viernes, 30 de julio de 2010

Período de arrepentimiento

Ya hemos estudiado sobre las primeras cuatro fiestas bíblicas (Pascua, Panes Sin Levadura, Primicias y Semanas), pero faltan aún las últimas tres (Trompetas, Expiación y Tabernáculos), las cuales ya se avecinan. Estas últimas hablan de la Segunda Venida del Señor.

En preparación para estas últimas fiestas, encontramos lo que se conoce como “período de arrepentimiento”.

PERIODO DE ARREPENTIMIENTO
En el calendario bíblico, el período de arrepentimiento (heb. Teshuvá) consta de los 40 días que van desde la Luna Nueva del mes 6 (Elul) hasta el Día de Expiación (Yom Kipur) que cae en el 10 de Tishrei (mes 7).

Este es el momento ideal para hacer Teshuva, que comúnmente es traducido como “arrepentimiento”. Significa literalmente “regresar”. Arrepentimiento no es sentir remordimiento, y seguir igual; más bien implica un cambio de dirección y rectificación. Es el tiempo para analizar en dónde estamos parados en la vida, en relación con lo que Dios espera de nosotros. Si nos hemos desviado en algo, es la oportunidad para regresar al camino recto.
Históricamente, éste ha sido el tiempo en que Israel se ha arrepentido. Estos fueron los días en que Moisés subió al Monte Sinaí para pedir perdón a Dios por el pecado del becerro de oro. También estos fueron los días en que Juan el Bautista llamó al arrepentimiento al pueblo como “una voz que clama en el desierto” (Isa. 40:3).

(Marcos 1:2-4) Como está escrito en el profeta Isaías: He aquí, yo envío a mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino. (3) Voz del que clama en el desierto: “Preparad el camino del Señor, hacer derechas sus sendas”. (4) Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.

Juan lo hizo en preparación para la primera venida de Jesús, pero también sucederá lo mismo antes de la segunda venida del Señor (Mal. 4:5).


RETORNO A DIOS
Si nos hemos alejado de Dios, ¿cómo podemos regresar?
...Con el arrepentimiento (heb. Teshuvá, retorno).

Fuimos creados para estar con Dios. Por lo tanto, cuando nos arrepentimos, regresamos a nuestro propósito original, a nuestro lugar en la vida.

El arrepentimiento tiene un gran poder, como lo explica el profeta Ezequiel:
(Eze. 18:21-23)  Pero si el impío se aparta de todos los pecados que ha cometido, guarda todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá, no morirá. (22) Ninguna de las transgresiones que ha cometido le serán recordadas; por la justicia que ha practicado, vivirá. (23) ¿Acaso me complazco yo en la muerte del impío--declara el Señor DIOS-- y no en que se aparte de sus caminos y viva?

(Eze. 18:32)  Pues yo no me complazco en la muerte de nadie --declara el Señor DIOS--. Arrepentíos y vivid.

El pecado lleva a la muerte, pero el arrepentimiento nos regresa a la vida.


PECADO
Antes de poder “regresar”, debemos reconocer que nos hemos desviado.

En hebreo hay varias palabras relacionadas con el pecado que significan: no dar en el blanco, fallar o apartarse. Veamos las diferencias:

a. Jet significa: fallar, incurrir en pérdida. Se refiere a los pecados inadvertidos, no cometidos a propósito.

b. Avon significa: torcer, doblar, pervertir. Es no dar en el blanco. También se traduce como iniquidad o perversidad. Se refiere a las faltas conscientes, hechas adrede.

c. Pesha significa: rebelión. Viene del verbo “Pasha” que significa traspasar, apartarse, apostatar, pelear. Es la separación de la autoridad justa.

En síntesis, el pecado es una pérdida, es una perversión de la verdad y un alejamiento de Dios.
(Isaías 59:2)  Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos.

MISERICORDIA Y RECTIFICACIÓN
Aunque nos arrepintamos, debemos reconocer que el mérito no es nuestro, sino que descansa en la misericordia de Dios. El arrepentimiento no nos “gana” el cielo, sino abre la posibilidad de que Dios nos de una nueva oportunidad.

Luego de arrepentirnos y recibir la misericordia de Dios, no debemos tomar la actitud de indiferencia para seguir haciendo lo que queremos. La nueva oportunidad que se nos da es para hacer el bien.

Más que una “corrección”, la Teshuvá es una “rectificación”. Es un regreso a “casa”, al propósito original por el cual fuimos creados. Es una renovación o renacimiento.


TIEMPO PARA TESHUVÁ
No hay duda que cualquier día es bueno para arrepentirse. Sin embargo, hay tiempos en que apremia hacerlo porque el tiempo se acaba. Esto es lo que representa el “período de arrepentimiento” de Elul y Tishrei (meses 6 y 7).

En el mes séptimo se celebran las últimas fiestas, las cuales hablan de la Segunda Venida del Señor. Por esta razón en esos días se lanza el llamado de urgencia para el arrepentimiento, antes que llegue el día de juicio, representado por el Día de Expiación.

No sabemos si el Señor vendrá este año, pero nunca está de más prepararse. Así como el Señor nos enseña en la parábola de las diez vírgenes, haremos bien en prepararnos como las cinco vírgenes prudentes (Mateo 25:1-13).

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