miércoles, 18 de marzo de 2020

DANIEL 12b. Sella las palabras


Ya llegamos al final del estudio del libro de Daniel. En el último capítulo, leemos sobre la última revelación que recibió Daniel, la cual es referente a los últimos tiempos. Quien le dio esta última revelación fue “un hombre vestido de lino”:
(Daniel 12:5-6) Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas?

Uno de los acompañantes del varón vestido de lino le hace la pregunta que todos nos hacemos: ¿Cuándo será el fin? El varón da la respuesta de una forma dramática, resaltando la importancia de esta revelación:
(Daniel 12:7) Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.

En el estudio del libro de Daniel aprendimos que la medida de “un tiempo” se refiere a “un año”. Por lo tanto, “un tiempo (1 año) + tiempos (2 años) + mitad de un tiempo (1/2 año)” es equivalente a = 3.5 años.

Esta medida se confirma en Apocalipsis, donde se usan las medidas de días y meses, pero dando el mismo resultado:
·      1260 días (Apoc. 11:3; Apoc. 12:6)
·      42 meses (Apoc. 13:5)

¿Cuándo comienza a marcarse este último tiempo?
Todo parece indicar que el conteo se inicia luego de la “abominación de la desolación”.
(Daniel 12:11-12) Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

Aquí vemos que la medida cambia un poco, a los 1260 días se le añaden 30 días (un mes más), y luego 45 días más. Tal vez no parezco “mucho tiempo”, pero en medio de una tribulación, cada día puede parecer eterno. Sin embargo, la Biblia dice que lo que parece “tardanza” es en realidad una demostración de la misericordia de Dios, dando a todos el tiempo para arrepentirse.
(2 Pedro 3:9) El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.

MIGUEL EN TIEMPO DE ANGUSTIA
En este último capítulo leemos que en ese tiempo Dios va a mandar al arcángel Miguel, quien se le reconoce como el “príncipe de Israel”. El es ángel que hará la guerra en los cielos a favor del pueblo de Dios.
(Daniel 12:1) En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo, y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.

La guerra en los cielos se va a manifestar como un “tiempo de angustia” en la Tierra. Este tiempo es conocido como “la Gran Tribulación”. El propósito de ese período de tribulación no es “torturar” al pueblo, más bien depurarlo y purificarlo (Apoc. 7:14; Apoc. 2:10), y final mente traer liberación completa.

PALABRAS SELLADAS
Si no entendemos las visiones del libro de Daniel, tenemos el consuelo que él tampoco lo entendió a primera vista.
(Daniel 12:8-9) Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.

Dos veces el Señor le hace saber a Daniel que las palabras de esta revelación están “cerradas”. Y le dice que “selle el libro”.
(Daniel 12:4) Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.

La frase “muchos correrán de aquí para allá” ha sido interpretado como: la gente va a viajar con gran frecuencia a todas partes. Aunque esto aplica a la vida moderna, una traducción textual del hebreo lee: “muchos irán de adelante para atrás”, refiriéndose a las palabras de la revelación que le fue dada a Daniel. En otras palabras: en el tiempo del fin, mucha gente va a repasar, revisar y meditar sobre estas palabras, y cuando el tiempo indicado llegue, el entendimiento será abierto, ya que éste es un mensaje para la última generación que será testigo de primera mano de la venida del Señor.

Es curioso que a Daniel se le dijo que “sellara el libro”, mientras que en Apocalipsis otra persona recibió la revelación sobre cuál sería el tiempo de abrir el rollo (Apoc. 5 & 6):
(Apocalipsis 5:1-5)  Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos? Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirar su contenido. Y yo lloraba mucho, porque nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de mirar su contenido. Entonces uno de los ancianos me dijo: No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos.

LUZ DE ENTENDIMIENTO
Tanto Daniel como Apocalipsis describen el tiempo final como un tiempo de grandes tinieblas. Pero en medio de esa oscuridad, habrá gente que, como Daniel, se habrá propuesto a entender y a no contaminarse. A ellos les será dado el entendimiento de los planes de Dios. Daniel dice que ellos serán una luz en medio de la oscuridad del mundo:
(Daniel 12:3) Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

Con este mensaje terminamos el estudio del Libro de Daniel. Gracias por acompañarnos. ¡Dios les bendiga!

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