(Día 11)
La quinta de las bendiciones en el Reino de los Cielos es:
(Mateo 5:7)
Dichosos los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.
El diccionario define la “misericordia” como la virtud que
lleva a compadecerse del dolor ajeno o a perdonar las ofensas del prójimo. Pero esta definición se queda corta. Cuando hablamos de la misericordia de Dios,
es más profunda y completa.
En hebreo hay tres palabras que se traducen como “misericordia
o compasión”, y las tres las encontramos en un versículo en Éxodo:
(Éxodo 34:6) Entonces pasó el SEÑOR por delante de él y proclamó: El SEÑOR, el SEÑOR,
Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y
fidelidad.
1. heb. Rajum:
lleno de compasión
…como una madre que tiene compasión del hijo a quien tuvo en
su “vientre” (heb. Rejem)
2. heb. Janun:
extender gracia, que es un favor no merecido
…como un padre que se inclina hacia su hijo, cuando éste lo
necesita. Aunque ha fallado, le ofrece
una nueva oportunidad.
3. heb. Jesed: (heb.) bondad, piedad
Con estas palabras, el Señor se dio a conocer a Moisés. Esto fue después que el pueblo de Israel le
había fallado a Dios levantando el Becerro de Oro. Pero el Señor se mostró a ellos
misericordioso, y los perdonó.
Dios no es misericordioso por compromiso ni obligación; la
Biblia dice que Él se deleita en la misericordia.
(Miqueas 7:18-19) ¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la
rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en su ira para siempre,
porque se complace en la misericordia.
(19) Volverá a compadecerse de
nosotros, hollará nuestras iniquidades. Sí, arrojarás a las profundidades del
mar todos nuestros pecados.
(Salmo 103:8-13) Compasivo y clemente es el SEÑOR, lento para la ira y grande en misericordia. (9) No
contenderá con nosotros para siempre, ni para siempre guardará su enojo. (10)
No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a
nuestras iniquidades. (11) Porque como están de altos los cielos sobre
la tierra, así es de grande su misericordia para los que le temen. (12)
Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros
nuestras transgresiones. (13) Como un padre se compadece de sus hijos, así
se compadece el SEÑOR de los que le temen.
La misericordia y el perdón de
Dios no es una “licencia para pecar”; más bien, es una segunda oportunidad, no
para seguir haciendo lo que queremos, sino para hacer lo que debemos.
(Romanos 2:4) ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia,
ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?
Así como el Señor nos ha dado misericordia, Él espera que
sigamos Su ejemplo y hagamos lo mismo con los demás. Jesús dijo: “Benditos los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia” (Mat.
5:7).
(Salmo 41:1-4) Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día del mal el SEÑOR lo
librará. (2) El SEÑOR lo protegerá y lo mantendrá con vida, y será
bienaventurado sobre la tierra; y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos. (3) El SEÑOR lo sostendrá en su lecho de
enfermo; en su enfermedad, restaurarás su salud. (4) Yo dije: Oh SEÑOR, ten
piedad de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado.
(Proverbios 14:21) El que desprecia a su prójimo peca,
pero es feliz el que se apiada de los pobres.
La misericordia es una de las tres virtudes que el Señor
espera de Sus hijos.
(Miqueas 6:8) El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda
el SEÑOR de ti, sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar
humildemente con tu Dios?
Mañana seguiremos hablando de la misericordia hacia el
prójimo…
ORACIÓN
Señor, te doy
gracias por tu compasión y misericordia hacia nosotros. Tú eres justo, pero también eres compasivo y
clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad. Estoy tan agradecido.
Tú perdonaste
mi iniquidad y pasaste por alto mi rebeldía.
No me has tratado según mis pecados, ni me has pagado conforme a mis
iniquidades. Porque como están de altos
los cielos sobre la tierra, así es de grande su misericordia para los que Te
temen. Te compadeciste de mí, y
arrojaste mis pecados al fondo del mar. Como
está de lejos el oriente del occidente, así alejaste de mí mis
transgresiones.
Me siento
dichoso porque mi transgresión fue perdonada, y mi pecado fue cubierto. Como un padre se compadece de sus hijos, así te
compadeciste de mí, Señor.
No merecía Tu
gracia, pero me la extendiste porque te complaces en la misericordia. Reconozco
que no tengo tanta compasión y misericordia como Tú, pero estoy dispuesto a
aprender.
[Miqueas 7:18-19; Salmo 103:8-13; Éxodo 34:6; Salmo 32:1-2]
GRACIAS POR TAN LINDA ENSEÑANZA QUE HACE Y RENUEVA NUESTROS PENSAMIENTOS PARA QUE ANDEMOS COMO EL NOS MANDO ANDAR. AMANDO A NUESTRO PROJIMO COMO A NOSOTROS MISMOS. AMEN
ResponderEliminarGracias, me gusta. DIOS les bendiga
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