Cuando Daniel fue librado del foso de los
leones, él pudo haberse vengado de sus enemigos de alguna forma; sin embargo,
no lo hizo. Por principio, Daniel sabía que la venganza es de Dios.
(Romanos 12:19) Amados, nunca
os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito
está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
La venganza es algo engañoso, porque
tiene la apariencia de “justicia”. En teoría, busca rectificar una injusticia,
pero si se toma en “manos propias”, se convierte en injusticia y el mal se
multiplica. Nuestro deber ante Dios es hacer lo justo. En cuanto a ejecutar
justicia, eso está en manos de las autoridades (Rom. 13:4). Y aún cuando ellas
nos fallen, Dios promete que él se encargará de hacer justicia.
(Deuteronomio 32:35-36) "Mía es la
venganza y la retribución; a su tiempo el pie de ellos resbalará, porque el día
de su calamidad está cerca, ya se apresura lo que les está preparado." Porque
Jehová vindicará a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos…
Daniel dejó la justicia en manos de Dios
y de la autoridad, y fue vindicado.
(Daniel 6:24) Y dio orden el
rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron
echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún no
habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y
quebraron todos sus huesos.
Lo que los enemigos habían deseado para
Daniel, eso mismo recibieron ellos.
CON
LA MISMA MEDIDA
La ley de Dios dicta que si un testigo se
levanta a dar un falso testimonio, éste recibirá la medida exacta del castigo
que el acusado hubiera recibido. Este acto de justicia se conoce en la Biblia
como “ojo por ojo, diente por diente”.
(Deuteronomio 19:18-21) Y los jueces
investigarán minuciosamente; y si el testigo es un testigo falso y ha acusado a
su hermano falsamente, entonces le haréis a él lo que él intentaba hacer a
su hermano. Así quitarás el mal de en medio de ti. Los demás oirán y
temerán, y nunca más volverán a hacer una maldad semejante en medio de ti. Y
no tendrás piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por
mano, pie por pie.
Este principio no es una excusa para la
venganza, porque el damnificado no ejecuta el juicio, sino que es un asunto de
justicia sentenciado y ejecutado por las autoridades. Es una medida que busca
prevenir que se cometan injusticias con acusaciones falsas que pueden arruinar
la vida de personas inocentes.
Medita…
¿Has sentido la tentación de vengarte
cuando alguien te hace algo malo e injusto?
La realidad es que la venganza en manos
propias no arregla nada, sino sólo multiplica el mal. Por eso, Pablo nos dice:
(Romanos
12:21) No
seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.
Oración…
Escucha
mi voz, oh Dios, y guarda mi vida de mis enemigos. Escóndeme de los planes
secretos de los malhechores, del asalto de los obradores de iniquidad, que
afilan su lengua como espada, y lanzan palabras amargas como saeta, para herir
en oculto al íntegro. Se aferran en propósitos malignos; hablan de tender
trampas en secreto, y dicen: ¿Quién las verá?
Pero
la justicia vendrá. Los enemigos se hundirán en el foso que hicieron; en la red
que escondieron, quedó prendido su pie. El impío es atrapado en la obra de
sus manos. El Señor se dará a conocer y ejecutará juicio.
Yo
pongo mi confianza en Ti, Dios, pues harás justicia. La venganza es tuya y
vindicarás a tu pueblo y tendrás compasión de tus siervos. Entonces todos los
hombres temerán, y declararán la obra de Dios, y considerarán sus hechos. El
justo se alegrará en Jehová, y en El se refugiará.
…(Continúa
en tu oración personal)…
(ref. Deuteronomio 32:35-36; Salmo 64:1-10; Salmo 9:15-16)
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