martes, 24 de agosto de 2010

Joel (Día 15): Mensajeros Precursores

PROFETA COMO TROMPETA
Ayer hablamos del shofar de Dios que sonará antes del Día del Señor. Algunos creen que el sonido se oirá físicamente, y otros creen que es simbólico. En lo personal creo que es ambos.
La Biblia habla de profetas que vendrán antes del Día del Señor. Así como Dios levantó a profetas como Joel, Isaías y Jeremías para sonar la alarma, también antes de la Segunda Venida del Señor, aparecerán trompetas proféticas.
(Malaquías 4:5)  He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del SEÑOR, día grande y terrible.

Esta profecía la cumplió, en parte, Juan el Bautista en la Primera Venida del Mesías.
(Lucas 1:16-17)  Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. (17) E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.

(Mateo 3:1-3)  En aquellos días llegó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: (2) Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. (3) Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, haced derechas sus sendas.

Pero esta profecía también tendrá su cumplimiento y encontrará su culminación en la Segunda Venida del Señor.
(Isaías 40:3-5)  Una voz clama: Preparad en el desierto camino al SEÑOR; allanad en la soledad calzada para nuestro Dios. (4) Todo valle sea elevado, y bajado todo monte y collado; vuélvase llano el terreno escabroso, y lo abrupto, ancho valle. (5) Entonces será revelada la gloria del SEÑOR, y toda carne a una la verá, pues la boca del SEÑOR ha hablado.

En Su Segunda Venida, el Señor revelará su gloria sobre toda la Tierra. Él vendrá como Rey sobre todas las naciones. Todo ojo le verá, y toda lengua confesará que Él es Rey (Fil. 2:9-11). Pero para recibir al Rey, debemos prepararnos…

PREPARAD EL CAMINO
En tiempos antiguos, cuando el rey visitaba un pueblo, debían prepararse. Los caminos eran de tierra; pero si no estaban en buen estado, era difícil o imposible que pasaran carrozas. Por eso, cuando sabían que el rey saldría del palacio para visitar las provincias, los pueblos que querían recibirlo preparaban los caminos para que pudiera pasar la carroza real. Quitaban las piedras, llenaban los hoyos y allanaban el terreno escabroso.

Lo mismo tenemos que hacer nosotros para la Venida del Gran Rey. En un sentido espiritual, los túmulos representan la altivez y la soberbia, las piedras representan el pecado. Cuando el Señor venga, Él aplastará todo estorbo.
(Isaías 42:13-16)  El SEÑOR como guerrero saldrá, como hombre de guerra despertará su celo; gritará, sí, lanzará un grito de guerra, contra sus enemigos prevalecerá. (14) Por mucho tiempo he guardado silencio, he estado callado y me he contenido. Pero ahora grito como mujer de parto, resuello y jadeo a la vez. (15) Asolaré montes y collados, y secaré toda su vegetación; convertiré los ríos en islas, y las lagunas secaré. (16) Conduciré a los ciegos por un camino que no conocen, por sendas que no conocen los guiaré; cambiaré delante de ellos las tinieblas en luz y lo escabroso en llanura. Estas cosas haré, y no las dejaré sin hacer.

Esta descripción del Señor es la que veremos en el capítulo 2 de Joel. Nuestra preparación consiste en arrepentirnos y ser humildes ante Dios. Por eso, Joel dice:
(Joel 2:11-13) El SEÑOR da su voz delante de su ejército, porque es inmenso su campamento, porque poderoso es el que ejecuta su palabra. Grande y terrible es en verdad el día del SEÑOR, ¿y quién podrá soportarlo? (12) Aun ahora--declara el SEÑOR-- volved a mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento. (13) Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved ahora al SEÑOR vuestro Dios, porque El es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, y se arrepiente de infligir el mal.

Quien se haya arrepentido, recibirá al Rey de Gloria. Será el mejor día. Pero para quienes no se hayan humillado y acogido a su gracia, será el día de dar cuentas. Por eso es tan importante prepararnos…

PRECURSORES
En la generación antes que venga el Señor, Dios levantará a precursores, hombres y mujeres que prepararán el camino del Señor, como lo hizo Juan en la Primera Venida.
(Isaías 62:10-11) Pasad, pasad por las puertas; abrid camino al pueblo. Construid, construid la calzada; quitad las piedras, alzad estandarte sobre los pueblos. (11) He aquí, el SEÑOR ha proclamado hasta los confines de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí, tu salvación viene; he aquí, su galardón está con El, y delante de El su recompensa.

(Malaquías 3:1-2)  He aquí, yo envío a mi mensajero, y él preparará el camino delante de mí. Y vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el mensajero del pacto en quien vosotros os complacéis, he aquí, viene--dice el SEÑOR de los ejércitos. (2) ¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuego de fundidor y como jabón de lavanderos.

Así como Juan vivió una vida apartada y santificada, también lo harán los precursores.  No sólo predicarán arrepentimiento, sino lo vivirán. Serán vivos testimonios. Enseñarán al pueblo a comprender el amor de Dios aún en medio de la crisis, para no tomar ofensa por los juicios que vendrán (Isa. 26:9). Enseñarán que los juicios remueven todo aquello que obstaculiza el amor de Dios. Los precursores irán delante, preparando el camino.

ORACION
Señor, quiero prepararme para Tu Venida. Comenzaré allanando mi vida, quitando toda piedra, todo pecado, todo orgullo. Por eso, hoy me arrepiento y me humillo ante Ti, mi Rey.


Usa mi vida para allanar el camino de Tu pueblo. Si Tú lo quieres, seré precursor para anunciar Tu Venida.


[Silencio para escuchar]

1 comentario:

  1. Asi como los túmulos en el camino representan la soberbia, el orgullo; también podemos pensar que las grietas, los baches, los hoyos en el camino son aquellas heridas que nos han hecho y no hemos querido perdonar. Pero el Señor nos dice cómo allanar el camino: "No te vengarás, ni guardaras rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo, yo soy el Señor" (Lev 19:16-18, Ef 4:24-27)

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