La segunda mención del Día de Reposo en la Biblia la encontramos en Éxodo (16:23-26), en el contexto de la provisión de alimento que Dios envió a los israelitas cuando éstos atravesaban el desierto en camino hacia la Tierra Prometida.
Cuando se les acabó el alimento que habían sacado de Egipto, los israelitas comenzaron a protestar. En lugar de clamar a Dios, comenzaron a murmurar contra Moisés, recordando la comida que disfrutaban en Egipto. ¿Cómo podían los israelitas olvidar tan pronto la agobiante esclavitud cuyo precio era la comida que ellos añoraban?
Dios no se había olvidado de Su pueblo. Él sabía que ellos tenían que comer, pero lo puso a prueba. Dios estaba esperando que Su pueblo lo buscara; los israelitas necesitaban aprender a buscar a Dios como su proveedor, en lugar de Egipto.
(Exo. 16:4-5) Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, haré llover pan del cielo para vosotros; y el pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en mi ley.
PROVISIÓN DIARIA
El mensaje de Dios para Su Pueblo es que les enviaría provisión del Cielo. Sin embargo, Él no iba a enviar mucho para que ellos llenaran sacos o graneros, y así se quedaran tranquilos. Simplemente les iba a dar el “pan diario”, tanto como una persona pudiera comer y quedar satisfecha.
(Exo. 16:14-18) Cuando la capa de rocío se evaporó, he aquí, sobre la superficie del desierto había una cosa delgada, como copos, menuda, como la escarcha sobre la tierra. (15) Al verla, los hijos de Israel se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían lo que era. Y Moisés les dijo: Es el pan que el SEÑOR os da para comer. (16) Esto es lo que el SEÑOR ha mandado: "Cada uno recoja de él lo que vaya a comer; tomaréis un gomer por cabeza, conforme al número de personas que cada uno de vosotros tiene en su tienda." (17) Y así lo hicieron los hijos de Israel, y unos recogieron mucho y otros poco. (18) Cuando lo midieron con el gomer, al que había recogido mucho no le sobró, ni le faltó al que había recogido poco; cada uno había recogido lo que iba a comer.
El alimento que los israelitas recogieron en el desierto era llamado “Maná” (lit. ¿qué es esto?). El “pan del cielo” aparecía en el suelo todas las mañanas, y los israelitas lo recogían, lo preparaban y lo comían. Éste fue su sustento durante todos los años que estuvieron en el desierto, hasta que entraron a la Tierra Prometida (Jos. 5:11-12).
Cada día, los israelitas tuvieron suficiente para comer…pero sólo para ese día.
Moisés instruyó que no recogieran más que el alimento que comerían ese día. Pero algunos quisieron más, y guardarlo para el día siguiente. Todavía no confiaban en Dios, sino en su propia astucia…pero no les funcionó.
(Exo. 16:19-21) Y Moisés les dijo: Que nadie deje nada para la mañana siguiente . (20) Mas no obedecieron a Moisés, y algunos dejaron parte del maná para la mañana siguiente, pero crió gusanos y se pudrió; y Moisés se enojó con ellos. (21) Lo recogían cada mañana, cada uno lo que iba a comer; pero cuando el sol calentaba, se derretía.
¿Por qué Dios limitó el alimento sólo para un día, en lugar de enviar suficiente alimento para una semana, o un mes, o un año? Lo hizo así para que Su Pueblo aprendiera a confiar en Él. Esto era lo que Dios enseñó a los israelitas en el desierto, y lo mismo es para nosotros.
En el mundo se nos enseña a acumular, y luego a reposar confiando en nuestros ahorros o el seguro financiero. Pero Dios quiere que reposemos en Él, no es las reservas.
¿Quiere decir esto que es malo ahorrar? El ahorro en sí no es malo. La Biblia nos enseña a guardar en tiempos de la cosecha para cuando lleguen los días de invierno (Prov. 6:6-8). Lo importante es que no olvidemos que nuestra seguridad y confianza no debe estar puesta en el ahorro, sino en Dios.
UN DÍA DE DOBLE PORCIÓN
Todos los días aparecía el Maná, excepto el Día de Reposo (heb. Shabat). ¿Acaso significa esto que no habría comida para el día sábado? No. Más bien, Dios proveía doble porción el día viernes para cubrir el día de reposo.
(Éxodo 16:5) Y sucederá que en el sexto día, cuando preparen lo que traigan, la porción será el doble de lo que recogen diariamente.
(Éxodo 16:22-26) Y sucedió que en el sexto día recogieron doble porción de alimento, dos gomeres para cada uno. Y cuando todos los jefes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés, (23) él les respondió: Esto es lo que ha dicho el SEÑOR: "Mañana es día de reposo, día de reposo consagrado al SEÑOR. Coced lo que habéis de cocer y hervid lo que habéis de hervir, y todo lo que sobre guardadlo para mañana." (24) Y lo guardaron hasta la mañana como Moisés había mandado, y no se pudrió ni hubo en él gusano alguno. (25) Y Moisés dijo: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para el SEÑOR; hoy no lo hallaréis en el campo. (26) Seis días lo recogeréis, pero el séptimo día, día de reposo, no habrá nada.
El día de reposo ocurrió un milagro: la provisión que se arruinaba si no se usaba, en ese día se mantuvo bien y se pudo guardar.
Tal vez hoy no comamos “maná”, pero seguimos dependiendo de Dios. Si dedicamos ese día a Él, ¿no guardará nuestra provisión? ¿Confiamos que Dios proveerá y que Él nos dará una doble porción para cubrir el tiempo en que reposamos en Él? ¿Ya aprendimos a descansar en Dios?
REPOSO EN LA PROVISIÓN DIVINA
¿Qué relación tiene la provisión del pan diario con el día de reposo?
El día de reposo es un día en que debemos detenernos de esa carrera por obtener bienes y riqueza. Todos los días debemos hacer nuestro trabajo—y bien hecho. Pero un día reposamos, reconociendo que nuestra provisión viene de Dios. Aunque nosotros trabajamos, Él es quien nos bendice.
El Shabat es el día en que se nos pone “a prueba” para ver si realmente confiamos en Dios, o si creemos que nuestras manos lo han logrado todo.
(Deuteronomio 8:16-18) En el desierto te alimentó con el maná que tus padres no habían conocido, para humillarte y probarte, y para finalmente hacerte bien. (17) No sea que digas en tu corazón: "Mi poder y la fuerza de mi mano me han producido esta riqueza." (18) Mas acuérdate del SEÑOR tu Dios, porque El es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día.
El “reposo” no consiste en tener suficiente “colchón” para los gastos inesperados. Más bien, el reposo lo encontramos en Dios, quien está en control de todo y quien vela por Sus hijos. Nosotros debemos hacer nuestra parte y trabajar los seis días, haciendo las cosas como Dios manda, pero reposamos reconociendo que Dios está en control y Él proveerá si tuviéremos alguna necesidad.
El Shabat es el día que separamos para conectar con Dios. Confiando en Dios, podemos dejar atrás el afán de conseguir pan para nuestra mesa, y nos alimentamos del pan espiritual.
(Deuteronomio 8:2-3) Y te acordarás de todo el camino por donde el SEÑOR tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos. (3) Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR.
Que importante es el Shabat o 7o. día o día de Reposo porque refleja si confiamos en el Señor o no. Obedecer declara que estamos confiando que El es nuestro Proveedor. Es difícil quedarse quieto, no hacer nada, pero a su vez es glorioso porque no nos queda nada más que meditar en EL y adorarlo.
ResponderEliminarGracias por estas palabras, muy motivantes a confiar en el Eterno.
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