jueves, 30 de agosto de 2012

MISERICORDIA Y PERDÓN


(Día 12)

Ayer hablamos de la misericordia que Dios nos brinda, y hoy hablaremos de la misericordia que Dios espera que extendamos a los demás.
(Mateo 5:7)  Dichosos los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia. 



A todos nos gusta que se nos extienda misericordia, ¿no es cierto?
Pero, ¿estaremos igualmente prestos para brindarla?  Jesús nos dice que si queremos recibir misericordia, debemos también darla.  Él ya estableció el ejemplo, y ahora nos toca seguirlo…
(Efesios 4:32)  Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.

(Colosenses 3:12-13)  Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia;  (13)  soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Así como Dios es misericordioso, Él espera que nosotros también lo seamos. 
(Mateo 6:14-15)  Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.  (15)  Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.

Jesús explicó esta verdad en la forma de una parábola:
(Mateo 18:23-35)  Por eso, el reino de los cielos puede compararse a cierto rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.  (24)  Y al comenzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.  (25)  Pero no teniendo él con qué pagar, su señor ordenó que lo vendieran, junto con su mujer e hijos y todo cuanto poseía, y así pagara la deuda.  (26)  Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: "Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré."  (27)  Y el señor de aquel siervo tuvo compasión, y lo soltó y le perdonó la deuda.  (28)  Pero al salir aquel siervo, encontró a uno de sus consiervos que le debía cien denarios, y echándole mano, lo ahogaba, diciendo: "Paga lo que debes."  (29)  Entonces su consiervo, cayendo a sus pies, le suplicaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo y te pagaré."  (30)  Sin embargo, él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara lo que debía.  (31)  Así que cuando vieron sus consiervos lo que había pasado, se entristecieron mucho, y fueron y contaron a su señor todo lo que había sucedido.  (32)  Entonces, llamándolo su señor, le dijo: "Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste.  (33)  "¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?"  (34)  Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía.  (35)  Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano.



La misericordia no es sólo para nuestros amigos o los que nos caen bien—es para todos, incluso para los enemigos.
(Lucas 6:31-36)  Y así como queréis que los hombres os hagan, haced con ellos de la misma manera.  (32)  Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.  (33)  Si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.  (34)  Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos la misma cantidad.  (35)  Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque El es bondadoso para con los ingratos y perversos.  (36)  Sed misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso.


ORACIÓN
Señor, estoy muy agradecido por tu perdón.  Enséñame a tener la misma misericordia hacia los demás.  Necesito tu gracia, porque me cuesta perdonar a quien me ha ofendido.  Pero sé que si dispongo mi corazón, Tú me ayudarás. 

Voy a perdonar así como Tú me perdonaste.  He sido beneficiario de Tu misericordia, y voy a extenderla a los demás. 

Estoy dispuesto a ser amable con los demás y mostrarme misericordioso.  Como escogido de Dios, santo y amado, me revisto de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportando y perdonando a los que me han ofendido.  Como Cristo me perdonó, así también lo haré, y ¡Todo sea para Tu gloria!

Aprovecha este momento para considerar si guardas algún resentimiento en tu corazón...y perdona.

[Efe. 4:32; Col. 3:12-13]


1 comentario:

  1. Muchas gracias es muy bueno.nos ayuda a valorar el perdón para con los demás y para nosostros mismos con papá DIOS.

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