sábado, 21 de enero de 2023

MALAQUIAS 3:1-7. El Mensajero y el Fuego Purificador

Hoy estudiaremos la primera parte del capítulo 3 de Malaquías:  


MENSAJERO
El texto comienza hablando de un MENSAJERO (heb. Malaji).
(Malaquías 3:1) He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí, y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Aquí habla de dos personas: 
  1. Primero, habla de un MENSAJERO, quien prepara el camino al segundo. 
  2. Luego, habla del SEÑOR (heb. HaAdon), que vendrá de repente a Su Templo. Este es el MESIAS, es decir, Jesús (heb. Yeshua). 

PREPARAR EL CAMINO
Ahora veamos qué implica la frase: “preparar el camino delante del Señor”…
Esta es una figura alegórica, en la que la imagen natural revela el significado espiritual:

En tiempos antiguos, los caminos y las calzadas no eran de asfalto, sino de terracería. Con el paso de caravanas y con la erosión por la lluvia y el viento, los caminos de tierra acababan deteriorados después de un tiempo. Pero cuando un pueblo tenía programada la visita del rey, ellos se organizaba para arreglar los caminos aledaños, quitando los obstáculos, para que el rey pudiera llegar sin mayor dificultad. Si en el camino había hoyos, los rellenaban; si habían montículos, los aplanaban. 

Hay una profecía paralela en Isaías, que también habla de un mensajero que prepara el camino al Señor:  
(Isaías 40:3-5) Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.

Veamos lo que representan las figuras en la analogía: 
  1. El CAMINO representa la forma en que la gente vive. Un CAMINO TORCIDO es cuando se apartan del camino y no viven como Dios manda. La tarea del mensajero es llamarlos al arrepentimiento para que regresen al Buen Camino. 
  2. Los MONTES representan algo alzado, es decir, altivez, arrogancia, orgullo. Y el mensajero llama a la humildad delante de Dios. 
  3. Los VALLES u hoyos representan algo que está hundido. Puede representar a alguien vacío o vanidoso; pero también alguien que se siente condenado o deprimido. El mensajero lo llama a levantarse y salir de ese hoyo. 

Entendiendo esto, podemos ver que la tarea del MENSAJERO es preparar al pueblo de Dios para recibir al Mesías. Y la forma en que los prepara es llamándolos al arrepentimiento, para que enderecen sus vidas, antes que el Señor venga. 

DOBLE CUMPLIMIENTO 
Sabemos que la VENIDA DE JESÚS va a tener un doble cumplimiento: 
  1. En su PRIMERA VENIDA, Jesús vino como el Cordero de Dios, quien murió en la cruz para el perdón de nuestros pecados. Quien crea en Él, será salvo. 
  2. En su SEGUNDA VENIDA, Jesús vendrá como juez y tomará el lugar que le pertenece como Rey del mundo.

En ambas ocasiones, le antecede un MENSAJERO que prepara Su Venida. 
En su Segunda Venida, estamos por ver cómo se cumplirá esta profecía. Pero tal vez podemos darnos una idea basados en lo que sucedió en la primera venida, y aprender del mensajero que vino a preparar el camino… 

JUAN BAUTISTA: EL MENSAJERO
No tenemos que adivinar quién es el mensajero, porque Jesús mismo lo identificó (Luc. 7:24-30; Mat. 11:7-11). El Señor dijo que Juan el Bautista era ese mensajero, y lo hizo citando a Malaquías: 
(Lucas 7:27-28) Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. 

QUIEN ES JUAN EL BAUTISTA
¿Quién era Juan el Bautista? Él era un “hijo milagro”, que nació cuando sus padres eran ancianos. Su padre era el sacerdote Zacarías, y mientras él servía en el Templo, el ángel Gabriel se le apareció para anunciarle el nacimiento de su hijo. También le reveló el propósito especial que tendría Juan: 
(Lucas 1:16-17) Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. 

Cuando Juan nació, Zacarías su padre profetizó diciendo:
(Lucas 1:76-77) Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos; para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados. 

Tan milagroso había sido este nacimiento, que todos estaban pendientes de lo que pasaría con Juan. Él estaba destinado a servir en el Templo, como su padre, pero, para sorpresa de todos, el joven de apartó de la sociedad. 
(Lucas 1:80) Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Juan nunca sirvió como sacerdote en el Templo, sino que buscó a Dios en el desierto. Algunos creen que él se unió a la secta de los esenios, que es su mayoría eran levitas que se habían salido del sistema religioso, porque en ese tiempo había mucha corrupción (al punto que el puesto del sumo sacerdote se vendía al mejor postor). 

JESÚS HABLA DE JUAN
Ahora quiero que vayamos a Lucas 7, donde Jesús habla sobre Juan. Leamos de corrido el párrafo, y luego comentaré punto por punto:
(Lucas 7:24-26) …comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes están. Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.
  1. Salieron a verlo al desierto”. Juan no fue a Jerusalén a llevar su mensaje, sino que la gente salió al desierto para oírlo. Aunque el mensaje era confrontativo, la gente lo buscaba y se arrepentían.
  2. Juan no era una caña sacudida por el viento”. Juan no se dejaba llevar ni influenciar por la corriente del mundo ni por la opinión de los hombres. Habló la verdad con claridad, sin tapujos, tal como le mandó Dios.
  3. Juan no estaba cubierto de vestiduras delicadas”. Como descendiente de sacerdote, Juan pudo vestirse de lujo y rodearse de gente poderosa; pero él dejó su vida de gloria y lujo para vivir con la mayor simpleza en el desierto. La Biblia dice que Juan se vestía con piel de camello, igual que lo hizo el profeta Elías. 
  4. El es más que un profeta”. Juan era mayor que un profeta porque él era el MENSAJERO de quien habían profetizado Malaquías e Isaías. Él es quien Dios escogió para preparar la primera venida de Jesús. 

