La idea de
regresar a la Tierra Prometida no es sólo una cuestión del deseo de los judíos,
sino que es parte central del Plan de Dios. Yehová quiere que el Pueblo
de Israel regrese a la Tierra que Él escogió para ellos, tierra que prometió a
los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) y a su descendencia.
Dios prometió a
Abraham que le daría tierra y descendencia, y todo esto con el fin de formar el
Pueblo de Dios. Actualmente, la
descendencia de Abraham ya está regresando a la Tierra Prometida; sin embargo, no
sólo es necesario que regresen a la tierra sino también a la fe—“me serán
por pueblo, y yo a ellos por Dios”.
(Isaías 27:12-13) Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde
el río Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel,
seréis reunidos uno a uno. (13) Acontecerá también en aquel día, que se
tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra
de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová
en el monte santo, en Jerusalén.
TAMBIÉN LA CASA DE ISRAEL
Esta promesa del retorno no sólo es para los
judíos (Casa de Judá) sino también para “las tribus perdidas (Casa de Israel o Efraín—ver
estudio… Israel: Dos Casas).
(Jeremías 31:1-5) En aquel tiempo—declara el SEÑOR—yo
seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo. (2) Así dice el SEÑOR: Ha hallado gracia en
el desierto el pueblo que escapó de la espada, Israel, cuando iba en busca de
su reposo. (3) Desde lejos el SEÑOR se
le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he
atraído con misericordia. (4) De
nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo tomarás
tus panderos, y saldrás a las danzas con los que se divierten. (5) De nuevo plantarás viñas en los montes de
Samaria; los plantadores las plantarán y las disfrutarán.
Actualmente, los montes de Samaria no se
consideran “políticamente” como parte de Israel, pues es territorio que hoy
ocupan los palestinos, conocido como: Ribera occidental (inglés, West Bank). Pero Dios considera ese territorio como parte
de la Tierra Prometida.
Ezequiel
profetiza que los Hijos de Israel regresarán a la Tierra Prometida, y formarán
una nación precisamente en los montes de Israel (cap. 37:15-28). Pero ya no serán más dos naciones (Judá y
Efraín—judíos y gentiles creyentes), sino una sola nación, con un rey: Yeshua,
descendiente de David.
(Ezequiel 37:21-23) y les dirás: Así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las
cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra;
(22) y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será
a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán
divididos en dos reinos. (23) Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus
abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones
con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos
por Dios.
Parte vital de la
restauración de Israel es la transformación espiritual del pueblo que un día se
fue al exilio por su pecado. Estando en
tierras lejanas, se arrepentirán y volverán a Dios…
(Ezequiel 39:22-28) Y de aquel día en adelante sabrá la casa de
Israel que yo soy Jehová su Dios. (23) Y sabrán las naciones que la casa de
Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y
yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y
cayeron todos a espada. (24) Conforme a
su inmundicia y conforme a sus rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi
rostro. (25) Por tanto, así ha dicho
Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de
Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. (26) Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su
rebelión con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con
seguridad, y no haya quien los espante; (27) cuando los saque de entre los
pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos
ante los ojos de muchas naciones. (28) Y
sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al
cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a
ninguno de ellos.
La Casa de Israel
se volverá a Dios, y el Señor tendrá misericordia de ellos…
(Jeremías 31:17-19) Esperanza hay también para
tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra. (18)
Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado
como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi
Dios. (19) Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después
que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque
llevé la afrenta de mi juventud.
(Jeremías 31:20-23) ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien
me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente.
Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él
misericordia, dice Jehová. (21) Establécete señales, ponte majanos altos,
nota atentamente la calzada; vuélvete por el camino por donde fuiste,
virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades. (22) ¿Hasta cuándo andarás
errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra:
la mujer rodeará al varón. (23) Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de
Israel: Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando
yo haga volver sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte
santo.
En el contexto de
esta promesa de restauración, el Señor habla del Nuevo Pacto que hará con Su
Pueblo, Israel…
(Jeremías
31:31-34) He aquí que vienen días, dice
Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y
con la casa de Judá. (32) No como el pacto que hice con sus padres el
día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos
invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. (33)
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo
seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. (34) Y no enseñará más
ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová;
porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,
dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su
pecado.
El Señor asegura
que esta promesa se cumplirá, ya que es una ley espiritual; ésta se cumplirá
como lo hacen las leyes naturales…
(Jeremías
31:35-37) Así ha dicho Jehová, que da el sol para
luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que
parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: (36) Si
faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de
Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente. (37) Así ha dicho
Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los
fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel
por todo lo que hicieron, dice Jehová.
Hay muchísimos versículos que profetizan el
retorno del pueblo de Dios a la Tierra Prometida. En la próxima entrada mencionaremos otros…
Más artículos
sobre la Tierra Prometida, en la página: Israel
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