martes, 3 de septiembre de 2019

3. Histórico y profético


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El libro de Daniel tiene doce capítulos, y está dividido en dos secciones: Capítulos históricos (1-6) y capítulos proféticos (7-12).

I. Capítulos históricos (Dan. 1-6): Narran sobre la vida de Daniel y otros judíos como servidores y ministros en el palacio de Babilonia.

Aunque estos capítulos son históricos, también tienen un aspecto profético, ya que presentan lecciones que aplican a lo que la iglesia tendrá que enfrentar durante los últimos tiempos:
·      Cómo Dios trata con los reyes y gobernantes del mundo;
·      Cómo podemos preparar el corazón para enfrentar momentos de crisis;
·      Qué debemos entender de Dios en medio del sufrimiento y la tribulación;
·      Cómo Dios salva a su pueblo, al remanente fiel.

II. Capítulos proféticos (Dan. 7-12). En estos últimos capítulos, Daniel describe cuatro visiones relacionadas con Israel y las naciones, haciendo mención especial de un gobernador malvado (el anticristo) que se levantará en contra de Dios y Su Pueblo, pero al final todo será sujeto ante el Rey que se sienta en el Trono de los Cielos.

FIGURA DE DANIEL
Daniel es un personaje histórico, pero también es una figura profética que representa al remanente fiel de los creyentes en los últimos tiempos.

Así como Daniel estaba en Babilonia, pero no era babilónico, de igual manera, los creyentes estamos en el mundo pero no somos del mundo. Así lo dijo Jesús a sus discípulos cuando se estaba despidiendo de ellos antes de morir en la cruz:
(Juan 17:14-18)  Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo.

Dios no nos saca del mundo, sino que nos llama a ser luz en medio de las tinieblas. Daniel es un ejemplo de esto: aunque fue llevado a Babilonia como prisionero de guerra, él terminó siendo una de las personas más influyentes de su tiempo, llegando a los más altos puestos de liderazgo del reino más poderoso del mundo. Y todo esto lo hizo sin negar su fe y manteniéndose fiel a sus principios, de forma similar a lo que hizo José en Egipto (Génesis 39 al 46).

Medita…
¿De qué forma puedo yo ser luz y buen ejemplo, aunque viva en medio de un mundo de tinieblas espirituales?

Oración…
Señor, reconozco que no soy del mundo, pero estoy en el mundo para ser luz.
Jesús, Tú eres la luz del mundo y has resplandecido en nuestros corazones, para que todos conozcan al Padre. Que tu luz brille a través de mi vida y mis acciones, para que el mundo te glorifique a Ti, Dios mío.
Así como Daniel fue luz en su generación, de la misma manera quiero yo ser luz y ejemplo en mi generación. Así como Daniel no se adaptó a Babilonia, yo no quiero conformarme a este siglo, sino quiero ser transformado por medio de la renovación de mi entendimiento, para comprobar cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
…Continúa en tu oración personal…

(ref. Romanos 12:2; 2 Corintios 4:6; Mateo 5:14-16)

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