FUNCIÓN DEL MENSAJERO
Cuando llegó su tiempo, Juan salió a hablar el mensaje que Dios le dio, que era llamar al arrepentimiento. Este mensaje no era para los paganos del mundo sino para el pueblo de Dios, que necesitaban corregir su camino. 
Curiosamente no fue la gente religiosa quien respondió…
(Lucas 7:29-30) Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.

El bautismo de Juan no es de alguien que se convierte por primera vez, sino de alguien que ya es creyente, pero reconoce que se ha desviado y se arrepiente. La gente religiosa creía que estaba bien, pero eran hipócritas (como lo dijo Jesús). Lucas dice que “desecharon los designios de Dios”, y así perdieron su propósito divino. Estaban tan cegados que no reconocieron al Mesías, aunque lo tenían delante de sus ojos. Por el contrario, los que fueron bautizados por Juan, se arrepintieron, y muchos de ellos se convirtieron en discípulos de Jesús. 

MENSAJERO DE LA 2a VENIDA
¿Qué nos revela esto sobre el mensajero en la Segunda venida?
El mensajero probablemente será alguien que se saldrá del sistema religioso, y que llamará a regresar a la verdad pura, sin la contaminación de las doctrinas de los hombres. Hará el llamado a salir de Babilonia. Cuando llegue ese momento, debemos tener cuidado de no ser como los fariseos, cuya religiosidad los cegó, y no pudieron reconocer al mensajero, ni atender a su mensaje, ni aún reconocer al Mesías.

Algunos dicen que el mensajero pueden ser varias personas, y no sólo una. No lo sabemos exactamente. Al final, lo importante no es tanto el mensajero sino EL MENSAJE, que es un llamado a rectificar.  

COMO FUEGO PURIFICADOR
Regresemos a Malaquías 3, porque allí habla que el Mesías llegará después del mensajero, y dice que Él vendrá a hacer una limpieza profunda: 
(Malaquías 3:2) ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores

La imagen del jabón la entendemos muy bien, porque lo usamos a diario. Pero, tal vez es necesario explicar cómo funciona el fuego para purificar:  El “fuego purificador” se refiere al fuego intenso que se necesita para limpiar el oro y la plata. Estos metales preciosos pueden tener impurezas llamadas “escorias”, y la única forma de sacarlas es someter al oro y la plata a temperaturas extremadamente altas que derriten el metal. Cuando llega al estado líquido, la escoria sale a la superficie, y así se puede extraer fácilmente el oro/plata puro. 

En forma alegórica, el fuego purificador se refiere a las pruebas a las que será sometido el Pueblo de Dios en el tiempo de la venida del Señor. Será algo tan intenso, que provocará que salga a la superficie todo lo malo que podamos tener adentro. Esto permitirá darnos la última pulida.

Pablo habla de esto en 1 Corintios 3. Él dice que el fundamento lo pone Jesús, pero somos los creyentes quienes edificamos sobre ello.
(1 Corintios 3:10-12) …pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta…

Debemos preguntarnos: ¿Qué he puesto sobre el fundamento de la salvación que Jesús nos dio? Pablo dice que el fuego de las pruebas revelará lo que cada uno edificó:
(1 Corintios 3:13-15) la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

Si un creyente no ha transformado su vida luego de ser salvo, sólo quedarán las cenizas de la paja. Pero si uno ha ido invirtiendo en tesoros espirituales, transformando la vida a la imagen de Jesús, entonces el fuego sólo vendrá a pulir el oro y la plata. Este es el fuego purificador del que habla Malaquías. 

VENDRÁ PARA JUICIO
Muchos creyentes creen que Dios no los juzgará porque son sus hijos, pero el Señor dice que Él no pasará por alto el mal, y da algunos ejemplos: 
(Malaquías 3:5) Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.

Aquí le está hablando a los del pueblo de Dios que cometen estas injusticias; y el Señor dice que no permanecerá indiferente ante esto. Es más, Malaquías dice que la limpieza comenzará por los levitas, porque son los líderes espirituales. 
(Malaquías 3:3) Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. 

LLAMADO A VOLVER
El llamado del Mensajero es un llamado al arrepentimiento. En hebreo la palabra para arrepentimiento es: Teshuva, que significa: regresar, retornar, volver.
 
A veces nos desviamos del Buen Camino, sin darnos cuenta, porque desconocemos la ley de Dios y su perfecta voluntad. Este es el mensaje de los versículos con los que cerraremos este episodio: 
(Malaquías 3:7) Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos…

Cada persona debe tomar la decisión de regresar a Dios. Y cuando tú regresas, Dios te recibe con los brazos abiertos, como el padre del hijo pródigo. 
En la próxima entrada, estudiaremos la segunda parte del capítulo tres de Malaquías.

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