lunes, 23 de marzo de 2020

NISAN 1: Año Nuevo bíblico


El primer mes del calendario bíblico se conoce como Nisán (nombre adoptado luego del cautiverio en Babilonia). También recibe otro nombre en hebreo: Abib, que significa: tierno o verde como una espiga; y se le llama así porque este mes marca el inicio de la primavera, cuando todo se pone verde y se recoge la cosecha de cebada en Israel. 

CAMBIO DEL CALENDARIOOriginalmente, Nisán era el séptimo mes del calendario bíblico, según el conteo a partir de la creación (Génesis 1 & 2). Pero en Éxodo 12, Dios cambió el orden del calendario, dada la trascendencia de lo que sucedió en ese momento histórico [Más información en: Calendario Bíblico ]. La liberación de Israel de la esclavitud en Egipto marcó un nuevo inicio en la historia. Ante esto, Jehová decidió establecer ese mes como el primero, a partir de ese momento:
(Exo. 12:1-2) Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año.

Luego de la caída por el pecado original (Adán), el hombre ha estado separado de Dios. Pero el proceso de Redención que comenzó en Nisán abre la puerta a un nuevo inicio en nuestra relación con Dios. La historia del Éxodo habla del plan de redención para salvar a la humanidad de la esclavitud al pecado.

El Éxodo o salida de Egipto fue el inicio del proceso de Redención, y esto es lo que se celebra en la fiesta establecida por Dios para este mes: la Pascua.
(Deu. 16:1-3) Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto, de noche. Y sacrificarás la pascua a Jehová tu Dios, de las ovejas y de las vacas, en el lugar que Jehová escogiere para que habite allí su nombre. No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto.

Lección espiritual>>
Aunque en la vida diaria tenemos que seguir el calendario romano por cuestiones prácticas, no debemos olvidar que como ciudadanos del Reino de Dios tenemos que estar pendientes del Calendario de Dios, porque allí está marcada la Agenda del Señor.


NISAN 1
En la Biblia, encontramos varios eventos importantes que se dieron en el 1 de Nisán:

1.  Se levantó el Tabernáculo
Luego de meses de preparación para la elaboración de los materiales para el tabernáculo de Moisés, Dios escogió el día 1 de Nisán para que éste fuera levantado:
(Éxodo 40:1-2) Luego Jehová habló a Moisés, diciendo: En el primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo de reunión.

La fecha no fue una casualidad, sino que fue escogida por Dios. Era una cita divina que marcaba un nuevo inicio en la relación de Dios con su pueblo.
(Éxodo 40:16-17) Y Moisés hizo conforme a todo lo que Jehová le mandó; así lo hizo. Así, en el día primero del primer mes, en el segundo año, el tabernáculo fue erigido.

En ese día, sucedió algo muy especial…
(Éxodo 40:34-35) Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.

La Nube de la gloria divina hacía saber al pueblo que la Presencia de Dios estaba en medio de ellos. En el camino a través del desierto, esta nube era la que marcaba el lugar donde los israelitas debían estar, ya sea acampando o marchando. Pero cuando Dios quería que el pueblo se moviera de lugar, la nube se levantaba y el pueblo debía seguirla.
(Éxodo 40:36-38) Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.

Lección espiritual>>
El primer día del año (Nisan 1) es un buen día para meditar y hacernos las siguientes preguntas: ¿Estoy donde está la Presencia de Dios? ¿Estoy en la voluntad de Dios, o acaso estoy distraído por mis propios planes, perdido en el desierto? ¿Estoy en el lugar correcto, con la compañía correcta, con el corazón correcto? Analicemos nuestras vidas, y veamos si la Nube de Su Presencia está sobre nosotros, o si ya se movió a otro lado, y nos quedamos donde no debemos estar.

2.  Purificación del Templo
Otro evento bíblico que sucedió el 1 de Nisán fue la santificación del Templo, en tiempos del rey Ezequías. Por años, el Templo había sido abandonado y descuidado. Pero cuando Ezequías subió al poder, él fue un rey que hizo lo recto delante de Dios (2 Crónicas 19:1-2). De las primeras cosas que hizo fue abrir las puertas del Templo, y mandó a santificar todo el santuario.
(2 Crónicas 29:3-5) En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó. E hizo venir a los sacerdotes y levitas, y los reunió en la plaza oriental. Y les dijo: ¡Oídme, levitas! Santificaos ahora, y santificad la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia.

Los previos reyes no sólo habían descuidado el servicio del Templo, sino que habían permitido que se colocaran ídolos allí adentro. El rey Ezequías ordenó limpiar todo. Y la fecha en que se santificó el Templo fue el 1 de Nisán.
(2 Crónicas 29:16-17) Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón. Comenzaron a santificarse el día primero del mes primero, y a los ocho del mismo mes vinieron al pórtico de Jehová; y santificaron la casa de Jehová en ocho días, y en el día dieciséis del mes primero terminaron.

Ya no pudieron celebrar la Pascua ese mes, porque terminaron la santificación hasta el día 16 de Nisán. Sin embargo, la celebraron en el mes segundo, tal como la ley permite (2 Crónicas 30; Números 9:1-14). El rey invitó a todo el pueblo a celebrar juntos en Jerusalén, y el resultado de esto fue un cambio de corazón en el pueblo: después de la Pascua, muchas personas fueron a derribar los altares paganos en otros lugares de Israel (2 Crónicas 31:1).

