camino.
(Deuteronomio 5:33) Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os
ha mandado, para que viváis y os vaya
bien, y tengáis largos días en la tierra
que habéis de poseer.
Oremos…
Yehová, Tú hiciste el cielo y la tierra con tu
gran poder, y no hay nada que sea difícil para ti. Eres Dios grande, poderoso, grande en
consejo, y magnífico en hechos. Tus ojos
están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a
cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras. Por eso te pido que me libres del camino
de la mentira. Enséñame, oh Jehová,
tu camino; caminaré yo en tu verdad. Afirma
mi corazón para que tema Tu Nombre y vivía según tu santa voluntad.
Señor, escojo andar por el camino de la verdad;
por lo tanto, he puesto tus ordenanzas delante de mí. Me apegaré a tus testimonios y caminaré según
tus mandamientos.
Hoy se cumple espiritualmente en mi vida la
profecía de Isaías que dice: “Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del
Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén
la palabra de Jehová.”
[Jeremías 32:17-19; Salmo 86:11; Salmo
119:29-32; Isaías 2:3]
No hay comentarios:
Publicar un comentario