Aclaración: Aunque este
blog está dedicado al estudio de la Biblia y los tiempos de Dios, decidimos
escribir este artículo sobre el Islam debido al rol que está jugando en los
eventos proféticos.
En el pasado, el tema
del Islam era básicamente limitado al Medio Oriente, pero hoy es un tema que se
menciona en los titulares de las principales noticias a nivel mundial, en gran
parte debido al terrorismo. Sin embargo,
hay mucha confusión con respecto a esa religión. A continuación les comparto algunos puntos
importantes que los creyentes debemos saber sobre el Islam (desde una
perspectiva judeo-cristiana):
a. Alá no es lo mismo que Jehová
Islam es una
religión monoteísta, al igual que el Judaísmo y el Cristianismo. Por eso, mucha gente cree que los musulmanes adoran
al mismo Dios de Israel (Jehová)…pero no es así. Los musulmanes creen en Alá, que literalmente
se traduce como dios. Pero lo que ese
dios enseña no es lo mismo que lo que manda Jehová, Dios de Israel.
[Nota: Aunque los judíos y cristianos tienen diferentes creencias, es
más una cuestión de interpretación pues comparten las mismas Escrituras: el Antiguo
Testamento, en hebreo: Tanaj, habiendo los cristianos añadido el Nuevo Testamento
y los judíos el Talmud y la Mishná]
Antes del
surgimiento del Islam en el siglo VII, las tribus árabes eran politeístas. Creían en muchos dioses, y Alá era el nombre
del dios principal. Mahoma eliminó los
demás dioses del panteón árabe, quedándose sólo con Alá, cuyo símbolo era una
luna creciente. Por ello muchos países
islámicos usan ese símbolo en sus banderas.
b. El Corán no es lo mismo que la Biblia
El libro sagrado
del Islam es el Corán. En él está
escrita la revelación que Mahoma supuestamente recibió del ángel Gabriel (entre 610-632 d.C.). Según Mahoma, el ángel le aclaró muchas cosas
que había sido “tergiversadas” en la Biblia.
Por ejemplo: dice que en la cruz no murió realmente Jesús, sino un
discípulo. También dice que Abraham no
iba a sacrificar a Isaac, sino a Ismael en el Monte Moriah.
En otras palabras, el Corán es la supuesta aclaración de la verdad, tal
como fue revelado por el ángel Gabriel.
Mahoma no escribió personalmente el Corán, ya que él era analfabeto. Mahoma enseñó a sus discípulos la revelación
que recibió, y ellos lo memorizaron y luego lo escribieron. Se cree que la primera compilación escrita
del Corán data entre 650 al 656.
Otras escrituras
del Islam son: Hadid
y Sunna. Ambos son registros
históricos de las acciones y las enseñanzas del profeta Mahoma. Consideran a Mahoma como el hombre más
cercano a la perfección, a quien deben imitar en todo. Mahoma es su último y máximo profeta, aunque también
reconocen otros profetas, entre los cuales está Moisés y Jesús (en árabe, Issa).
La palabra
“Islam” significa: rendirse, someterse.
Musulmán quiere decir “el que se somete”. Los musulmanes rinden sus vidas a Alá, y se
comprometen a vivir según sus escrituras (el Corán, no la Biblia).
La premisa
principal del Islam es: “No hay más dios
que Alá, y Mahoma es su profeta”. Algunos le añaden: “…y Alá no tiene un
hijo”; con lo cual niegan que Jesús es el Hijo de Dios. Precisamente ese concepto es lo que hace del
Islam una aberración a la luz de la Biblia.
Tal como dice Juan, rechazar a Jesús es rechazar a Dios, Jehová.
(1 Juan 2:21-23) No os he escrito porque ignoréis la
verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira procede de la
verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el
que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre
y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo
tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre.
c. Conflicto por Jerusalén
Actualmente los
musulmanes reclaman Jerusalén como la tercera ciudad más importante del Islam. Sin embargo ese reclamo no puede ser “religioso”
ya que en el Corán no se menciona ni una sola vez la ciudad de Jerusalén (ni
aún en su nombre árabe: Al-Quds).
La única conexión
de Mahoma con Jerusalén está en una leyenda antigua. Esa leyenda cuenta que cuando Mahoma estaba a
punto de morir él se montó sobre su caballo (llamado Buraq), el cual voló por
los aires hasta llegar a Jerusalén.
Desde allí Mahoma ascendió al cielo. Aparte de esta historia fantasiosa, no hay
ningún registro que Mahoma haya visitado jamás Jerusalén.
Hoy en día, los
musulmanes reclaman la Ciudad Santa basados en la leyenda de Buraq. Irónicamente niegan el derecho de los judíos
a Jerusalén, aunque esta ciudad se menciona más de cien veces del principio al
final de las Escrituras (tanto hebreas como cristianas), y los dos templos
judíos han sido edificados en el Monte Moriah, conocido también como el Monte
del Templo.
La realidad es
que el conflicto por la ciudad de Jerusalén no es natural, sino
espiritual. Las naciones no desean a
Jerusalén por su riqueza o su belleza, ni por su posición geográfica. El conflicto es por el Monte del Templo, porque
allí Dios dispuso poner Su Nombre.
(2 Crónicas 33:7) …en la casa de Dios, de la cual
había dicho Dios a David y a Salomón su hijo:
En esta casa y en Jerusalén, la
cual yo elegí sobre todas las tribus de Israel,
pondré mi nombre para siempre.
(2 Crónicas 6:6) Mas a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi
pueblo Israel.
Jerusalén es la
ciudad que Dios escogió para poner Su Nombre.
Allí estará el trono del Mesías, tal como está profetizado. Por eso, no debe extrañarnos que ese lugar
esté en contienda. Los enemigos de
Israel y de Jehová lo quieren, no por lo que significa para ellos sino por lo
que significa para el pueblo de Dios y para el Señor mismo. ¡Y
todos sabemos quién quiere sentarse en el lugar del trono de Dios! (Isaías 14:12-15).
En la próxima entrada
veremos como la escatología islámica contrasta con la bíblica, y por qué el
Islam no es una religión de paz…
Muy importante estar informado sobre el Islam en estos tiempos, gracias.
ResponderEliminarEsperamos ansiosamente por la continuación de este tema muy iportante en estos tiempos.
ResponderEliminarGracias por este análisis tan necesario para los creyentes.se comprende mucho.
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