jueves, 26 de agosto de 2010

Joel (Día 17): Día Oscuro


Luego del llamado de alarma, del sonido del shofar, viene la descripción del Día del Señor.
(Joel 2:1-2)  Tocad trompeta en Sion, y sonad alarma en mi santo monte. Tiemblen todos los habitantes de la tierra, porque viene el día del SEÑOR, porque está cercano; (2) día de tinieblas y lobreguez, día nublado y de densa oscuridad. Como la aurora sobre los montes, se extiende un pueblo grande y poderoso; nunca ha habido nada semejante a él, ni tampoco lo habrá después por años de muchas generaciones.

En hebreo “tinieblas” es Joshej. También significa: miseria, destrucción, ignorancia, maldad, tristeza.

Esta es la misma palabra que se usa para describir la penúltima plaga en Egipto, después de la plaga de langostas y antes de la muerte del primogénito. ¿Será coincidencia? No. Este es un ejemplo de los patrones que se han repetido en la historia.

El Día del Señor también se describe como: oscuro, tenebroso, nublado, entenebrecido. Esta descripción no es lo que uno esperaría. Si es el Señor es luz, ¿por qué se describe así el día de Su visitación?

Juan lo explica:
(Juan 3:19-21)  Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. (20) Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas. (21) Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.

A la luz del Señor, se hace más evidente el pecado. Por eso, ese día será de tinieblas para muchos. En ese día se separará la luz de las tinieblas, como ocurrió al principio.

El profeta Amós explica para quiénes el Día del Señor será un día de tinieblas:
(Amós 5:12-20)  Pues yo sé que muchas son vuestras transgresiones y graves vuestros pecados: oprimís al justo, aceptáis soborno y rechazáis a los pobres en la puerta. (13) Por tanto, el prudente se calla en ese tiempo, pues es tiempo malo. (14) Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis; y así sea con vosotros el SEÑOR, Dios de los ejércitos, tal como habéis dicho. (15) Aborreced el mal, amad el bien, y estableced la justicia en la puerta. Tal vez el SEÑOR, Dios de los ejércitos, sea misericordioso con el remanente de José. (16) Por tanto, así dice el SEÑOR, el Señor Dios de los ejércitos: En todas las plazas hay llanto, y en todas las calles dicen: ¡Ay! ¡Ay! Llaman a duelo al labrador, y a lamentación a los que saben plañir. (17) En todas las viñas habrá llanto, porque pasaré por en medio de ti--dice el SEÑOR. (18) ¡Ay de los que ansían el día del SEÑOR! ¿De qué os servirá el día del SEÑOR? Será tinieblas, y no luz; (19) como cuando uno huye de un león, y se encuentra con un oso, o va a casa, apoya la mano en la pared, y lo muerde una culebra. (20) ¿No será tinieblas el día del SEÑOR, y no luz, oscuridad, y no resplandor?

La gente se creía “justa”, aunque no actuaba como tal. Por lo tanto, el profeta los confronta y los llama al arrepentimiento. Los exhorta a que busquen el bien, lo amen y lo practiquen. Lo mismo hizo Jeremías.
(Jeremías 13:15-17)  Escuchad y prestad atención, no seáis altaneros, porque el SEÑOR ha hablado. (16) Dad gloria al SEÑOR vuestro Dios antes que haga venir las tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen sobre los montes oscuros, y estéis esperando la luz, y El la transforme en profundas tinieblas, la torne en lobreguez. (17) Pero si no escucháis esto, mi alma sollozará en secreto por tal orgullo; mis ojos llorarán amargamente y se anegarán en lágrimas, porque ha sido hecho cautivo el rebaño del SEÑOR.

Jeremías habla de un cautiverio del pueblo de Dios. Sin duda se refería al cautiverio babilónico. Pero también hay una aplicación espiritual:
Egipto representa la esclavitud del pecado en la cual nacemos todos. Cuando creemos en el Cordero de Dios, somos rescatados de esa esclavitud. Ese es tan sólo el principio de la Redención. Luego debemos comenzar a vivir como personas libres, como hijos del Rey. Pero si no lo hacemos, podemos caer en el cautiverio de Babilonia. Este cautiverio viene por causa del pecado y la falta de arrepentimiento, aun después de haber sido redimidos.  Dios nos da tiempo de cambiar, pero no permitirá que quedemos indolentes.  Este otro cautiverio está relacionado con la religiosidad, la cual vive de rituales, pero sin un cambio interior y profundo.

En este tiempo de ayuno, analicemos si no hemos caído en tal error.

¿Acaso ya llegamos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo? Si no lo hemos alcanzado, todavía habrá algo que debemos superar, mejorar, soltar…algo de lo cual necesitemos arrepentirnos.

Mañana hablaremos del “amanecer de los justos”.

ORACIÓN
Señor, quiero estar preparado para Tu Venida. No quiero estar en tinieblas en el Día del Señor. Si hay algo en lo que mi alma haya caído cautiva, te pido que me lo muestres.


Señor, Tú dijiste que quien conoce la verdad, será libre. Por lo tanto, quiero que me reveles la verdad. Quiero obedecerte y permanecer en Tu Palabra para ser tu discípulo. [Juan 8:31-32]


Quiero buscar lo bueno para vivir una vida justa. Quiero aborrecer el mal y amar el bien. Tal vez así Tú tengas misericordia de mí. [Amos 5:14-15]


Abre mis ojos para ver, y mis oídos para oír. [Silencio]

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