viernes, 13 de febrero de 2015

Retorno de las Dos Casas

La idea de regresar a la Tierra Prometida no es sólo una cuestión del deseo de los judíos, sino que es parte central del Plan de Dios. Yehová quiere que el Pueblo de Israel regrese a la Tierra que Él escogió para ellos, tierra que prometió a los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) y a su descendencia.

Dios prometió a Abraham que le daría tierra y descendencia, y todo esto con el fin de formar el Pueblo de Dios.  Actualmente, la descendencia de Abraham ya está regresando a la Tierra Prometida; sin embargo, no sólo es necesario que regresen a la tierra sino también a la fe—“me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios”.
(Isaías 27:12-13)  Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde el río Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno.  (13)  Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.

TAMBIÉN LA CASA DE ISRAEL
Esta promesa del retorno no sólo es para los judíos (Casa de Judá) sino también para “las tribus perdidas (Casa de Israel o Efraín—ver estudio… Israel: Dos Casas).  
(Jeremías 31:1-5) En aquel tiempo—declara el SEÑOR—yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo.  (2) Así dice el SEÑOR: Ha hallado gracia en el desierto el pueblo que escapó de la espada, Israel, cuando iba en busca de su reposo.  (3) Desde lejos el SEÑOR se le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia.  (4) De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo tomarás tus panderos, y saldrás a las danzas con los que se divierten.  (5) De nuevo plantarás viñas en los montes de Samaria; los plantadores las plantarán y las disfrutarán.

Actualmente, los montes de Samaria no se consideran “políticamente” como parte de Israel, pues es territorio que hoy ocupan los palestinos, conocido como: Ribera occidental (inglés, West Bank).  Pero Dios considera ese territorio como parte de la Tierra Prometida. 

Ezequiel profetiza que los Hijos de Israel regresarán a la Tierra Prometida, y formarán una nación precisamente en los montes de Israel (cap. 37:15-28).  Pero ya no serán más dos naciones (Judá y Efraín—judíos y gentiles creyentes), sino una sola nación, con un rey: Yeshua, descendiente de David.
(Ezequiel 37:21-23) y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; (22) y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos. (23) Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios.

Parte vital de la restauración de Israel es la transformación espiritual del pueblo que un día se fue al exilio por su pecado.  Estando en tierras lejanas, se arrepentirán y volverán a Dios…
(Ezequiel 39:22-28)  Y de aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy Jehová su Dios. (23) Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada.  (24) Conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro.  (25) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob,  y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre.  (26) Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante; (27) cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones.  (28) Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos.

La Casa de Israel se volverá a Dios, y el Señor tendrá misericordia de ellos…
(Jeremías 31:17-19) Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra. (18) Escuchando, he oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque tú eres Jehová mi Dios. (19) Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.

(Jeremías 31:20-23) ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová. (21) Establécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente la calzada; vuélvete por el camino por donde fuiste, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades. (22) ¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón. (23) Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo.

En el contexto de esta promesa de restauración, el Señor habla del Nuevo Pacto que hará con Su Pueblo, Israel…
(Jeremías 31:31-34) He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. (32) No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. (33) Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. (34) Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

El Señor asegura que esta promesa se cumplirá, ya que es una ley espiritual; ésta se cumplirá como lo hacen las leyes naturales…
(Jeremías 31:35-37) Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: (36) Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente. (37) Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.

Hay muchísimos versículos que profetizan el retorno del pueblo de Dios a la Tierra Prometida.  En la próxima entrada mencionaremos otros…

Más artículos sobre la Tierra Prometida, en la página: Israel



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