domingo, 25 de septiembre de 2011

Nehemías 3: Regreso a la Puerta de las Ovejas

Regreso a la puerta de las Ovejas
Luego de dar una vuelta completa alrededor de Jerusalén, regresamos a la Puerta de las Ovejas. 

Esta es la puerta del inicio, el punto de partida.  Pero el regreso a la Puerta de las Ovejas también representa una promesa profética para los últimos tiempos…
(Ezequiel 34:11-15)  Porque así dice el Señor DIOS: He aquí, yo mismo buscaré mis ovejas y velaré por ellas.  (12)  Como un pastor vela por su rebaño el día que está en medio de sus ovejas dispersas, así yo velaré por mis ovejas y las libraré de todos los lugares adonde fueron dispersadas un día nublado y sombrío.  (13)  Las sacaré de los pueblos y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las barrancas y por todos los lugares habitados del país.  (14)  Las apacentaré en buenos pastos, y en los altos montes de Israel estará su apacentadero. Allí reposarán en apacentadero bueno, y apacentarán en ricos pastos sobre los montes de Israel.  (15)  Yo apacentaré mis ovejas y las llevaré a reposar--declara el Señor DIOS.

La Puerta de las Ovejas también representa el retorno a Sión.
(Isaías 40:9-11)  Súbete a un alto monte, oh Sion, portador de buenas nuevas; levanta con fuerza tu voz, oh Jerusalén, portadora de buenas nuevas; levántala, no temas. Di a las ciudades de Judá: Aquí está vuestro Dios.  (10)  He aquí, el Señor DIOS vendrá con poder, y su brazo gobernará por Él.  He aquí, con Él está su galardón, y delante de Él su recompensa.  (11)  Como pastor apacentará su rebaño, en su brazo recogerá los corderos, y en su seno los llevará; guiará con cuidado a las recién paridas.

El pueblo de Israel es el rebaño de Dios.
(Ezequiel 34:31)  Vosotras, ovejas mías, sois el rebaño de mi prado, hombres sois, y yo soy vuestro Dios--declara el Señor DIOS.

Jesús habló también de “otras ovejas”.
(Juan 10:16)  Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor.

Muchos creyentes no son israelitas, pero han creído en el Dios de Israel, y son contados como pueblo de Dios, pues han sido “injertados” en el olivo natural (Rom. 11). 
(Efesios 2:11-18)  Recordad, pues, que en otro tiempo vosotros los gentiles en la carne, llamados incircuncisión por la tal llamada circuncisión, hecha por manos en la carne,  (12)  recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo.  (13)  Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo.  (14)  Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,  (15)  aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz,  (16)  y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.  (17)  Y vino y anuncio paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca; (18)  porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu.

Tanto judíos como cristianos de todas las naciones, ambos pueblos serán uno solo.  La Biblia identifica a los creyentes gentiles como “Efraín” (o la Casa de Israel, también conocidas como las “10 Tribus Perdidas”…¡pero a Dios no se le ha perdido ni una!). También ellos regresarán a Jerusalén. 
(Jeremías 31:8-14)  He aquí, yo los traigo del país del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, entre ellos los ciegos y los cojos, la mujer encinta y también la que está dando a luz; una gran compañía volverá acá.  (9)  Con llanto vendrán, y entre súplicas los guiaré; los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy un padre para Israel, y Efraín es mi primogénito.  (10)  Oíd, naciones, la palabra del SEÑOR, anunciad en las costas lejanas, y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo guardará como un pastor a su rebaño.  (11)  Porque el SEÑOR ha rescatado a Jacob, y lo ha redimido de manos más fuertes que él.  (12)  Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sion, y radiarán de gozo por la bondad del SEÑOR: por el grano, por el vino y por el aceite, y por las crías de las ovejas y de las vacas. Su alma será como huerto regado, y nunca más languidecerán.  (13)  Entonces la virgen se alegrará en la danza, y los jóvenes y los ancianos a una; cambiaré su duelo en gozo, los consolaré y los alegraré de su tristeza.  (14)  Y llenaré con abundancia el alma de los sacerdotes, y mi pueblo se saciará de mi bondad--declara el SEÑOR.

(Jeremías 50:17-20)  Rebaño descarriado es Israel; los leones lo han ahuyentado. Primero lo devoró el rey de Asiria, y después Nabucodonosor, rey de Babilonia, quebró sus huesos.  (18)  Por tanto, así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: "He aquí, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.  (19)  "Y volveré a traer a Israel a su pastizal, y pacerá en el Carmelo y en Basán, y se saciarán sus deseos en la región montañosa de Efraín y en Galaad.  (20)  "En aquellos días y en aquel tiempo"--declara el SEÑOR-- "se buscará la iniquidad de Israel, pero no habrá ninguna, y los pecados de Judá, pero no se hallarán; porque perdonaré a los que yo haya dejado como remanente."

Este día del perdón será el cumplimiento del Día de Expiación (heb. Yom Kipur), que también se conoce en la Biblia como el “Día del Señor”.



Seamos judíos o gentiles, todo aquel que crea en el Cordero de Dios y haya hecho a Dios como rey de su vida, entrará por la Puerta de las Ovejas en la Segunda Venida del Señor.  El profeta Miqueas le fue revelado esto en una visión:
(Miqueas 2:12-13)  De cierto te reuniré todo, oh Jacob; ciertamente recogeré el remanente de Israel; los reuniré como ovejas de Bosra, como rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la multitud de hombres.  (13)  Subirá rompedor delante de ellos; romperán y pasarán la puerta, y saldrán por ella: y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová.

Oremos…
Señor, te reconozco como mi Pastor. Oí Tu voz, la reconocí, y por eso te sigo.  Tú eres mi Pastor, y por eso sé que nada me faltará.  Velas por mis necesidades, y por eso en Ti encuentro mi reposo.  También restauras mi alma, y me guías por el buen camino.   Aunque pase por valles de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo.  Pastor mío, te pido que me protejas y me guíes con tu Espíritu, hasta el día en que te vea en persona. 

Quiero ser parte del remanente de Israel.  Recógeme, y llévame a Sion, porque dónde Tú estés, allí quiero estar también.  Ya no haré diferencia ente judío y gentil, porque Tú eres Rey de todos y somos un solo pueblo.  Rompe, Señor, la barrera de división que nos ha separado.  Trae reconciliación entre hermanos.  Y oramos por la paz de Jerusalén.

[Salmo 23;Efesios 2]

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