Un día como hoy Jesús ascendió al Cielo…
Luego de su resurrección, Jesús estuvo apareciendo a sus discípulos durante 40 días. En ese tiempo, Él les explicó muchas cosas…
(Lucas 24:44-47) Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. [45] Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, [46] y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día; [47] y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
ESPERABAN EL REINO
Los discípulos pensaban que Jesús había resucitado para quedarse y establecer el Reino. Esto era lo que esperaban del Mesías: Creían que Jesús iba a convertirse en el rey de Israel y los salvaría de la opresión romana.
(Hechos 1:6) Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?
Pero Jesús sorprendió a los discípulos con su respuesta:
(Hechos 1:7) Y El les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad…
Los discípulos creían que Jesús iba a cumplir en ese momento todas las profecías bíblicas referentes al Mesías…pero no todas las profecías se iban a cumplir en su primera venida. En esa primera ocasión, el Mesías vino como Salvador, como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29); en cuanto a las profecías sobre el Mesías como Rey encontrarán su cumplimiento hasta Su segunda venida.
No había llegado aun el tiempo del Reinado Mesiánico ni de la restauración de todas las cosas; pero todavía había una misión que cumplir, y esa fue la que les encomendó a sus seguidores…
(Hechos 1:8) …pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
PROMESA DEL ESPÍRITU
En el día 40, Jesús se estaba despidiendo de sus discípulos; sin embargo, les aseguró que no los iba a dejar solos (Hechos 1:4).
(Lucas 24:49) Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto.
¿A cuál promesa se refería? En ocasión previa, Jesús ya les había hablado de la promesa del Espíritu.
(Juan 14:16-20) Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre; (17) es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros. (18) No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. (19) Un poco más de tiempo y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. (20) En ese día conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
Jesús dijo que convenía que Él se fuera para que pudiéramos recibir al Espíritu Santo dentro de nosotros.
(Juan 16:5-8) Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" (6) Mas porque os he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazón. (7) Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. (8) Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio…
El Espíritu es quien nos revela las cosas de Dios. Pero lo hace poco a poco, en la medida que podemos recibirlo.
(Juan 16:12-15) Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. (13) Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir. (14) El me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber. (15) Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que El toma de lo mío y os lo hará saber.
ASCENDIÓ AL CIELO
Luego de despedirse de sus discípulos, Jesús subió al Cielo en presencia de todos.
(Hechos 1:9) Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos.
Seguramente los discípulos estaban confundidos sobre lo que acaba de pasar. Era difícil entender por qué Jesús se había ido. Pero el Señor envió ángeles para explicarles…
(Hechos 1:10-11) Y estando mirando fijamente al cielo mientras El ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, (11) que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.
Las palabras de los ángeles no sólo trajeron consuelo, sino dirección. Los discípulos quedaron con la esperanza de que el Señor iba a regresar. Y dado que no iba a regresar pronto, no debían quedarse allí parados, esperando, sino que debían comenzar a moverse para ejecutar la misión que les había sido encomendada.
Aun ahora seguimos esperando la venida del Señor…y mientras tanto, debemos descubrir cuál es el propósito de cada uno y activarlo, porque cada creyente debe ser testigo hasta que el Señor regrese…y Él va a regresar de la misma forma en que se fue.
(Mateo 24:30) Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al hijo del hombre que viene sobre las nubes del Cielo con poder y gran gloria.
(Daniel 7:13-14) Seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que se dirigió al Anciano de Días y fue presentado ante El. [14] Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Excelente. Bendiciones.
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