viernes, 27 de agosto de 2010

Joel (Día 18): Amanecer para los justos


Mientras que para los pecadores el Día del Señor será de tinieblas, para quienes estén a cuentas con Dios y se hayan arrepentido a tiempo, tal día representará un nuevo amanecer.
(Malaquías 4:1-2)  Porque he aquí, viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen el mal serán como paja; y el día que va a venir les prenderá fuego--dice el SEÑOR de los ejércitos-- que no les dejará ni raíz ni rama. (2) Mas para vosotros que teméis mi nombre, se levantará el sol de justicia con la salud en sus alas; y saldréis y saltaréis como terneros del establo.

DESPIERTOS ANTES DEL AMANECER
Mientras más se acerque ese día, más despiertos y preparados debemos estar. Pablo nos dice cómo:
(Romanos 13:11-14)  Y haced todo esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertaros del sueño; porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando creímos. (12) La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. (13) Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias; (14) antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne.

(Efesios 5:13-17)  Pero todas las cosas se hacen visibles cuando son expuestas por la luz, pues todo lo que se hace visible es luz. (14) Por esta razón dice: Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo. (15) Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, (16) aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. (17) Así pues, no seáis necios, sino entended cuál es la voluntad del Señor.

Debemos estar despiertos, porque el Día del Señor va a venir sorpresivamente…esto es para los que no lo esperan.
(1 Tesalonicenses 5:2-8)  Pues vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche; (3) que cuando estén diciendo: Paz y seguridad, entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán. (4) Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día os sorprenda como ladrón; (5) porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. (6) Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios. (7) Porque los que duermen, de noche duermen, y los que se emborrachan, de noche se emborrachan. (8) Pero puesto que nosotros somos del día, seamos sobrios, habiéndonos puesto la coraza de la fe y del amor, y por yelmo la esperanza de la salvación.

¿Quiénes son los “del día”?
Sobrios: los que llevan una vida justa y piadosa, en obediencia a Dios y a Su Palabra.
Fe: Los que creen en Dios, sin dejarse llevar por las circunstancias (Heb. 11:1,6)
Amor: Los que aman a Dios y al prójimo (1 Juan 2:9-11).
Esperanza: Los que “esperan”, es decir los que tienen la certeza que Dios los salvará, aunque las circunstancias digan lo contrario.

Hay una relación directa entre justicia y luz, y entre impiedad y oscuridad. Cada uno elige si está en luz o tinieblas.
(Salmo 112:4)  Luz resplandece en las tinieblas para el que es recto; El es clemente, compasivo y justo.

(Proverbios 4:14-19)  No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malvados. (15) Evítalo, no pases por él; apártate de él y pasa adelante. (16) Porque ellos no duermen a menos que hagan el mal, y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno. (17) Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia. (18) Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día. (19) El camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan.

La intención de Dios no es que caigamos en tinieblas, sino todo lo contrario. Él desea que estemos a salvo en la luz. El ya lo hizo todo para salvarnos. Pero ahora nos toca elegir a nosotros. Jesús explicó:
(Juan 12:35-36)  Jesús entonces les dijo: Todavía, por un poco de tiempo, la luz estará entre vosotros. Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que anda en la oscuridad no sabe adónde va. (36) Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seais hijos de la luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.

(Juan 12:46-48)  Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas. (47) Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. (48) El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final.

El momento más oscuro y más frío del día es justamente antes del amanecer. Lo mismo sucederá con la historia del mundo: su momento más tenebroso será al final, justo antes que amanezca el Sol de Justicia.
(Oseas 6:3)  Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al SEÑOR. Su salida es tan cierta como la aurora, y El vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra.

ORACIÓN
Jesús, Tú eres la luz del mundo. Yo te seguiré, porque no quiero andar en tinieblas sino quiero tener la luz de la vida. [Juan 8:12].


Si aun hay oscuridad en mi corazón, en mi mente o en mi alma, Señor, házmelo saber, porque quiero sacarla de mi vida. Abro mi mente y mi espíritu a Tu Palabra, a Tu Verdad, para que Tu Luz disipe las tinieblas que todavía existan. Enséñame a vivir una vida justa y piadosa. Enséñame a amar, y perdonar a los que me ofendan. Quiero conocerte más y más, porque así mi fe y mi esperanza se fortalecerán. Con una vida ejemplar, quiero ser luz al mundo. Amén.

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