Es evidente que el rey Darío apreciaba
mucho a Daniel, ya que le pesó en gran manera cuando se dio cuenta de la trampa
que le habían tendido los otros gobernantes y sátrapas. El rey resolvió ayudar a
Daniel, y trabajó para librarle hasta el último minuto (Dan. 6:14). Pero la ley
no permitía ninguna excepción; por lo tanto, no le quedó otra al rey que enviar
a Daniel al foso de los leones.
(Daniel 6:16) Entonces el rey
mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey
dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.
Humanamente era ya imposible salvar a
Daniel. Esto llevó al rey a confesar que el único que podría salvarlo es Dios
Todopoderoso. Esta confesión fue un “arreglo divino” que servirá como
testimonio de quien es el Dios verdadero, Jehová, Dios de Israel.
SENTENCIA
EJECUTADA
La sentencia contra Daniel fue ejecutada,
según el orden de las leyes de Medo-Persia.
(Daniel 6:17) Y fue traída una piedra y
puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el
anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase.
La Biblia expresa el pesar del rey Darío en
favor de Daniel:
(Daniel 6:18) Luego el rey se
fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos
delante de él, y se le fue el sueño.
Pero también vemos que el rey guardaba
aún una esperanza que el Dios de Daniel lo hubiera salvado—aunque tal vez lo
consideraba “racionalmente” imposible.
(Daniel 6:19-20) El rey, pues, se levantó muy de
mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso
llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios
viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar
de los leones?
MILAGRO
DIVINO
Lo que el hombre no pudo hacer, lo hizo
Dios Todopoderoso, para quien nada es imposible. Daniel sobrevivió la noche en
el foso de los leones.
(Daniel 6:21 Entonces Daniel respondió al
rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de
los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente;
y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de
él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna
lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.
Daniel puso su confianza en Dios, y el
Señor lo salvó.
Hoy vamos a unirnos en oración con David,
quien también fue perseguido por sus enemigos, como Daniel…
Oración…
¡Oh
Señor, cómo se han multiplicado mis adversarios! Muchos se levantan contra mí. Muchos
dicen de mí: Para él no hay salvación en Dios. Mas tú, Jehová, eres escudo en
derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Ti, Señor,
y me respondiste desde su santo monte.
Jehová
es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida;
¿de quién tendré temor? Cuando los malhechores vinieron sobre mí
para devorar mis carnes, mis adversarios y mis enemigos tropezaron y
cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque
en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado.
Una
cosa he pedido al Señor, y ésa buscaré: que habite yo en la casa de Jehová todos
los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en
su Presencia. Tu rostro buscaré, Señor.
…(Continúa
en tu oración personal)…
(ref. Salmo 3:1-4; Salmo 27:1-8)
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