lunes, 24 de septiembre de 2012

FALSOS PROFETAS


(Día 37)



En el Sermón del Monte, Jesús hace una advertencia en contra de los profetas falsos. 
(Mateo 7:15)  Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 

El problema de los falsos profetas es que parecen ser buenos, pero no lo son. 
Aparenta ser uno del pueblo, pero en realidad se quiere aprovechar de ellos.

La Torá define lo que es un falso profeta.
(Deuteronomio 13:1-4)  Si se levanta en medio de ti un profeta o soñador de sueños, y te anuncia una señal o un prodigio,  (2)  y la señal o el prodigio se cumple, acerca del cual él te había hablado, diciendo: "Vamos en pos de otros dioses (a los cuales no has conocido) y sirvámosles",  (3)  no darás oído a las palabras de ese profeta o de ese soñador de sueños; porque el SEÑOR tu Dios te está probando para ver si amas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.  (4)  En pos del SEÑOR vuestro Dios andaréis y a El temeréis; guardaréis sus mandamientos, escucharéis su voz, le serviréis y a El os uniréis.

El falso profeta puede hacer señales o milagros (por eso muchos creen en él), pero su mensaje va en contra de la Palabra de Dios. 

En la Biblia vemos varios ejemplos de profetas que Dios levantaba cuando el pueblo se había desviado, para llamarlos al arrepentimiento.  Pero a la par ellos también se levantaban profetas falsos que hablaban al pueblo lo que querían oír. Los falsos profetas les decían: “¡Paz, paz!” (es decir, no les va a pasar nada porque son hijos de Dios); el profeta de Dios decía: “¡No vendrá paz! (es decir, si no se arrepienten, tendrán que dar cuentas de sus malas acciones).  Lamentablemente, la gente tiende a preferir la dulce mentira que la amarga realidad, y por eso muchos caen en las trampas de los falsos profetas.
(Jeremías 6:13-16)  Porque desde el menor hasta el mayor, todos ellos codician ganancias, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.  (14)  Y curan a la ligera el quebranto de mi pueblo, diciendo: "Paz, paz", pero no hay paz.  (15)  ¿Se han avergonzado de la abominación que han cometido? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun han sabido ruborizarse; por tanto caerán entre los que caigan; en la hora que yo los castigue serán derribados--dice el SEÑOR.  (16)  Así dice el SEÑOR: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas. Pero dijeron: "No andaremos en él."

Esto mismo puede ocurrir hoy.
(2 Pedro 2:1-3)  Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina.  (2)  Muchos seguirán su sensualidad, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado;  (3)  y en su avaricia os explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.

El Señor siempre nos da la oportunidad para arrepentirnos y rectificar.  Pero los profetas falsos roban al pueblo de esa oportunidad, haciéndoles creer que todo está bien, cuando no lo está.  No debemos permitir que eso nos pase.

¿Cómo podemos reconocer a un falso profeta?  Ya mencionamos que la Palabra es el primer gran filtro.  Juan también explicó:
(1 Juan 4:1-6)  Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.  (2)  En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;  (3)  y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.  (4)  Hijos míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.  (5)  Ellos son del mundo; por eso hablan de parte del mundo, y el mundo los oye.  (6)  Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.

Jesús nos enseñó otra forma en que podemos reconocer a un falso profeta:
(Mateo 7:16-17)  Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?  (17)  Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos.  (18)  Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos.  (19)  Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego.  (20)  Así que, por sus frutos los conoceréis.


ORACIÓN
Señor, atiendo tu voz de alerta.  Sabiendo esto de antemano, estaré en guardia, para no ser arrastrado por el error de hombres libertinos, y dejarme llevar por doctrinas falsas. Probaré a los profetas en base a lo que dice tu Palabra, y no conforme a lo que quisiera oír.  Estaré pendiente de ver el fruto de la vida de ellos, lo cual revela más que sus palabras. 

En cuanto a mí, quiero seguir firme en Tu Palabra y Tu verdad,  y seguir creciendo en la gracia y el conocimiento de Ti. Señor, Tú puedes hablarme a mí; deseo tener una relación personal y cercana contigo.  No esperaré oír palabra de hombre, ni buscaré “sustitutos”. En pos de Ti andaré y a sólo a Ti temeré.  Guardaré Tus mandamientos, escucharé Tu voz, te serviré y a Ti me uniré. A Ti sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

[2 Pedro 3:17-18; Deut. 13:4]

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