viernes, 14 de octubre de 2011

Sucot (III)

DE YOM KIPUR A SUCOT
Según la tradición, Moisés descendió del Monte Sinaí con las segundas tablas de la Ley el día de Yom Kipur (Expiación). Al día siguiente, Moisés transmitió las instrucciones para construir el Tabernáculo (heb. Mishkan). El material necesario para construirlo fue recolectado durante los días que precedían a Sucot, y la construcción se comenzó en las fechas que se celebra la fiesta.

¿Por qué se construyó el Tabernáculo en el desierto?
(Exodo 25:8) Y harán un santuario para mí y habitaré en medio de ellos.

Dios pidió que construyeran en Tabernáculo para enseñarle al pueblo la forma de regresar a Él. Dios quiere habitar en medio de su Pueblo y mantener una relación cercana.

Las Escrituras dicen que Jesús se hizo carne y habitó (literalmente: “hizo tabernáculo”) entre nosotros (Juan 1:14). El vino a la tierra en Su primera venida y habitó entre los hombres temporalmente. Pero Él volverá a habitar entre nosotros. En Su segunda venida, no sólo vivirá con nosotros sino que Él será nuestro Rey para siempre. Durante mil años estaremos en esta Tierra, y luego en una tierra nueva por la eternidad (Apoc. 21:1-4).

FIESTA DE LAS NACIONES
Durante el Milenio, todas las naciones de la tierra celebrarán Sucot (Tabernáculos).
(Zacarías 14:16) Y sucederá que todo sobreviviente de todas las naciones que fueron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al Rey, SEÑOR de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos.

Habrá consecuencias para quienes no rindan honor al Señor en la época de la Fiesta.
(Zacarías 14:17-19) Y sucederá que los de las familias de la tierra que no suban a Jerusalén para adorar al Rey, SEÑOR de los ejércitos, no recibirán lluvia sobre ellos. (18) Y si la familia de Egipto no sube ni viene, entonces sobre ellos no habrá lluvia; será la plaga con la cual el SEÑOR herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. (19) Este será el castigo de Egipto y el castigo de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos.


70 NACIONES
Durante la semana de Sucot, se sacrificaban 70 bueyes en el altar (Números 29:12-35). Estas ofrendas tienen conexión con las 70 naciones en las que el Señor divide al mundo.
(Deuteronomio 32:8) Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando separó los hijos del hombre, fijó los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
(Génesis 46:27) Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, eran dos: todas las personas de la casa de Jacob que vinieron a Egipto, eran setenta.
(Éxodo 1:5) Todas las personas que descendieron de Jacob fueron setenta almas. Pero José estaba ya en Egipto.

Cuando Salomón construyó el Templo en Jerusalén, él sabía que personas de otras naciones también iban a llegar allí a adorar el Dios de Israel. Estas fueron algunas de sus palabras cuando Salomón inauguró el Templo:
(1 Reyes 8:41-43) También en cuanto al extranjero que no es de tu pueblo Israel, cuando venga de una tierra lejana a causa de tu nombre (42) (porque oirán de tu gran nombre, de tu mano poderosa y de tu brazo extendido), y venga a orar a esta casa, (43) escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y haz conforme a todo lo que el extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre para que te teman, como te teme tu pueblo Israel, y para que sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que he edificado.

El Dios de Israel es el Dios de toda la Tierra. El es YHVH, y sólo hay uno.

CELEBRACIÓN DEL AGUA
Durante la fiesta de Sucot se realizaba una ceremonia con agua conocida en hebreo como “Simjat Beit HaShoevah” (lit. regocijo en la casa del derramamiento de agua) Esta ceremonia se llevaba a cabo todos los días de Sucot, excepto el primer día.

Un grupo de sacerdotes salía por la puerta oriental del templo y se dirigían al valle Motza. Allí cortaban varios sauces de por lo menos 25 pies de alto. Luego los sacerdotes debían llevarlos al Templo. Todos los sostenían formando una larga fila. En el camino de regreso, el pueblo salía a ver la procesión de sacerdotes llevando los sauces.

estanque Siloé

Por otro lado, el sumo sacerdote salía del Templo por la Puerta del Agua, para dirigirse al estanque de Siloé (lit. aguas vivas). Allí sacaba aguas vivas (heb. mayim hayim) con un jarrón de oro. Mientras tanto, otro sacerdote sostenía una jarra de plata llena de vino.
Tan pronto como los sacerdotes que traían los sauces regresaban en procesión a Jerusalén, se les unían los sacerdotes que estaban en Siloé, para entrar todos juntos al Templo. Cuando todos llegaban juntos al Templo, se tocaba el shofar.

Para entonces, todo el pueblo estaba congregado en los atrios de Templo para presenciar la ceremonia del agua. En ese momento, todos entonan el canto conocido como “Mayim” (lit. aguas), del texto de Isaías: “Con gozo sacaremos el agua del pozo de la salvación” (Isaías 12:3)

“Salvación” en hebreo es “Yeshua”.
Muy probablemente en este momento Jesús (en hebreo, Yeshua) dijo las siguientes palabras:
(Juan 7:37-38) Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. (38) El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.

En la ceremonia, los sacerdotes colocan los sauces alrededor del Altar, como una especie de Sucá. Luego, el sumo sacerdote derrama el agua y el vino en las esquinas del Altar.

LLUVIA
La ceremonia del agua tenía un significado relacionado con las cosechas. El agua está conectada con la lluvia, de la cual dependen la producción agrícola de Israel.

Durante la fiesta de Sucot, el pueblo de Israel pide a Dios que envíe agua del cielo para la siguiente cosecha. En esos días comienza a caer la “lluvia temprana”.

Durante el Milenio, las naciones que no suban a celebrar Sucot en Jerusalén no recibirán lluvia del cielo.

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