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Durante tres años, Daniel y sus amigos fueron
entrenados y preparados para servir en el palacio de Babilonia. Aprendieron el
idioma, la cultura, ciencia y sabiduría propia de Babilonia. Al cabo de ese
tiempo, debían pasar el examen final con una entrevista con el rey mismo.
Los siguientes versículos nos cuentan cómo pasaron
el examen los jóvenes judíos:
(Daniel 1:18-20) Pasados, pues, los días al fin de los cuales había
dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo delante de
Nabucodonosor. Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos
otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del
rey. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los
halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su
reino.
¿Por qué Daniel y los jóvenes judíos aventajaron
tanto a las personas de otras naciones y culturas?
VENTAJA
COMPARATIVA
La ventaja de Daniel no era sólo la dieta especial ni
su cultura o religión. El secreto de los judíos es que ellos conocen al
verdadero Dios. Conocen cómo funciona la creación porque conocen al Creador;
saben cómo opera el ámbito espiritual, porque tienen relación con el Espíritu
de Dios; conocen cómo funciona mejor una sociedad, porque conocen cuál es el
orden que Dios estableció para que nos vaya bien.
Esta ventaja comparativa de Israel está explicada en
los siguientes versículos:
(Deu. 4:5-8) Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos tal
como el SEÑOR mi Dios me ordenó, para que los cumpláis en medio de la tierra en
que vais a entrar para poseerla. Así que guardadlos y ponedlos por obra,
porque esta será vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los
pueblos que al escuchar todos estos estatutos, dirán: "Ciertamente esta
gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Porque, ¿qué nación
grande hay que tenga un dios tan cerca de ella como está el SEÑOR nuestro Dios
siempre que le invocamos? ¿O qué nación grande hay que tenga estatutos y
decretos tan justos como toda esta ley que hoy pongo delante de vosotros?
Daniel y sus amigos no tenían la ventaja por tener
un coeficiente intelectual alto o por tener habilidades especiales, sino por
conocer a Dios. El fue quien les dio conocimiento y también entendimiento. Lo
que Babilonia les enseñó, Dios les ayudó a interpretar a la luz de la verdad
eterna.
(Daniel 1:17) A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento
e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en
toda visión y sueños.
Así como Daniel se propuso no contaminarse con la
comida del rey, también se cuidó de no contaminarse con la cultura y la
mentalidad de Babilonia. Ellos adquirieron conocimiento sin perder el
discernimiento espiritual. Daniel siguió siendo un verdadero israelita, hijo de
Dios, en medio de una cultura ajena al verdadero Dios. Daniel estaba en
Babilonia, pero no se asimiló a Babilonia.
Medita…
¿Cuánto me he dejado “contaminar” por la mentalidad
del mundo en contraste con lo que debería saber y practicar de la cultura del
Reino de Dios? ¿Cuánto conocimiento tengo de la Palabra de Dios y de los
mandamientos y ordenanzas de Dios? ¿Busco la sabiduría de Dios como un tesoro,
o me dejo seducir por los distractores del mundo?
(Mateo 6:21) porque donde esté tu tesoro, allí
estará también tu corazón.
Oración…
Señor,
gracias porque me estás hablando a través del ejemplo de Daniel, haciéndome ver
la gran ventaja que tenemos tus hijos al conocer tu Palabra. Te agradezco por
tus mandamientos, los cuales nos enseñan a vivir como Tú mandas, para que nos
vaya bien.
Reconozco
que la bendición que obtiene quien halla sabiduría y entendimiento; porque
su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus utilidades mejor que el
oro fino. Es más preciosa que las joyas, y nada de lo que pueda desear se
compara con ella. Sus caminos son agradables y la senda de la sabiduría trae paz.
Gracias
porque nos has enviado al Consolador, al Espíritu Santo, quien nos guía a toda
la verdad, y nos hará saber lo que habrá de venir.
Gracias,
Señor, porque no hay otro pueblo que tenga un dios tan cerca comoTú estás de
nosotros, siempre que te invocamos.
…Continúa
en tu oración personal…
(ref. Deut.
5:31-33; Proverbios 3:13-17; Juan 16:13; Deut. 4:5-8)
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