TAMBIÉN EL REY JOSÍAS
Mientras que Ezequías reinó, se mantuvo el servicio del Templo y se celebró la Pascua, pero los próximos dos reyes (Manasés y Amón) se apartaron de Jehová y volvieron a permitir la idolatría en Israel.

Así volvió a desviarse el pueblo de Dios, hasta que Josías heredó el reino de Judá, y él volvió su corazón a Dios.
(2 Crónicas 34:3) A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.

Cuando Josías cumplió 18 años, mandó a reparar la casa de Dios en Jerusalén, y reestablecer el servicio en el Templo (2 Crónicas 34:8-13). En ese proceso, se hizo un descubrimiento sorprendente:
(2 Crónicas 34:14-16) Y al sacar el dinero que había sido traído a la casa de Jehová, el sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová dada por medio de Moisés. Y dando cuenta Hilcías, dijo al escriba Safán: Yo he hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. Y dio Hilcías el libro a Safán. Y Safán lo llevó al rey, y le contó el asunto, diciendo: Tus siervos han cumplido todo lo que les fue encomendado.

Al limpiar el Templo, los sacerdotes descubrieron el rollo de la Torá, que contiene los primeros cinco libros de la Biblia, conocidos en griego como “Pentateuco”: Génesis (heb. Bereshit), Éxodo (heb. Shemot), Levítico (Vayikra), Números (heb. Bamidbar), y Deuteronomio (heb. Devarim). Esto nos revela que la Palabra de Dios no era de conocimiento común en la época de los reyes. No es de extrañar, entonces, que los israelitas estuvieran tan perdidos espiritualmente. Esto lo muestra la reacción del rey cuando oyó las palabras de la Ley de Dios:
(2 Crónicas 34:19-21) Luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos; y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, y a Abdón hijo de Micaía, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo: Andad, consultad a Jehová por mí y por el remanente de Israel y de Judá acerca de las palabras del libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que ha caído sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no guardaron la palabra de Jehová, para hacer conforme a todo lo que está escrito en este libro.

El descubrimiento de la Palabra de Dios llevó al rey Josías a un arrepentimiento no sólo personal sino a una reforma nacional, basada en el cumplimiento de la Ley de Dios (2 Cro. 34:21-33).

Poco tiempo después el rey Josías invitó a todo el pueblo de Israel a celebrar la Pascua en Jerusalén (2 Crónicas 35:1-19). La Biblia dice que nunca hubo una Pascua como ésta en la historia de Israel, desde tiempos del profeta Samuel (2 Cro. 35:18).

EN EL FUTURO
El profeta Ezequiel señala que también en la era mesiánica, cuando sea levantado el Tercer Templo, se purificará el Templo el 1 de Nisán, cada año:
(Ezequiel 45:18) Así ha dicho Jehová el Señor: El mes primero, el día primero del mes, tomarás de la vacada un becerro sin defecto, y purificarás el santuario.

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Al comenzar a un nuevo año bíblico, entramos a un tiempo de limpiar la casa y santificarla, no sólo en un sentido material sino sobre todo espiritual. Es tiempo de analizar si estamos viviendo como Dios manda.

Así como el rey Josías descubrió la Torá al limpiar el Templo, tal vez nosotros descubramos que no hemos estado cumpliendo con la Ley de Dios. Esto ha sucedido porque la Iglesia cristiana se ha apartado de sus raíces, y han dejado de ver TODA la Biblia como el consejo completo de Dios. Es hora de desempolvar la Torá y descubrir lo que nos estamos perdiendo de la instrucción de Dios.

3.  Salieron de Babilonia
Otro evento importante que sucedió el primero de Nisán fue la salida de Babilona por parte de Esdras y muchos judíos que le siguieron en su retorno a Sión.
(Esdras 7:8-10) Y llegó a Jerusalén en el mes quinto del año séptimo del rey. Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios. Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.

Luego de 70 años de cautiverio en Babilonia, Dios abrió la puerta para que su pueblo pudiera retornar a la Tierra Prometida. Para hacer esto posible, el Señor cambió imperios (cayó el imperio babilonio y se levantó el imperio persa, cuyo rey Ciro no sólo dio permiso a los judíos de regresar a su Tierra, sino que además les dio los recursos para reconstruir el Templo—Esdras 1:1-4).

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La simbología de Babilonia en la Biblia es diferente a lo que representa Egipto. La esclavitud en Egipto representa espiritualmente a la esclavitud al pecado, con la que todo ser humano nace. Cuando creemos en el Cordero de Dios, somos hechos libres de esa esclavitud (1 Pedro 1:18-21). En contraste, el cautiverio en Babilonia es símbolo de las ataduras a las que alguien salvo puede caer por el pecado, luego de haber entrado al Reino de Dios. Muchas de esas ataduras pueden ir disfrazadas de vendas de religiosidad, que no nos permiten reconocer que estamos cautivos.

En los últimos tiempos, el Señor llama a su pueblo a que salga de este cautiverio representado por Babilonia. En Isaías, Jeremías, Zacarías y Apocalipsis, Dios hace el siguiente llamado: “Sal de Babilonia, hija mía” (Isa. 48:17-20; Jer. 50:8; Jer. 51:645; Zac. 2:6-7; Apoc. 18:4).
(Isaías 48:17-20) Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia. Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo.

Qué mejor tiempo para salir de Babilonia que en Nisán y la Pascua, que son tiempos de Redención.

[NOTA: este año (2020), Nisan 1 caerá el día 26 de marzo, según los cálculos del calendario judío (predeterminado).]


AUDIO: Estudio de este tema @ Spreaker (Tiempos de Dios, por Cita Divina):

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