Tishrei 4
Además de perdón y restauración, el Señor proveerá de un refugio para aquellos que se humillen, busquen Su Rostro y se arrepientan en el día malo.
(Sofonías 2:1-3) Congregaos, congregaos, oh nación sin pudor, (2) antes que entre en vigencia el decreto (como tamo pasa el día), antes que venga sobre vosotros el ardor de la ira del SEÑOR, antes que venga sobre vosotros el día de la ira del SEÑOR. (3) Buscad al SEÑOR, vosotros todos, humildes de la tierra que habéis cumplido sus preceptos; buscad la justicia, buscad la humildad. Quizá seréis protegidos el día de la ira del SEÑOR.
“Protegidos” en hebreo es “Satar”, que literalmente significa “esconder, cubrir, apartar, reservar, guardar”.
¿Quién se salvará de lo que va a venir en el Día del Señor? Joel dice:
(Joel 2:32) Y sucederá que todo aquel que invoque el nombre del SEÑOR será salvo; porque en el monte Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho el SEÑOR, y entre los sobrevivientes estarán los que el SEÑOR llame.
La salvación vendrá al invocar el Nombre del Señor. Esto se refiere a la salvación eterna (Rom. 10:8-14), cuando reconocemos a Jesús como nuestro Salvador. Pero este principio aplica también a la salvación de las adversidades de la vida y de los últimos tiempos. Sin embargo, no se trata de usar el Nombre de Dios como un amuleto; se trata de conocerlo.
Jesús dijo que en ese día unos dirán: “Señor, Señor”, pero Él dirá: “No los conozco, hacedores de maldad” (Mat. 7:22-23). Uno llama “Señor” a aquel a quien uno obedece.
(Mateo 7:21-23) No todo el que me dice: "Señor, Señor", entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. (22) Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? (23) Y entonces les declararé: Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad.
[Nota: Recomiendo leer la parábola que Jesús narra a continuación: Mateo 7:24-27]
El Salmo 50 habla del mismo principio:
(Salmo 50:15-23) Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás. (16) Pero al impío Dios le dice: ¿Qué derecho tienes tú de hablar de mis estatutos, y de tomar mi pacto en tus labios? (17) Pues tú aborreces la disciplina, y a tus espaldas echas mis palabras. (18) Cuando ves a un ladrón, te complaces con él, y con adúlteros te asocias. (19) Das rienda suelta a tu boca para el mal, y tu lengua trama engaño. (20) Te sientas y hablas contra tu hermano; al hijo de tu propia madre calumnias. (21) Estas cosas has hecho, y yo he guardado silencio; pensaste que yo era tal como tú; pero te reprenderé, y delante de tus ojos expondré tus delitos. (22) Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, no sea que os despedace, y no haya quien os libre. (23) El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra; y al que ordena bien su camino, le mostraré la salvación de Dios.
Sabemos que somos salvos por gracia. Pero luego de recibir esa gracia, debemos mostrar agradecimiento, y eso lo reflejaremos con el arrepentimiento y posterior obediencia. No se trata de “legalismo”, sino de santidad.
(Hebreos 12:12-14) Por tanto, fortaleced las manos débiles y las rodillas que flaquean, (13) y haced sendas derechas para vuestros pies, para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane. (14) Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
PROTECCION DIVINA
En medio de la tribulación de los últimos tiempos, Dios nos salvará. Esto no quiere decir que el Señor “evitará” que pasemos por las pruebas que vendrán sobre la Tierra. En realidad, la Biblia dice que seremos perseguidos. Pero en medio de todo, Él nos protegerá. Pasaremos por el fuego, pero éste nos purificará aún más.
(Nahum 1:5-7) Los montes tiemblan ante El, y los collados se derriten; sí, en su presencia se levanta la tierra, el mundo y todos los que en él habitan. (6) En presencia de su indignación, ¿quién resistirá? ¿Quién se mantendrá en pie ante el ardor de su ira? Su furor se derrama como fuego, y las rocas se despedazan ante El. (7) Bueno es el SEÑOR, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en El se refugian.
Cuando le explicaba a sus discípulos acerca de los últimos tiempos, Jesús dijo:
(Lucas 21:16-22) Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros, (17) y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. (18) Sin embargo, ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. (19) Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas. (20) Pero cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su desolación está cerca. (21) Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de la ciudad, aléjense; y los que estén en los campos, no entren en ella; (22) porque estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
La clave será poner los ojos en el Señor, alzar los ojos al Monte Sión, desde donde estará gobernando el Señor, porque de allí vendrá la salvación (Joel 2:32; Salmo 121).
Probablemente veremos terremotos y otras catástrofes, sufriremos persecución y veremos el incremento de la violencia y la maldad, pero en medio de eso el Señor protegerá a Su pueblo—a los que conozcan a Dios y a quienes el Señor reconozca (Joel 2:23).
(Daniel 12:1) En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que vela sobre los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de angustia cual nunca hubo desde que existen las naciones hasta entonces; y en ese tiempo tu pueblo será librado, todos los que se encuentren inscritos en el libro.
ORACIÓN
Hoy oraremos usando el Salmo 62:5-8:
“Alma mía, espera en silencio solamente en Dios, pues de El viene mi esperanza. Sólo El es mi roca y mi salvación, mi refugio, nunca seré sacudido. En Dios descansan mi salvación y mi gloria; la roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios. Confiad en El en todo tiempo, oh pueblo; derramad vuestro corazón delante de El; Dios es nuestro refugio. (Selah: silencio)”
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