(Día 21)
Ayer vimos que Jesús no vino a abolir la Ley, sino a
cumplirla. Así nos enseñó a nosotros
también. Jesús dijo:
(Juan 14:21) El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el
que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
El cumplimiento de la Ley no es una cuestión de salvación,
porque sabemos que nadie es perfecto. La
salvación viene por fe. Más bien, la
obediencia es una cuestión de santificación, y de bendición. Es el orden en que debemos vivir en el Reino
de los Cielos... tal como lo determinó Dios.
(Deuteronomio 10:12-13)
Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el SEÑOR tu Dios,
sino que temas al SEÑOR tu Dios, que andes en todos sus caminos, que le ames y
que sirvas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, (13) y
que guardes los mandamientos del SEÑOR y sus estatutos que yo te ordeno hoy
para tu bien?
Por eso Jesús dijo:
(Mateo 5:20) Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y
fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Aunque muchos de los fariseos cumplían con la ley, no lo
hacían de corazón.
En el resto del capítulo 5 del Evangelio de Mateo, Jesús hace
referencia a ciertos mandamientos, diciendo: “Habéis oído…”. Luego añade: “…pero yo os digo…”. A simple vista, parecería que está
contradiciendo la Ley, pero no es así. Veremos
que el Señor afirma los mandamientos, y va más allá. Él menciona ciertos mandamientos, y nos
exhorta a no sólo a cumplir “la letra de la Ley”, sino a entender cuál es el significado
y aplicación espiritual.
Iremos viendo uno a uno esos mandamientos que Jesús mencionó
en el Sermón del Monte…
* Mandamiento: “No
asesinarás”
(Mateo 5:21-22) Habéis oído que se dijo a los antepasados:
"NO MATARAS" y: "Cualquiera que cometa homicidio será culpable
ante la corte."
Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la
corte; y cualquiera que diga: "Raca" (lit. estúpido) a su hermano,
será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga:
"Idiota", será reo del infierno de fuego.
Jesús hizo referencia al mandamiento: “No asesinarás”, que
se encuentra en la Torá (o Pentatuco), específicamente entre los Diez
Mandamientos.
(Éxodo 20:13; Deu. 5:17)
No matarás. (en hebreo, literalmente es “asesinar”)
También en:
(Números 35:30-34) Si alguno mata a una persona, al
asesino se le dará muerte ante la evidencia de testigos, pero a ninguna persona
se le dará muerte por el testimonio de un solo testigo. (31) Además,
no tomaréis rescate por la vida de un asesino que es culpable de muerte, sino
que de cierto se le dará muerte;
(32) y no tomaréis rescate por el
que ha huido a la ciudad de refugio para que vuelva y habite en la tierra antes
de la muerte del sacerdote. (33) Así que no contaminaréis la tierra en que
estáis; porque la sangre contamina la tierra, y no se puede hacer expiación por
la tierra, por la sangre derramada en ella, excepto mediante la sangre del que
la derramó. (34) Y no contaminaréis la tierra en que habitáis,
en medio de la cual yo moro, pues yo, el SEÑOR, habito en medio de los hijos de
Israel.
Jesús no contradijo la ley, sino que fue más allá…a las
intenciones del corazón. Si uno se enoja
o maldice al prójimo, abre la puerta a la muerte. Aun de eso debemos cuidarnos.
Jesús nos enseñó que no sólo se trata de controlar las
acciones, sino también los pensamientos y las intenciones. También Pablo escribió:
(2 Corintios 10:3-7) Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne; (4)
porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en
Dios para la destrucción de fortalezas;
(5) destruyendo especulaciones y
todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo, (6) y
estando preparados para castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia
sea completa. (7) Vosotros veis las cosas según la apariencia
exterior. Si alguno tiene confianza en sí mismo de que es de Cristo, considere
esto dentro de sí otra vez: que así como él es de Cristo, también lo somos
nosotros.
Jesús enseña que la solución para el odio y el resentimiento
no es dar muerte al ofensor, sino perdonarlo.
(Mateo 5:23-26) Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te
acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,
(24) deja tu ofrenda allí delante
del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta
tu ofrenda. (25) Reconcíliate pronto con tu adversario
mientras vas con él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al
juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. (26)
En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el
último centavo.
Si queremos mantener una buena relación con Dios, debemos
mantener un corazón limpio también hacia el prójimo.
(1 Juan 4:20-21) Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso;
porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a
quien no ha visto. (21) Y este mandamiento tenemos de El: que el que
ama a Dios, ame también a su hermano.
ORACIÓN
Señor, hoy reconozco
que lo que requieres de mí es practicar la justicia, amar la misericordia, y caminar
en humildad. Por lo tanto, yo andaré en
todos tus caminos, guardaré tus mandamientos y te serviré de todo corazón y
alma. Tal vez no he puesto
atención a tus mandamientos como debería, pero desde hoy quiero hacerlo. Ayúdame a entender Tu Ley, y enséñame cómo
puedo ponerla en práctica en mi vida, y
cómo puedo enseñarla a mis hijos.
Señor, tal vez no he
matado a nadie físicamente, pero espiritualmente lo he hecho llamando estúpido
a mi hermano. Por eso vengo a pedirte
perdón hoy. Tus palabras me han
confrontado, y ya no lo quiero hacer más. Dispongo mi corazón a perdonar a quien me ofendió, y también pediré perdón a quien haya ofendido. No sólo quiero cumplir con la letra de la Ley, sino también vivirlo en
espíritu. Ayúdame; enséñame.
[Miqueas 6:8; Juan 14:21; Deu. 10:12-13]
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