domingo, 6 de octubre de 2019

36. Venganza contra los enemigos (Dan. 6:24)



Cuando Daniel fue librado del foso de los leones, él pudo haberse vengado de sus enemigos de alguna forma; sin embargo, no lo hizo. Por principio, Daniel sabía que la venganza es de Dios.
(Romanos 12:19) Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.  

La venganza es algo engañoso, porque tiene la apariencia de “justicia”. En teoría, busca rectificar una injusticia, pero si se toma en “manos propias”, se convierte en injusticia y el mal se multiplica. Nuestro deber ante Dios es hacer lo justo. En cuanto a ejecutar justicia, eso está en manos de las autoridades (Rom. 13:4). Y aún cuando ellas nos fallen, Dios promete que él se encargará de hacer justicia.
(Deuteronomio 32:35-36)  "Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo el pie de ellos resbalará, porque el día de su calamidad está cerca, ya se apresura lo que les está preparado." Porque Jehová vindicará a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos…

Daniel dejó la justicia en manos de Dios y de la autoridad, y fue vindicado.
(Daniel 6:24) Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.

Lo que los enemigos habían deseado para Daniel, eso mismo recibieron ellos.

CON LA MISMA MEDIDA
La ley de Dios dicta que si un testigo se levanta a dar un falso testimonio, éste recibirá la medida exacta del castigo que el acusado hubiera recibido. Este acto de justicia se conoce en la Biblia como “ojo por ojo, diente por diente”.
(Deuteronomio 19:18-21)  Y los jueces investigarán minuciosamente; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a su hermano falsamente, entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti. Los demás oirán y temerán, y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti. Y no tendrás piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Este principio no es una excusa para la venganza, porque el damnificado no ejecuta el juicio, sino que es un asunto de justicia sentenciado y ejecutado por las autoridades. Es una medida que busca prevenir que se cometan injusticias con acusaciones falsas que pueden arruinar la vida de personas inocentes.

Medita…
¿Has sentido la tentación de vengarte cuando alguien te hace algo malo e injusto?
La realidad es que la venganza en manos propias no arregla nada, sino sólo multiplica el mal. Por eso, Pablo nos dice:
 (Romanos 12:21) No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.

Oración…
Escucha mi voz, oh Dios, y guarda mi vida de mis enemigos. Escóndeme de los planes secretos de los malhechores, del asalto de los obradores de iniquidad, que afilan su lengua como espada, y lanzan palabras amargas como saeta, para herir en oculto al íntegro. Se aferran en propósitos malignos; hablan de tender trampas en secreto, y dicen: ¿Quién las verá?
Pero la justicia vendrá. Los enemigos se hundirán en el foso que hicieron; en la red que escondieron, quedó prendido su pie. El impío es atrapado en la obra de sus manos. El Señor se dará a conocer y ejecutará juicio.  
Yo pongo mi confianza en Ti, Dios, pues harás justicia. La venganza es tuya y vindicarás a tu pueblo y tendrás compasión de tus siervos. Entonces todos los hombres temerán, y declararán la obra de Dios, y considerarán sus hechos. El justo se alegrará en Jehová, y en El se refugiará.
…(Continúa en tu oración personal)…

(ref. Deuteronomio 32:35-36; Salmo 64:1-10; Salmo 9:15-16)


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