Tishrei 6
En el capítulo dos de Joel, vimos cómo Dios usó a naciones paganas para disciplinar a Su Pueblo. Sin embargo, cuando Dios traiga justicia a toda la tierra, ellos no quedarán impunes. Dios castigará a los enemigos por la maldad con que trataron al Pueblo de Dios.
Ayer comenzamos a ver lo que Joel profetizó acerca de los enemigos de Israel. Las naciones que Joel identifica son tres: Tiro, Sidón y Filistea, que hoy se conocen como: Siria, Líbano y Palestina.
(Joel 3:4) Además, ¿qué tenéis que ver conmigo, Tiro, Sidón y todas las regiones de Filistea? ¿Os queréis vengar de mí? Si de esta manera os vengáis de mí, bien pronto haré volver vuestra venganza sobre vuestra cabeza.
Va a darse un espíritu de venganza de estas naciones contra Israel. Lo interesante es que Dios lo toma a lo personal. En el fondo, el pleito de ellos es con Él.
Ezequiel profetizó acerca de los filisteos (palestinos), también enfatizando la venganza.
(Ezequiel 25:15-17) Así dice el Señor DIOS: Por cuanto los filisteos han obrado vengativamente y con desprecio de alma han tomado venganza, destruyendo por causa de perpetua enemistad, (16) por tanto, así dice el Señor DIOS: He aquí, yo extenderé mi mano contra los filisteos, y cortaré a los cereteos y haré perecer a los que quedan en la costa del mar. (17) Y ejecutaré contra ellos grandes venganzas con terribles represiones; y sabrán que yo soy el SEÑOR cuando haga venir mi venganza sobre ellos.
[Otras profecías: Sofonías 2:4-7; Amós 1:3-10.]
SE LES UNIRÁN LAS NACIONES
Joel dice que muchas naciones se unirán a estos enemigos de Israel para pelear contra el pueblo de Dios. Serán todas las naciones contra una. Hoy en día ya no es difícil imaginar este escenario.
Aun esto, Dios lo controla. La Biblia dice que no sólo “permitirá” esto, sino que Él lo “provocará” con dos propósitos:
a. Para disciplinar al Pueblo de Dios.
b. Como retribución divina contra los que han hecho daño al pueblo de Dios.
Esto mismo profetizó Sofonías.
(Sofonías 3:7-8) Dije: "Ciertamente me temerás, aceptarás corrección." Entonces no será destruida su morada a pesar de todo lo que yo había determinado sobre ella; pero ellos se apresuraron a corromper todas sus acciones. (8) Por tanto, esperadme--declara el SEÑOR-- hasta el día en que me levante como testigo, porque mi decisión es reunir a las naciones, juntar a los reinos, para derramar sobre ellos mi indignación, todo el ardor de mi ira; porque por el fuego de mi celo toda la tierra será consumida.
También al profeta Zacarías le fue revelado que todas las naciones se van a levantar en contra de Jerusalén.
(Zacarías 14:2) Y yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudad y serán saqueadas las casas y violadas las mujeres; la mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.
Como hemos visto, esto tendrá múltiple aplicación histórica. Se cumplió en parte en tiempos de la invasión romana en el año 70 d.C., pero volverá a darse en los últimos tiempos. Esto se sabe porque todavía hay varios puntos de la profecía que faltan por cumplirse.
No debe sorprendernos lo que vendrá. Dios nos lo revela a través de sus profetas para que estemos preparados, y que recordemos que Dios está en control. No está “ganando” el enemigo. La realidad es que Dios mismo convocó a las naciones para levantarse contra Israel. Joel señala:
(Joel 3:9-14) Proclamad esto entre las naciones: Preparaos para la guerra, despertad a los valientes; acérquense, suban todos los soldados. (10) Forjad espadas de vuestras rejas de arado y lanzas de vuestras podaderas; diga el débil: Fuerte soy. (11) Apresuraos y venid, naciones todas de alrededor, y reuníos allí. Haz descender, oh SEÑOR, a tus valientes. (12) Despiértense y suban las naciones al valle de Josafat, porque allí me sentaré a juzgar a todas las naciones de alrededor. (13) Meted la hoz, que la mies está madura; venid, pisad, que el lagar está lleno; las tinajas rebosan, porque grande es su maldad. (14) Multitudes, multitudes en el valle de la decisión. Porque cerca está el día del SEÑOR en el valle de la decisión.
Estas son cosas fuertes que uno no quisiera oír ni desearía que aconteciera, pero si Dios lo permite es porque será necesario para efectos de la restauración de todas las cosas al final (Joel 3:1-2). El resultado final será lo contrario, como lo señala Isaías:
(Isaías 2:3-4) Vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob; para que nos enseñe acerca de sus caminos, y andemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del SEÑOR. (4) Juzgará entre las naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
Mañana hablaremos sobre el Valle de Josafat y la Batalla de Armagedón…
ORACIÓN
Señor, sabemos que Tú vindicarás a Tu pueblo y tendrás compasión de Tus siervos. Afila Tu espada flamante y Tu mano empuñe la justicia. Aunque tengamos ganas de pedir venganza, no nos atrevemos porque también nosotros te hemos fallado. Por eso te hemos pedido perdón, porque sabemos que Tú perdonas a quien se arrepiente.
Señor, te damos gracias por Tu justicia y tu misericordia. Nos regocijamos porque Tú vengarás la sangre de Tus siervos y traerás venganza sobre Tus adversarios, y harás expiación por Tu tierra y Tu pueblo. [Deuteronomio 32:36-43]
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