lunes, 10 de diciembre de 2018

DOS CASAS (5): Historia de Jacob hasta Roboam


Al morir Jacob, su familia se quedó en Egipto con José. Pero un tiempo después, los israelitas fueron esclavizados en Egipto, tal como Dios lo advirtio a Abraham (Gen. 17). Pero Dios los liberó milagrosamente, con el liderazgo de Moisés, quien también los guió a la Tierra Prometida. Josué fue el líder designado para conquistar Canaán, la heredad que Dios dio a Israel y sus hijos.

Luego de la conquista, vino período de los jueces. El primer rey de Israel fue Saúl: él era el rey que el pueblo pidió. Pero el rey conforme al corazón de Dios fue David. Bajo su reinado, la Casa de Judá comenzó a gobernar sobre las 12 tribus unidas de Israel. Él estableció la capital del reino en Jerusalén, y consolidó a las doce tribus de Israel como una nación poderosa y reconocida ante las naciones vecinas. David tuvo el deseo en su corazón de construir un templo para Dios, pero esta gran tarea cayó sobre su hijo heredero Salomón.

Rey Salomón

Salomón fue el rey más sabio de la historia; pero perdió el camino y se desvió tras sus pasiones. Se casó con mujeres gentiles paganas e hizo alianzas con las naciones vecinas, abriendo así la puerta a la idolatría y al pecado. Salomón se apartó de Dios, y por ello Dios decidió quitarle el reino.
(I Reyes 11:11-13) Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé el reino de ti, y lo entregaré a tu siervo. Sin embargo no lo haré en tus días, por amor de David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo. Sin embargo no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor de David mi siervo, y por amor de Jerusalén la cual yo he elegido.

El siervo de Salomón, a quien le sería dado la otra parte de reino, era Jeroboam (I Reyes 11:26-28).

La palabra profética dada a Salomón también fue revelada a Jeroboam por el profeta Ahías.
(I Reyes 11: 29-40) Aconteció, pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo. Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos. Y dijo a Jeroboam: Toma para ti los 10 pedazos; porque así dijo El Eterno Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré 10 tribus; y él tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel; por cuanto me han dejado, y han adorado a Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos y mis decretos, como hizo David su padre. Pero no quitaré nada del reino de sus manos, sino que lo retendrá por rey todos los días de su vida, por amor a David mi siervo, al cual yo elegí, y quien guardó mis mandamientos y mis estatutos. Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo daré a ti, las diez tribus. Y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre. Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que desare tu alma, y serás rey sobre Israel. Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicieres lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel. Y yo afligiré a la descendencia de David a causa de esto, mas no para siempre. Por esto Salomón procuró matar a Jeroboam, pero Jeroboam se levantó y huyó a Egipto, a Sisac rey de Egipto, y estuvo en Egipto hasta muerte de Salomón.

ROBOAM SUBE AL TRONO
Al morir Salomón, su hijo Roboam subió al trono.  Pero él no prestó atención a las peticiones del pueblo para bajar los altos impuestos; más bien les puso una carga más pesada. 
(I Reyes 12:13-15) Y el rey respondió al pueblo duramente, dejando el consejo que los ancianos le habían dado; y les habló conforme a consejo de los jóvenes, diciendo: Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo, mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones. Y no oyó el rey al pueblo; porque era designio de El Eterno para confirmar la palabra que El Eterno había hablado por medio de Ahías silonita a Jeroboam hijo de Nabat.

ISRAEL SE DIVIDE EN DOS REINOS
Ante la opresión de Roboam, muchas tribus decidieron separarse de Judá (la tribu real) y formar su propio reino.  
(I Reyes 12:16-19) Y cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus tiendas. Mas reinó Roboam sobre los hijos de Israel que moraban en las ciudades de Judá. Y el rey Roboam envió a Adoram, que estaba sobre los tributos; pero le apedreó todo Israel, y murió. Entonces el rey Roboam se apresuró para subir en su carro y huir a Jerusalén. Así se apartó Israel de la casa de David hasta hoy.

Cuando el pueblo oyó que Jeroboam había vuelto del exilio, enviaron a llamarle al norte de Israel para hacerlo rey. 

Para contrarrestar la rebelión, Roboam reunió 180,000 hombres de la casa de Judá y de la tribu de Benjamín con el fin de hacer guerra a las tribus rebeldes del norte y hacerlas volver bajo su autoridad (1 Reyes 12: 20-21).  Pero Dios lo frenó.
(I Reyes 12:22-24) Pero vino palabra de El Eterno a Semaías varón de Dios, diciendo: Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y a los demás del pueblo, diciendo: Así ha dicho El Eterno: No vayáis, ni peleéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel; volveos cada uno a su casa, porque esto lo he hecho yo. Y ellos oyeron la palabra de Dios, y volvieron y se fueron, conforme a la palabra del Eterno.

Diez tribus de Israel se rebelaron contra Roboam, y nombraron a Jeroboam como su rey.  Solamente las tribus de Benjamín y Judá  permanecieron fieles a la casa de David, con Roboam como su rey. 

El Reino de Israel (Casa de Jacob) se dividió en dos naciones, conocidas por diversos nombres:


Al dividirse  la nación de Israel en dos, vino a cumplirse la promesa que Dios le había dado a Jacob después de cambiarle el nombre. 
(Génesis 35: 11-12) También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra.  

Una nación:                      La Casa de Judá
Conjunto de naciones:      La Casa de Israel, asamblea de naciones 


Quebré luego el otro cayado, Ataduras (lit. Unión),
para romper la hermandad entre Judá e Israel.
(Zac. 11:14)

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