(Día 26)
¿A quién quieres impresionar: a las personas o a Dios?
Esta es la pregunta que el Señor nos lleva a hacer en el
Sermón del Monte.
Hasta ahora hemos leído que Jesús nos exhorta a practicar la
justicia y hacer el bien, aunque nos cueste; pero también nos lleva a examinar
las intenciones del corazón. ¿Qué es lo
que motiva nuestras acciones? ¿Hacemos
el bien para impresionar a la gente, o para agradar a Dios?
(Mateo 6:1) Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser
vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que
está en los cielos.
La Biblia dice que nuestras buenas obras serán recompensadas
(Mat. 16:27). Sin embargo, el Señor no
sólo pesa las acciones, sino también las intenciones. Si los actos de justicia son para impresionar
a la gente…recibiremos la recompensa de ellos.
Pero si lo hacemos para agradar a Dios, Él no dará una recompensa más
significativa y eterna.
Jesús da tres ejemplos de actos de justicia que todo
creyente de practicar, pero al hacerlos debemos analizar nuestras intenciones:
a. Al dar ofrenda:
(Mateo 6:2) Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen
los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los
hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Jesús nos enseñó que la intención de ofrendar no es ser reconocidos,
y ni aun para sentirnos bien nosotros mismos, más bien es para agradar a
Dios.
(Mateo 6:3-4) Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace
tu derecha, (4) para que tu limosna sea en secreto; y tu
Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
b. Al orar:
(Mateo 6:5) Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta
ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para
ser vistos por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su
recompensa.
La palabra “hipócrita” viene del griego “hupokritēs”, que significa: actor de
teatro. Los actores griegos se ponían
máscaras para representar a un personaje diferente a quienes ellos eran. Cuando alguien ora para ser visto, no es
genuino sino que está “actuando” para impresionar, no para comunicarse con
Dios.
Jesús nos enseñó cómo debemos orar.
(Mateo 6:6-8) Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la
puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto,
te recompensará. (7) Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido,
como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su
palabrería. (8) Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos;
porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis.
[Mañana leeremos más sobre lo que Jesús dijo acerca de la
oración]
c. Al ayunar:
(Mateo 6:17-18) Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, (18)
para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Ahora que estamos en un período de ayuno, debemos revisar
cuál es nuestra intención al hacerlo.
Sin duda, al Señor le agrada que hagamos actos de justicia. Sin embargo, Él no se impresiona por
ello. Él no sólo ve nuestras acciones,
sino mide nuestras intenciones.
(Efesios 6:5-6) Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con temor y temblor, con
la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo; (6) no
para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos
de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios.
Lo que a Él más le interesa es nuestro corazón.
(Lucas 16:15) Y El les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos
ante los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, porque lo que entre los
hombres es de alta estima, abominable es delante de Dios.
ORACIÓN
Señor, Tú nos has
llamado a hacer actos de justicia y misericordia. Pero también esperas que lo hagamos con la
motivación adecuada. Señor, yo quiero
agradarte a Ti, pues Tú mereces la gloria, y no yo ni nadie más. Al dar ofrendas, quiero hacerlo por Ti;
cuando ore, quiero hablarte a Ti; cuando ayune, quiero hacerlo para buscar Tu
Voluntad.
Señor, si en mí
hubiera una intención incorrecta, házmelo saber. A Ti no se te pasa nada por alto, y conoces los
secretos del corazón. Tú me conoces, Tú me ves, y compruebas la actitud de mi
corazón para contigo. Quiero limpiar mis caminos, pero también mi corazón.
Señor, yo haré el
bien, no para ser visto como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervo
de Cristo, haciendo de corazón Tu voluntad.
[Jeremías 12:3; 11:20; Salmo 44:21; Efesios 6:6 ]
Desearía ser parte de vuestro equipo,ruego de la manera más comedida que de ser posible hagan también una oración por este pobre pecador. Mi nombre es Milton Oyaque
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