lunes, 6 de septiembre de 2010

Joel (Día 28): Llamado al Pueblo y a los Ministros


Los siguientes versículos de Joel nos enseñan lo que el Señor espera de Su Pueblo en los días previos a Su Venida, al Día del Señor.
(Joel 2:15)  Tocad trompeta en Sion, promulgad ayuno, convocad asamblea.
¿En dónde se toca la trompeta (heb. Shofar)?  En Sion, que es la parte más alta de Jerusalén. El llamado a arrepentirse es al Pueblo de Dios, no al mundo.

¿Por qué se toca el shofar?  El propósito es doble:

a. Promulgar ayuno—en lo individual.
El ayuno sirve como un instrumento para sensibilizarnos al Espíritu, para poder oír mejor lo que Él quiere decirnos. El ayuno no se trata de pedirle algo a Dios, sino preguntarle a Él que es lo que quiere. Es un llamado al arrepentimiento (regresar a Dios) y a la transformación.

b. Congregarse—en lo colectivo.
El sonido del Shofar en Joel 2:15 es específicamente “Tekiá”, el cual es un llamado a congregarse, a reunirse, a unirse.

¿Cuál es el mensaje para los últimos tiempos? El mensaje es que necesitamos unirnos con los hermanos. Lo que vamos a vivir, no podremos enfrentarlo solos. “Congregarse” no es lo mismo que “calentar banca los domingos”. Es desarrollar y mantener una relación cercana con otros creyentes para la mutua edificación.

También es un llamado a TODA la familia, no sólo a los adultos. La tendencia de los últimos años en las iglesias es separar a los niños, a los jóvenes y los adultos, cada grupo en actividades separadas. Pero Dios quiere que todos estén unidos, en una mente y espíritu. Los jóvenes dan vigor, y los padres sabiduría. Juntos podrán más que separados.
(Joel 2:16)  Reunid al pueblo, santificad la asamblea, congregad a los ancianos, reunid a los pequeños y a los niños de pecho. Salga el novio de su aposento y la novia de su alcoba.

Este es el mismo mensaje que Malaquías da en preparación para el Día del Señor.
(Malaquías 4:5-6)  He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del SEÑOR, día grande y terrible. (6) El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldición.

Aún los novios están llamados a acudir al llamado (Joel 2:16). Para los novios, no hay día más importante que el día de su boda y la “luna de miel”. Dios contempla esto, y en la ley se le concedió a los recién casados la exención de la ir a la guerra y otras obligaciones sociales (Deu. 24:5). Pero el Día del Señor no es un tiempo cualquiera. No hay planes humanos más importantes que ese Día (1 Cor. 7:29-31). Todos deben acudir.

Joel también llama a “santificar la asamblea”. “Santificar” (heb. Kadash) es apartar o dedicar para un propósito especial. El propósito de reunirse no es para divertirse o entretenerse. Es buscar la voluntad de Dios, no la propia.

MENSAJE A LOS MINISTROS
A los ministros, Joel les hace un llamado especial:
(Joel 2:17)  Entre el pórtico y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, y digan: Perdona, oh SEÑOR, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla entre las naciones. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: "Dónde está su Dios"?

a. Interceder
Los ministros o sacerdotes son los intermediarios entre Dios y el Pueblo. Ellos están llamados a interceder por el pueblo.

Entre el pórtico y el altar” era el lugar más interno del Tabernáculo al que podía acceder cualquier israelita. De ese lugar en adelante, sólo los sacerdotes podían entrar. Hasta allí llevaban los israelitas sus ofrendas y sacrificios, los cuales los levitas y sacerdotes recibían para llevarlos al Altar.

Por otro lado, en ese preciso lugar se cometieron abominaciones en tiempos de Ezequiel (Eze. 8:16-17). Habían adorado al sol, dando la espalda a Dios. Por ese pecado específico debían pedir perdón los sacerdotes.

b. Dar un buen testimonio
Los ministros no sólo deben predicar al pueblo y orar por ellos. Sobre todo, deben dar un buen ejemplo. La gente seguirá más lo que hacen que lo que dicen. Por lo demás, lo que los ministros hagan hablará al Pueblo y al mundo entero de quién es Dios. Esta es la mayor responsabilidad que ellos llevan sobre sus hombros.

El Sumo Sacerdote llevaba el nombre de las tribus escritas sobre sus hombros, como símbolo de la carga de intercesión por el Pueblo. Sobre su frente llevaba escrito el Nombre de Dios. Lo que la gente ve en él, es en gran parte lo que los demás pensarán de Dios.

Mañana veremos cuál será la respuesta de Dios al arrepentimiento del pueblo y de los ministros…


ORACIÓN
Señor, he oído el llamado de Tu Shofar. Por eso respondo a tu llamado a ayunar para prepararme a Tu Venida. También me dispongo a congregarme con otros creyentes para mutua edificación. Ya no haré distinción entre generaciones, sino como una sola familia nos uniremos y te buscaremos.

Señor, te pedimos que levantes líderes y ministros conforme a Tu corazón. Hombres y mujeres que lleven la carga de intercesión por la Iglesia, y que sus vidas den testimonio fiel de quién eres Tú. Amén.

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