martes, 18 de octubre de 2011

Sucot (V): Luz




Luz en Sucot
Otra de las ceremonias que caracterizan la fiesta de Sucot (Tabernáculos) era la iluminación del Templo.   En uno de los patios exteriores del Templo, que se conocía como “Atrio de las Mujeres”, los levitas colocaban dos candelabros gigantes, que se encendían para esta Fiesta y alumbraba toda la ciudad de Jerusalén haciéndola ver como una ciudad de oro desde la distancia. 

Las mechas que se usaban para estos candelabros eran hechas de las vestiduras viejas de los sacerdotes.  En esta fiesta, los sacerdotes recibían nuevas vestiduras, y las viejas servían de alimento al fuego que alumbraba la ciudad en esos días de regocijo. 

Jesús solía ir a Jerusalén para celebrar Sucot.  En una de esas ocasiones (Juan 7:1-4), Él dijo lo siguiente:
(Juan 8:12)  …Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.

El Señor también llama a sus seguidores que seamos luz a las naciones, para atraerlos hacia Él, quien es la Luz de Vida.
(Mateo 5:14-16)  Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.  (15)  Ni se enciende un candil y se pone debajo del almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.  (16)  Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo.


(Isaías 43:10-14)  Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí; para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí.  (11)  Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.  (12)  Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios extraño. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.  (13)  Aun antes que hubiera día, yo soy; y no hay quien de mi mano libre. Yo lo haré, ¿quién lo estorbará?  (14)  Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel…


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